Presentamos una propuesta y reflexiones para llevar a cabo las tradicionales posadas aunque en esta ocasión deban ser virtuales, siempre recordando que este novenario nos prepara espiritualmente para celebrar la Navidad: el nacimiento de Jesús, el Hijo de Dios.
Agencias
Debido a la crisis sanitaria que se vive en México, como en el mundo a causa de la Pandemia de COVID-19, serán muy diferentes a las de otros años. Esta es una propuesta para que se realicen posadas virtuales, sin que esto les quite su verdadero sentido, que es la preparación espiritual para celebrar la Navidad: el nacimiento de Jesús, el Hijo de Dios.
Qué celebramos
Como se sabe, las Posadas navideñas son una tradición mexicana consistente en un novenario que inicia el día 16 de diciembre y nos ayuda a preparar espiritualmente la Nochebuena y la Navidad. Son nueve jornadas en las que lo central es celebrar a José, a María, y a Jesús, que viene a salvarnos.
El culmen de las Posadas navideñas es la Navidad: el Nacimiento del Salvador del Mundo, de Jesús, el Mesías anunciado y esperado.
Una posada virtual
Ante el panorama de riesgo de contagio que estamos viviendo, se puede realizar este novenario de forma virtual.
- Convoca virtualmente a la familia y amigos por cualquiera de las aplicaciones y plataformas digitales
- Prepara el escenario de la transmisión y que estén los Santos peregrinos (María embarazada y San José) en la pantalla.
- Leer en voz alta el texto bíblico correspondiente a cada día y la reflexión que aquí te presentamos. Puedes pedir comentarios.
- Después reza el Santo Rosario con los misterios que corresponden a ese día.
- Cantar luego las letanías
- Organicen el canto para pedir posada (adentro y afuera).
- Como siempre, al final de cada posada se hace una convivencia, esta vez puede ser también virtual incluso degustar alimentos y platicar cómo se sienten.
En estas posadas virtuales, se debe tener en cuenta que lo central es la Sagrada Familia.
Por ello también pueden ponerse de acuerdo para organizar alguna actividad de caridad que represente el dar posada al peregrino. (De artículo publicado en Desde la fe)
Primera posada
Leer Evangelio según San Lucas 1, 26-33
REFLEXIÓN: Los anunciamos la venida de Cristo, y no sólo una sino también una segunda que será sin duda mucho más gloriosa que la primera. La primera se realizó en el sufrimiento, la segunda traerá consigo la corona del reino. Porque en nuestro Señor Jesucristo casi todo presenta una doble dimensión. Doble fue su nacimiento: uno, de Dios, antes de todos los siglos; otro, de la Virgen, en la plenitud de los tiempos. Doble su venida: una en la oscuridad y calladamente, como lluvia sobre el césped; la segunda, en el esplendor de su gloria, que se realizará en el futuro. En la primera venida fue envuelto en pañales y recostado en un pesebre; en la segunda aparecerá vestido de luz. En la primera sufrió la cruz, pasando por encima de la ignominia; en la segunda vendrá lleno de poder y de gloria, rodeado de todos los ángeles. Por lo tanto, no nos detengamos sólo en la primera venida, sino esperemos ansiosamente la segunda. Y así como en la primera dijimos: bendito el que viene en el nombre del Señor, en la segunda repetiremos lo mismo cuando, junto con los ángeles, salgamos a su encuentro y lo aclamemos adorándolo y diciendo de nuevo: bendito el que viene en el nombre del Señor.
Segunda posada
Leer Evangelio según San Lucas 1, 34-38
REFLEXIÓN: María fue fiel ante todo cuanto, con amor se puso a buscar el sentido profundo del designio de Dios en ella y para el mundo. ¿Cómo sucederá esto?, preguntaba ella al ángel de la
anunciación. Ya en el Antiguo Testamento el sentido de esta búsqueda se traduce en una expresión de rara belleza y extraordinario contenido espiritual. » Buscar el rostro del Señor». No habrá fidelidad si no hubiere en la raíz esta ardiente, paciente y generosa búsqueda; si no se encontrara en el corazón del hombre una pregunta, para la cual solo Dios tiene respuesta, mejor dicho, para la cual sólo Dios es la respuesta.
