Lectura del Santo Evangelio según san Lucas 7,19-23
Clave de lectura
Se trata de un texto común para Mateo y Lucas, en este último ubicado entre el relato del milagro de la resurrección del hijo de la viuda de Naín (pasaje propio de Lucas) y el elogio que Jesús hace de Juan Bautista. Es en este contexto que se nos sugiere una especie de paso entre la imagen de Jesús que sana, incluso de la muerte, y la invitación a la conversión, hecha por Jesús mismo en los tres pasajes sucesivos: poner en plena luz la figura de Juan, juzgar a su generación y acoger el gesto de la pecadora en casa del fariseo.
Este texto también se puede leer a la luz de un contexto más remoto: en todo el recorrido del Bautista y en la experiencia profética de Israel que espera y hace experiencia del Dios que escucha y visita.
Meditación
El contexto ya nos ha sugerido la circularidad entre la gracia y el compromiso, entre la iniciativa de Dios en Cristo y la necesaria correspondencia del hombre. Dios ama y llama en primer lugar, pero pide el asentimiento libre y responsable; este asentimiento es posible en cuanto Dios ama en primer lugar.
En el centro del pasaje esté el tema de la espera realizada, pero según el proyecto de Dios, anunciado por los profetas de Israel según coordinadas que no son simples. También la palabra de Jesús no hace descuentos y saber ser severa, pero el Dios que ama en primer lugar ha ofrecido en su Hijo un espacio inédito de acercamiento y misericordia. Una posibilidad de acoger con fe, como nos sugiere la prioridad dada en la ceguera sanada.
Y es justamente la fe que conduce a la bienaventuranza.
Para la reflexión personal:
• ¿Vivimos a la escucha de la Palabra como dinámica de conversión?
• ¿Sabemos acoger los signos de la presencia operante de Jesús también en nuestros tempo?
• ¿Sabemos confiarnos al Evangelio de manera activa, como verdaderos discípulos?
Oración final
Danos, Señor, ojos para ver y oídos para escuchar. Danos, Señor, el coraje de buscar siempre tu verdad y de pedirte su revelación en la oración. Danos, Señor, el saber caminar con todos, con quien ha comprendido más de cerca tu proyecto, con quien aún le cuesta ver tu cercanía.
Contemplación
El pasaje evangélico nos invita a reconocer el estilo de Jesús: paciente, acogedor, iluminador. La escucha de la Palabra requiere de una visión inclusiva de lo que ha sido revelado, sin absolutizaciones: en cada caso la Escritura viene plenamente iluminada en Jesús.
Nos invita además a saber leer la acción de Dios en el mundo; lo que puede ser extendido a los “signos de los tiempos”.