Diana Adriano
Marcado por los testimonios de niños que ha atendido como parte de su profesión, y se le han quedado grabados en el corazón por el sufrimiento que han manifestado, el psicólogo católico Juan Jesús Hernández, quiso motivar a los católicos a atender el llamado del Papa Francisco de orar por los niños que sufren y ser, mediante acciones concretas, “una luz de esperanza para los niños de la ciudad”.
Oración de esperanza
El psicólogo compartió caso de un pequeño que fue abusado sexualmente por su tío paterno, a raíz del cual se desencadenó una condición de atracción al mismo sexo, así como un trastorno psicótico de esquizofrenia.
“Su mamá estaba muy desesperada, acudía a la Fiscalía para qué le ayudarán con las terapias psicológicas y psiquiátricas para su hijo, pero no obtenía resultado. Un día llegó a mi oficina, se sentó y empezó a llorar, yo la dejé llorar, y después de un rato le dije que si quería que oráramos juntos por su hijo, y ella me dijo que sí”, compartió.
Fue así que la mujer y Juan Jesús estuvieron orando cerca de una hora, logrando calmar su corazón un poco y retirarse tranquila.
“Dios de pronto me iluminó, hice una publicación en el Facebook para ayudarlos, y gracias a Dios obtuvimos ayuda en especie y económica. Con el dinero, la mamá logró pagar las consultas psiquiátricas, y las terapias psicológicas fueron gratuitas por mi parte. Además, con las donaciones en especie les ayudaron para vivir”, indicó.
Milagro de amor
Habló también del caso de un niño diagnosticado con hiperactividad y déficit de atención. Su mamá había muerto y él había quedado bajo el cuidado de una persona que no era su familiar, pero que decidió adquirir esa responsabilidad para que el niño no quedara solo.
“Ha sido un camino difícil, tanto el llevarlo a sus terapias psicológicas y estarlo cambiando de escuelas, porque no lo aceptaban debido a su condición. El tutor estuvo a punto de perder el trabajo por dedicarse en cuerpo y alma a este niño, al punto de ‘tirar la toalla’ y darlo al DIF”, expresó.
Con ayuda espiritual, relató Juan Jesús, la persona decidió ponerlo en oración e ir a los pies del Señor, de esta manera le dejó su carga, sus sufrimientos, sus angustias y desesperación a Dios.
“Al cabo de un tiempo ese niño mejoró significativamente en su rendimiento académico, y comprobamos que el amor de Dios lo puede todo, y que a veces nos llama para ayudarlo, siendo instrumentos de su gracia”, resaltó el psicólogo.
Psicología positiva
Este otro caso que compartió el psicólogo, siempre lo pone como ejemplo de superación, perseverancia y perdón.
“Él es hijo único, su padre abandonó a su madre embarazada, y cuando nace el bebé tiene un gran parecido a su papá. Esto fue el único motivo para que su mamá descargara todo su coraje contra él y lo tratará muy mal, con insultos, golpes, maltratos y otras bajezas”, dijo.
El pequeño creció con mucho odio por su madre y por su padre, pero al llegar a la juventud acudió a terapia psicológica.
“A través de la psicología positiva, él logra entender que debe dejar lo negativo que hubo en su vida y enfocarse en lo positivo. Aunque al principio batalló para encontrar algo positivo en aquella cruenta relación con su madre, logró rescatar algunas acciones positivas: no lo abortó, lo alimentó, lo vistió, lo llevo a la escuela”.
“Así se dio cuenta de que podía vivir una vida feliz, perdonando todo lo negativo y enfocándose solo en lo positivo. Este muchacho se superó, logró terminar una carrera, es servidor en una parroquia. ¡Dios lo sanó!”, dijo el psicólogo.
Juan Jesús reflexionó sobre la importancia de no permitir que la personas se sientan solas y abandonadas, especialmente cuando se trata de niños y niñas, qué, como remarca el Santo Padre, ‘son seres humanos con un nombre, con un rostro propio, con una identidad que Dios les ha dado’.