Juan Pablo II
Tercera posada
Leer Evangelio según San Mateo 1, 18-21
REFLEXIÓN: El Verbo de Dios, incorpóreo, incorruptible e inmaterial, vino a nuestro mundo, aunque tampoco se hallaba lejos, pues nunca parte alguna del universo se hallaba vacía de él, sino que lo llenaba todo en todas partes, ya que está junto al Padre. Pero Él vino en su benignidad hacia nosotros, y en cuanto se nos hizo visible. Tuvo piedad de nuestra raza y de nuestra debilidad y, compadecido de nuestra corrupción, no soportó que la muerte nos dominase, para que no pereciese lo que había sido creado, con lo que hubiera resultado inútil la obra de su Padre al crear al hombre, y por eso tomó para sí un cuerpo como el nuestro, ya que no se contentó con habitar en un cuerpo, ni tampoco hacerse simplemente visible, hubiera podido ciertamente asumir un cuerpo más excelente; pero él tomó nuestro mismo cuerpo. En el seno de la Virgen, se construyó un templo, es decir, su cuerpo , y lo hizo su propio instrumento, en el que había de darse a conocer y habitar; de este modo, habiendo tomado un cuerpo semejante al de cualquiera de nosotros, ya que todos estaban sujetos a la corrupción de la muerte, lo entregó a la muerte para todos, ofreciéndolo al Padre en un amor sin límites.
San Atanasio.
Cuarta posada
Leer Evangelio según San Lucas 1, 39-45
REFLEXIÓN: Después de la visión de la perfección, de la pureza de María, brotan espontáneamente las palabras: toda hermosa eres, ¡oh María! Esta contemplación de la belleza sigue a la
contemplación de la pureza y por esta misma contemplación nos preguntamos: ¿por qué? ¿Cuál es la raíz de esta belleza? Y encontramos la raíz de esta belleza en que María está emparentada nada menos que con Dios; precisamente porque ha
salido de sus con una integridad. Así como un espejo blanco y puro refleja el cielo, así debería ser el humano que está hecho a imagen de Dios. Aquí tenemos finalmente un retrato de Dios, puro, incontaminado. En él podemos comprender, mejor que en cualquier otra criatura, qué es Dios, conociendo a la Virgen. Y así se explica la belleza. Es una belleza divina que se refleja en la Virgen y no solamente en su persona sino en todo cuanto ella cumple por designio de Dios. María será la madre de Dios; y estará vinculada al misterio más grande que la historia humana pueda comprender.
Paulo VI
Quinta posada
Leer Evangelio según San Lucas Mateo 1, 22-25
REFLEXIÓN: Si relacionas a San José con la Iglesia universal de Cristo, ¿no es este el hombre privilegiado y providencial, por medio del cual la entrada de Cristo en el mundo se desarrolló de una manera ordenada y sin escándalos?. Si es verdad que la Iglesia entera es deudora a la Virgen Madre por cuyo medio recibió a
Cristo, después de María es San José a quien debe agradecimiento y una veneración singular. José viene a hacer el broche del Antiguo Testamento, broche en el que fructifica la promesa hecha a los Patriarcas y a los Profetas. Sólo él poseyó de una manera corporal lo que para ellos había sido mera promesa.
No cabe duda de que Cristo no sólo se ha desdicho de la familiaridad y respeto que tuvo con el durante su vida mortal como si fuera su padre, sino que la habrá completado y perfeccionado en el cielo.
San Bernardino de Siena
Sexta posada
Leer Evangelio según San Lucas 2, 1-7
REFLEXIÓN: Despierta, hombre: por ti Dios se hizo hombre. Despierta, tú que duermes, surge de entre los muertos; y Cristo con su luz te alumbrará. Te lo repito: por ti Dios se hizo hombre. Estarías muerto para siempre, si Él no hubiera nacido en el
tiempo, si Él no hubiera asumido una carne semejante a la del pecado. Estarías condenado a una miseria eterna, si no hubieras recibido tan gran misericordia. Nunca hubieras vuelto a la vida, si Él no se hubiera sometido voluntariamente a tu muerte. Hubieras perecido, si Él no te hubiera auxiliado. Estarías perdido sin remedio, si Él no hubiera venido a salvarte.
