Pbro. Héctor Xavier Villa/ Párroco de N.S. del Rosario
El pasado jueves 6 de mayo fui invitado a participar en la inauguración de la exposición
“Miguel Ángel, el Divino”. La misma que se abrió al público y estará hasta el lunes 30 de agosto. Esta presentación ha sido organizada por la Secretaría de Cultura del Estado y es una exposición sobre la vida y obra del más importante artista del Renacimiento (Escultor, pintor, arquitecto), nacido en Italia (Caprese 1475-1564). Vivió 89 años.
La exposición comprende réplicas de las obras maestras de Miguel Ángel. Destacan: el David, la Piedad, Esclavo moribundo, Baco. Así como de sus murales y pinturas de la capilla Sixtina: Bóveda, Juicio Final, Plaza de San Pedro.
Asistir a esta exposición me hizo recordar mi estancia en Roma (2013-17), la ciudad eterna, uno cuyos atractivos importantes no es solamente ser el centro de la catolicidad, la sede de Pedro sino también que es una de la ciudades más visitadas del mundo como centro cultural (6 millones de personas cada año). Roma y otras ciudades de Italia (Florencia, Venecia, Milán) destacan a nivel mundial como centros notables de expresión de la cultura.
Miguel Ángel en los Museos Vaticanos
Uno de los principales atractivos de los museos vaticanos es la capilla Sixtina. Miguel Ángel dedicó casi diez años de su vida a la realización de las pinturas que recubren la bóveda y la pared sobre el altar de la Capilla Sixtina. Los Museos del Vaticano reúnen en su interior una de las colecciones más impresionantes y extensas del mundo pertenecientes a la Iglesia católica, cuentan con más de 70 mil objetos expuestos en una extensión de 42 mil metros.
La exposición permite también conocer por qué Miguel Ángel es llamado “el Divino”. Su creatividad, originalidad y trabajo permiten descubrir la grandeza de un artista, la riqueza de una obra que trasciende el tiempo y engrandece al hombre.
¿Qué me aprecio de esta obra, que hoy podemos admirar aquí en nuestra ciudad?
La Piedad: La imagen es conocida y es mi preferida. María sostiene en sus brazos el cuerpo sin vida de Jesús. La imagen transmite un conjunto de emociones, no hay ninguna expresión de sufrimiento, más bien todo aparece en paz, aunque se trata del dolor de una madre contemplando serenamente a su hijo muerto. Cristo está como dormido, su cuerpo parece “fluir” como una cascada en los brazos de su Madre. El rostro de María, bello y juvenil. Para Miguel Ángel, la belleza interior se manifiesta en la belleza exterior. Esta fue la primera obra destacada del autor que cuenta con su autógrafo. Tenía apenas 23 años al realizarla.
El David: Una vez le preguntaron a Miguel Ángel, cómo creaba sus obras. Y el afirmó que en realidad los descubría dentro del mármol. Lo que iba haciendo era ir “sacando” y delineando la figura que él había descubierto en la piedra de mármol. El David es un prodigio de musculatura y energía. Desde un principio se le percibió como símbolo de libertad de Florencia. Mide 5 metros de altura y supera las 5 toneladas de peso. Está en el centro de la Galería de la Academia en Florencia.
El Moisés: La obra de Moisés, originalmente se pensó para formar parte de la tumba de Julio II que iba a estar en la basílica de San Pedro. Dos detalles llaman la atención, en su cabeza aparecen unos como cuernos. Esto se da a causa de una mala traducción de la biblia vulgata que traduce como “cuernos” lo que en realidad debería ser “haces de luz”, esto se da porque Moisés hablaba con Dios. Un segundo detalle es una pequeña marca que se puede percibir en la rodilla derecha. Se afirma que Miguel Ángel al contemplar al Moisés terminado, le pareció tan bello, tan “vivo” que lo golpeó en la rodilla pidiéndoles que hablara, por la perfección que tenía la figura.
La Capilla Sixtina: Esta es una obra colosal y una de las mas conocidas y atractivas. Pero fue también un gran desafío para Miguel Ángel ya que él era escultor, no pintor y aquí se descubrió otra dimensión de su genio realizándola de 1508 a 1512. Julio II Papa, le pidió trabajar en la capilla sixtina. La Bóveda de la capilla fácilmente tiene de extensión 1,100 mts. cuadrados de techo y supone 150 secciones con 343 figuras individuales. El artista que quería ser escultor resultó ser el pintor más genial de todos los tiempos. Y plasma su obra inspirada en los cuadros bíblicos de la creación, el pecado, Noé y el diluvio y enriquecida con otros rostros y temas bíblicos. Tal vez la más familiar para nosotros es la de la creación cuando Dios estirando su mano busca tocar a Adán comunicándole su vida.
El Juicio Final: 29 años mas tarde un Miguel Ángel de 66 años realiza el fresco del juicio final en la parte del altar de la capilla Sixtina. Impresionante la obra con 400 cuerpos desnudos con Cristo, el Hijo de Dios en el centro. Cristo lleva al cielo a los bienaventurados y envía al infierno a los condenados. Conviene recordar que el contexto de la obra es la contrarreforma. Esta formidable obra tiene un tono apocalíptico. La obra (ante todo por los desnudos) fue considerada escandalosa al principio. Pero a pesar de sus muchos enemigos continuó siendo el artista favorito de nueve papas consecutivos.
Disfrutar la riqueza
Miguel Ángel es un genio que supo trascender con su obra. No hay ningún otro artista del que pueda decirse lo mismo. Todavía al final de su vida se embarcó en la colosal obra de la basílica de San Pedro. Curiosamente y a pesar de toda su obra Miguel Ángel considero que todo su trabajo había sido un fracaso. Atormentado por el temor del juicio de Dios, cuestiono el papel del artista. Cercano ya el final su única preocupación fue el bienestar espiritual.
Afortunadamente hoy podemos acceder fácilmente por internet para informarnos mas de éste y otros autores valiosos en la cultura universal. No dejemos de asistir, conocer y descubrir la riqueza y originalidad de este gran autor que con su obra nos invita a profundizar el misterio de la fe y a contemplar la grandeza de Dios creador, de su Hijo Jesucristo Rey y Señor del Universo, pero también a pensar en nuestro ser creaturas que reflejan la grandeza de su Señor y creador.