Ana María Ibarra
El padre Armando Benavides, Vicario General de la diócesis, compartió su parecer sobre el pronunciamiento de la Santa Sede respecto a Medjugorje. Coincidió con la idea de que este documento es histórico en la vida de la Iglesia y señaló que esta declaración va de acuerdo a una nueva normativa de la Santa Sede, para revisar todo lo que surge en torno a supuestas apariciones.
Sobre los mensajes
Al referirse a los mensajes de la Virgen en Medjugorje, el padre Armando reconoció que algunos podrían no ser del todo claros, aunque resaltó que si se tuviera que dar algún porcentaje, el 99% de los mensajes son positivos.
En el caso de los videntes, enfatizó, no realizan anotaciones durante las apariciones, como un dictado, y por esa razón el mensaje podría no ser claro.
“Ellos están en una visión y después transmiten el mensaje. Entonces, en esa transmisión puede haber algún detalle, como la interpretación de las palabras o que en el momento se vaya la memoria exacta. Pueden ser videntes, pero no tiene la capacidad sobrenatural de recordar todo”, enfatizó.
El sacerdote advirtió que si se le quiere hacer justicia a lo que implica el mensaje, todo lo demás parece ser muy bueno.
“El contenido es evangélico en las apariciones y la devoción a María, Reina de la Paz con temas de la búsqueda de la Paz que es algo muy actual, muy coherente, centrado. Pide cosas que debiéramos saber y que simplemente la Virgen nos lo está recordando” -como la necesidad de estar en gracia-, señaló.
“Algunos le llaman las cinco piedritas: la misa, la palabra de Dios, la oración diaria, incluyendo el rosario, la confesión y el ayuno”, dijo.
Resaltó que el documento dice que los fieles pueden recibir un estímulo positivo para su vida cristiana a través de la propuesta espiritual de Medjugorje y que los frutos son muy significativos, “aunque todavía no implica declarar que tengan un origen sobrenatural directo”.
Frutos en Medjugorje
El sacerdote reconoció que Medjugorje “no es algo turístico”.
“Se puede ver a la gente yendo a misa, rezando el rosario diario. Está en torno a la vida parroquial, para empezar con la parte espiritual”.
Citando directamente al cardenal Víctor Fernández -quien firma la declaración sobre Medjugorje- el padre Armando mencionó que “los frutos positivos se revelan, sobre todo, como la promoción de una sana práctica de la vida y de la fe”.
“Uno de los frutos son las abundantes conversiones. Desde mi propia experiencia, una vez que fui, duré mucho tiempo confesando… personas que tenían mucho tiempo sin ir a la iglesia o que estaban renegando de la Iglesia o ateos. En Europa se materializa la persona y pierde la fe y verlos confesándose, es algo muy positivo”, afirmó.
Es por eso que algunos le llaman a Medjugorje ‘el confesionario del mundo’, pues se puede ver instalados hasta cien confesionarios, sacerdotes hablando diversas lenguas del mundo, compartió.
La comunión sacramental es otro fruto, además de numerosas vocaciones, no solo religiosas, sino al matrimonio. También habla de muchas curaciones y obras de caridad para atender adicciones, huérfanos.
“Es un lugar de adoración, de oración, de retiros espirituales y encuentros.
Pastoralmente es muy importante, histórico, que puede iluminar mucho. La gente ahí no busca lo estrafalario, sino realmente desea tener un encuentro con Jesús y con María”, finalizó.