Salen a atender necesidad del prójimo, aún enmedio del peligro
Diana Adriano
A medida que crece el impacto de la pandemia del Covid-19, la misión de la Iglesia de ser isla de misericordia, permanece firme a través de diferentes grupos y laicos comprometidos que trabajan incansablemente para aminorar el terrible sufrimiento causado por el coronavirus.
Esta pandemia ha llamado a una nueva conciencia, donde el escuchar, acompañar, apoyar y orar con los que están ansiosos, solos o confundidos es una muestra de esperanza y misericordia en estos tiempos.
Ante esta situación, presentamos diferentes iniciativas dirigidas por laicos que ayudan a crear una diferencia, al ser una continua respuesta a la pandemia en todas sus dimensiones.
Hospedar al peregrino: ayuda a migrantes en su travesía
El Centro de Asistencia Social y Casa de Acogida es una obra encabezada por un grupo binacional, y bajo el auspicio de misioneros columbanos que atienden la parroquia de Corpus Christi, en Anapra.
Cristina Coronado, encargada del proyecto de asistencia, explicó que desde la ola de migrantes en 2018, empezaron a trabajar con el padre Javier Calvillo, como un apoyo del equipo de asistencia humanitaria.
“Después fuimos abriendo espacios de apoyo a los migrantes. El primero que surgió fue el espacio de bienvenida y acogida en INAMHI, un módulo en el puente Lerdo, donde recibimos nosotros de manera humanitaria a los migrantes que son regresados a México, bajo el programa de MPP”, explicó la entrevistada.
Fue en ese momento cuando comenzaron a involucrarse más y crearon una red con otros albergues para evitar que la gente más vulnerable no cayera en manos de los ‘coyotes’ y estafadores.
“Después de esto, nosotros iniciamos una casa de acogida donde están mujeres migrantes del programa MPP…las mantenemos bajo nuestro cobijo, junto con sus niños mientras esperan para poder cruzar a Estados Unidos”, dijo Cristina.
Esta es una casa que auspiciada por los padres Columbanos y la parroquia Corpus Christi en Anapra, que ha tenido que ajustarse a todos los cambios dictados por la presencia del coronavirus, y por mandato de las autoridades que cuidan la diseminación de contagios.
Enseñar al que no sabe
Cristina informó que como parte del apoyo a los migrantes, también han logrado conseguirles algunos empleos, lo que les permite esperar su cruce con dignidad, mientras dura el encierro causado por la pandemia.
“Tenemos el proyecto de trabajo de costura, es un proyecto de trabajo para los migrantes que consiste en la elaboración de bolsas bordadas, las cuales un equipo trabaja fuertemente en Estados Unidos para vender esta mercancía y poder entregar una paga a los migrantes”, agregó.
Actualmente el Centro de Asistencia Social trabaja con 35 migrantes entre los que se encuentran hombres y mujeres. Y la Casa de Acogida apoya a ocho mujeres con sus hijos.
“Para nosotros es un llamado de Dios, es una vocación, nosotros tratamos de responder desde nuestra fe, organizándonos con más. Creo que sentimos que estamos obligados como cristianos católicos a dar una respuesta aunque sea mínima ante el sufrimiento que existe actualmente”, finalizó Cristina.
Para Saber
Si deseas apoyar esta iniciativa comunicate a la oficina parroquial 627 47 31
Consolar al triste: atención emocional a soldados de batalla
Ante la situación de la pandemia, surgen necesidades apremiantes que para todos aquellos con espíritu de servicio no pueden pasar desapercibidas. Así han surgido diversos grupos de apoyo al sector salud, a familiares del personal sanitario y a enfermos de Covid.
La iniciativa de Karla Fadul con “Adopta a un médico” y del Dr. Hugo Almada Mireles con “Cadena de cuidados” aportan a la comunidad un remanso donde se permite la expresión y contención de las emociones ocasionadas por la intempestiva situación y de todo lo que ella implica como el duelo, la ansiedad, depresión que de alguna manera a toda la sociedad ha afectado.
En el caso del personal médico, cuyos integrantes se convirtieron en soldados al frente de la batalla, ellos han requerido una atención especial que los fortalezca no sólo físicamente, sino además emocionalmente, para seguir en el servicio.
Esto a traves de ayudarlos a que puedan contactar con su ser interior y permitirse por unos momentos quitarse la bata blanca de su profesión en un espacio seguro que les brinde seguridad, respeto, fortaleza, entre otros aspectos.
