Mons. J. Guadalupe Torres Campos
Le saludo con mucho amor de padre y pastor, hoy en la solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo Rey del Universo. Con esta solemnidad concluimos prácticamente nuestro Año Litúrgico, quedan los próximos días de la semana y el próximo domingo iniciaremos el nuevo Año Litúrgico.
Con esta fiesta de Cristo Rey, ya desde la oración colecta nos dirigimos a Dios Padre diciéndole Dios Todopoderoso y eterno, y dice enseguida una frase muy importante que da sentido a esta solemnidad: “que quisiste fundamentar todas las cosas en tu hijo muy amado, Rey del Universo”, es decir, la voluntad de Dios Padre, el designio salvador de nuestro Padre Dios fue este fundamentar que todas las cosas, que todo cuanto existe tenga su fundamento en Cristo Rey del Universo, y si hablamos de todas las cosas, también de todas las personas, de todos los hombres: nuestra vida, la vida de todos está fundamentada y sostenida en Cristo el Rey del Universo.
La Palabra de Dios que escuchamos en este domingo nos invita a contemplar a Cristo nuestro Rey, nuestro Señor, pero desde la Cruz. Hoy el evangelio de San Lucas nos presenta la imagen de Cristo en la cruz con una inscripción que lo presenta como el Rey de los Judíos, Cristo Rey crucificado. Esta inscripción, ‘el rey de los judíos’, para contemplarlo, para postrarnos ante Él y reconocerlo como el fundamento de mi vida.
Mi vida se sostiene en Cristo, en la cruz, en su entrega, en su amor. Da la vida, entrega su vida por mí, por ti, por todos para salvarnos, para redimirlos. Toca a nosotros abrazar al rey, aceptar en nuestra vida a Cristo Rey del Universo y eso implica tomar la cruz de Cristo, aceptar a Cristo en la Cruz para que nosotros, a ejemplo de Cristo, entreguemos nuestra vida, nos donemos cada día en amor a Dios, siguiendo a Cristo y en amor a nuestros hermanos.
Porque ante el Rey, si hay un juicio, que lo habrá, se nos va a cuestionar sobre el amor, sobre si abrazamos la cruz en el amor al hermano: tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber , estuve enfermo y me visitaste…¡la caridad!, aceptar a Jesús como mi Rey, optar por vivir en el amor fiel a Cristo, en cada uno de nuestros hermanos, sobre todo en los más pobres y débiles, enfermos y alejados.
Por eso cantamos en el salmo responsorial: “vayamos con alegría al encuentro del Señor”. Que siempre vayamos con esa actitud de fe, con esa esperanza, pero también con alegría. ¡Vayamos con alegría al encuentro de Cristo, del Señor Rey del Universo!
Por eso Él nos da la paz, Él nos congrega, Él nos une en el Reino.
Por eso San Pablo, en la segunda lectura a los colosenses, decimos ahí que Dios nos hace participar de su pueblo santo en el Reino de la luz. Cristo Rey nos congrega en el Reino de la luz, de la verdad, de la paz, de la justicia, de la unidad, del amor, ¿qué cuentas le rendimos hoy a Jesús en este fin de año litúrgico? ¿cómo hemos vivido nuestra fe?, ¿hemos crecido?, ¿nos hemos convertido cada vez más?, ¿hemos sido mejores?, ¿hemos crecido en las virtudes, en el amor, en la fe, en la esperanza, en la caridad?, ¿hemos avanzado? De eso hay que rendirle cuentas, darle gracias a Dios.
Hoy domingo los invito a todos a sentarnos ante Cristo Rey para darle gracias: ‘Gracias mi Señor por tu amor, por tu entrega, por salvarme, gracias por congregarme en tu Reino’. También es tiempo de pedir perdón con humildad: ‘pequé, te fallé, me equivoqué, lo reconozco con humildad, perdóname’, y pedirle su ayuda.
Si nuestra vida tiene su fundamento en Cristo Rey decirle: ‘sosténme, fortaléceme para que te abrace dese la Cruz, te siga y viva el Reino de Dios en el amor. Que el Señor nos fortalezca, nos cuide siempre, hoy en este día solemnísimo de Jesucristo Rey del Universo.
Proyecto de Pastoral
Por otra parte, queridos hermanos, estamos viviendo tiempos muy importantes en nuestra diócesis, en este proceso hacia nuestro Plan Diocesano de pastoral. Lunes, martes y miércoles tendremos asamblea, es una sola asamblea en tres tiempos, en donde nos reuniremos todos los sacerdotes, diáconos, consagrados, representantes de los grupos y movimientos diocesanos y todos los laicos involucrados en este proceso, quienes forman las comisiones y dimensiones pastorales a nivel diocesano, a nivel decanato, a nivel parroquial. Vamos a trabajar intensamente estos tres días en la parroquia El Señor de la Misericordia, de 6 de la tarde a 8:30 de la noche. Oremos.
Los invito a orar para que el Espíritu Santo nos ilumine, para que reflexionemos sobre nuestra realidad, sobre nuestra situación, sobre la realidad que estamos viviendo en la diócesis en nuestras pastorales .
Que el Señor nos ilumine para descubrir nuestras fortalezas, las oportunidades, las amenazas de nuestra realidad pastoral en la diócesis; es un trabajo diocesano, aunque participan un determinado número de personas, representamos a toda la diócesis.
A los que han sido convocados a esta asamblea en estos tres días, les pido que participemos con un espíritu de comunión, fe y esperanza, con un espíritu de sinodalidad como nos pide el Papa, donde lo que aportemos sea buscando siempre el bien de nuestra diócesis y responder al proyecto que Cristo Rey del Universo tiene para nosotros.
Que el Señor los bendiga, los cuide y los fortalezca. Que tengan buen domingo y buena semana. La bendición de Dios todo poderoso Padre, Hijo y Espíritu Santo permanezca siempre con ustedes. Sean felices, Dios los ama. Un abrazo.