San Agustín
Séptima posada
Leer Evangelio según San Lucas 2, 8-18
REFLEXIÓN: En la Navidad hay que pensar una y otra vez. Así lo hicieron los pastores que fueron los primeros testigos del nacimiento de Jesús, a ser convocados por el ángel para comprobar el hecho acaecido. Fueron a Belén, encontraron a Jesús, con María y José, y a la vuelta, contaron lo que se les había dicho acerca del Niño. Y cuantos los oían se maravillaban de los que les decían los pastores. Así podemos decir, el Evangelio comienza a ser noticia, a difundirse discreta y secretamente, y a contribuir a la formación de esa conciencia popular mesiánica que cogerá, luego, la predicación de Juan el Bautista, el Precursor, y después el mismo Jesús. Pero otra circunstancia muy clara nos exhorta a pensar
nuevamente en el hecho de la Navidad, evocado por la fiesta litúrgica para descubrir en Él el sentido, el significado trascendente que esconde y manifiesta. La Navidad tiene un contenido propio, secreto que se descubre sólo a quien lo busca. Pensemos en la misma Virgen María, en el éxtasis de su alma limpísima, ya bien consciente del misterio de su divina maternidad y absorta totalmente en la meditación de cuanto
sucedió en ella y a su alrededor.
Pablo VI
Octava posada
Leer Evangelio según San Lucas Mateo 2, 1-12
REFLEXIÓN: Es necesario que estos esforzados buscadores del Rey de los judíos salgan del palacio de Herodes y se dejen de las interminables discusiones; es necesario que abandonen la Ciudad Santa y confíen en la Estrella (es decir en el signo que Dios mismo ofrece para que puedan descubrir el nuevo lugar santo donde ha decidido encontrar al hombre que lo busca). Y la estrella se paró en el lugar donde se encontraba el Niño. En este momento ya no hay separación porque se juntan el signo y la realidad.
El signo ha sido espectacular. La realidad, por el contrario, aparece modesta, ordinaria, casi me atrevería a decir, desilusoria. Una casa cualquiera. Una escena muy común y personas sin importancia. Habiendo entrado en la casa, vieron al Niño con María, su Madre. No hay más, aquí está todo. Es mucho más fácil ver una estrella y quedarse extasiados por su aparición que «ver » un cuadro tan familiar. Esta señal grandiosa, en este caso, nos lleva a una realidad pequeña, insignificante. Y postrados lo adoraron. La estrella no tiene ya ninguna función. Ahora entra en juego la fe. Solamente la fe permite el ver más haya de las apariencias e incita a adorar. Solamente la fe consciente el ver la gloria, la grandeza
infinita que puede contenerse en la pequeñez.
A. Pronzato
Novena posada
Leer Evangelio según San Juan 1, 1-12
REFLEXIÓN: Para nosotros la esperanza solo tiene un valor pedagógico; es un recuerdo de la preparación secular a la venida de Cristo. Cristo ya ha venido. La realidad del Mesías ya se ha cumplido para nosotros. Esta es la espiritualidad de la Navidad, en la cuál la historia, la teología, el Misterio de la Encarnación, nuestro destino humano y sobrenatural, se funden y se convierten en celebración, es decir en Liturgia: una liturgia que se alimenta de toda la tierra, de toda la historia y que se levanta, hasta los cielos, hasta la gloria Divina. Si, Cristo ya ha venido; pero una misteriosa y terrible desgracia no todos lo han conocido, no todos lo han acogido: así lo afirma el prólogo del evangelio de San Juan: «El era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo…, y el mundo no lo conoció. Leer Evangelio según San Lucas Mateo 1, 18-21. Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron. Este es el cuadro de la humanidad que, después de veinte siglos de historia, tenemos ante nuestros ojos. ¿Cómo es posible? ¿Qué podemos decir? No retendemos investigar en una realidad inmersa en un misterio que nos trasciende. El misterio del bien y del mal.
Paulo VI