Ansiosos y tristes
Melba Gutierrez, máster en psicoterapia humanista y educación para la paz, presta su servicio a este tipo de proyectos para proporcionar atención psicoterapéutica a miembros del sector salud.
“Cuando me invitaron pensé en las maneras como Dios obra y sentí que era un momento importante para poner mis herramientas al servicio de la comunidad”, expresó la especialista, para quien ha sido toda una experiencia poder acompañar a los médicos en el proceso emocional tan fuerte que han vivido desde el inicio de la pandemia.
“Al escuchar a los médicos que yo atendí, que fueron médicos jóvenes recién salidos de su especialidad, los vi enfrentándose a un virus del que no hablaban los libros en la escuela. Se enfrentaban a un virus de comportamiento variable y desconocido, lo que provocaba en ellos sentimientos de ansiedad, debido a que en ellos recae la responsabilidad del bienestar de la comunidad”, compartió la psicoterapeuta.
Dijo que descubrió a estos médicos con una fuerte sensación de vulnerabilidad, aunado a sentimientos de culpa, “por la posibilidad de ser ellos mismos los portadores del enemigo”.
Pero durante la atención que les brindó, Melba pudo ser instumento de esas pequeñas obras de misericordia que hacen la diferencia en una sociedad, y manifiestan que Dios está Vivo y actúa por doquier.
“Invito a no cerrarse en sí mismo, y si se percibe la necesidad, acercarse con confianza a tomar psicoterapia”, dijo dirigiéndose a médicos, enfermeras y quienes lo crean necesario.
“Es sorprendente cómo de alguna manera todos estamos conectados y juntos todos podemos formar una cadena de cuidados en esta sociedad lastimada”, agregó.
Igualmente agradeció a Dios por la oportunidad de servirle en momentos “en que la debilidad humana magnifica su Gloria”, dijo.
Visitar a los presos: solidarios con los privados de libertad
Mirna Aguilar es una laica comprometida que, al ver la gran necesidad que la pandemia trajo a las personas privadas de su libertad, no dudó en prestar una mano de ayuda y hacer la diferencia con estas personas, tan necesitadas de la misericordia de Dios.
“Tuve la fortuna de conocer al padre José Refugio Montoya, quien falleció en el 2016. El me dijo un día o que el cristiano tiene un aroma y ese aroma debe hacerse presente no solo en las palabras, sino también en los hechos”, relató Mirna.
“He tenido muy presente estas palabras y han hecho que me aboque a esta tarea, especialmente con las personas privadas de su libertad”, añadió.
Durante la pandemia, Mirna incluso recibió un llamado de auxilio por parte de quienes atienden a los presos en el Cereso de Ciudad Juárez. Y por ello comenzó a recolectar diferentes artículos que los internos necesitan y les son llevados tanto a los varones como a las mujeres presos. Esto también con la guía de la Pastoral Penitenciaria que es coordinada por el padre Gilberto Pérez, capellán del Cereso Varonil.
Ayuda en tiempos difíciles
Cabe recordar que durante varios meses de la pandemia, se impidió el ingreso de agentes de la pastoral que usualmente acuden a dar acompañamieto y ayuda material y espiritual a los internos.
A lo largo de ese tiempo, los presos, sin duda, vivieron tiempos aún más difíciles.
“Acabamos de hacer una entrega fuerte de cobijas el mes pasado, gracias a Dios se logró y pudimos reunir tanto cobijas donadas, como efectivo para poder comprarlas. El siguiente paso es ahora recolectar pantaloneras”, agregó Mirna.
La servidora dijo que que también recolectan medicamentos, toallas femeninas, medicamento pediátrico, ya que hay niños de cero a tres años –hijos de las internas- así como artículos de limpieza tales como jabón en polvo, jabón zote, cloralex y pinol, que hoy se hacen más que necesarios para seguir manteniendo los cuidados contra contagios de Covid-19 dentro del penal.
“Este es un trabajo donde muchas personas son las involucradas, sin embargo, invitamos a poner en práctica el mandamiento del amor. Dios nos ha regalado mucho a todos y hoy nos invita a compartir un poquito de lo que nos ha dado”, convocó Mirna.
Para saber…
Si deseas apoyar esta iniciativa comunícate al telefono 656 278 38 17