Sacerdote encargado de Liturgia explica cuáles son las implicaciones de un nuevo manual para el trámite del sacramento del matrimonio…
Claudia Iveth Robles
El padre Marcelino Delfín, coordinador diocesano de la Comisión de Liturgia, explicó algunos aspectos importantes en la celebración del matrimonio que se destacan en el nuevo “Manual de trámites y fundamentos teológicos, canónicos y litúrgicos para recibir el sacramento del matrimonio”, que implementará la diócesis a partir de 2018.
“El aspecto litúrgico con relación al matrimonio va muy de la mano con el Código de Derecho Canónico, con la Doctrina de la Iglesia. Las leyes litúrgicas hacen relación con el Derecho Canónico de la Iglesia”, expresó el sacerdote.
Celebración litúrgica
Dijo que este manual pretende ratificar todo el proceso humano que implica el matrimonio, y que se ha venido haciendo, desde el amor de los novios y el proceso administrativo de investigar si no hay impedimentos canónicos para que se realice el matrimonio.
El sacerdote explicó que en la celebración litúrgica del sacramento del matrimonio, lo central es el consentimiento matrimonial, que hacen el novio y la novia de manera libre.
Explicó que por eso se investiga si los contrayentes son libres para casarse y se les pregunta a los novios, y también a los testigos, en la presentación matrimonial.
En la celebración esto se se ratifica con la siguiente pregunta: “¿Vienen libremente a casarse sin que nadie los obligue?”.
Alianza importante
Añadió que si los novios han tomado una decisión firme de casarse es porque están decididos a hacer una alianza delante de Dios, en el Altar del Señor, que es el signo donde se plenifica y se bendice esta alianza, de ellos, pero con Dios también.
“Por eso se trata de tener en cuenta los elementos canónicos. Una persona que no ha hecho un proceso canónico, no puede decir ‘yo quiero la boda así’, porque falta la investigación canónica para ratificar la alianza en la celebración”.
“Es un consentimiento de la voluntad libre de violencia, de cualquier temor externo para realizar la boda… es una manifestación eclesial”, dijo.
Explicó al expresar su consentimiento ante Dios, ante la Iglesia, ante los testigos de la boda y ante el sacerdote como ministro cualificado, los novios hacen una manifestación eclesial de la voluntad de contraer matrimonio.
Y recordó que la comunidad funge como testigo de este matrimonio mientras el sacerdote funge como ministro idóneo para ratificar la alianza entre la pareja.
Matrimonios mixtos
El padre Marcelino explicó que como parte del aspecto litúrgico está considerado no sólo el matrimonio entre católicos, sino que se refiere al matrimonio mixto, celebrado entre una persona que católica, con otra persona cristiana con Bautismo válido (Católico con bautista, o católico con presbiteriano, etc.)
También se considera el matrimonio de Disparidad de Culto.
“Cuando es matrimonio mixto se pide permiso a la autoridad eclesiástica para que se realice el matrimonio por la Iglesia, pero cuando es matrimonio de disparidad de culto, donde ella es católica, y él no, o viceversa, se necesita la dispensa matrimonial para que el matrimonio sea válido”, expresó.
Y en el caso de dispensa o permiso, ambos trámites son necesarios para ratificar el matrimonio dentro de una celebración litúrgica, que sintentiza todo el proceso.
Rituales
Al referirse a los ritos iniciales de la celebración del matrimonio, el sacerdote dijo que la Liturgia de la Palabra hace referencia a la intervención de Dios en la vida del hombre para que el hombre realice ese signo esponsalicio o de comunión con otra persona y con el mismo Dios.
Y destacó que otro aspecto muy importante en la celebración del matrimonio es la gracia que reciben los novios, como efecto de los sacramentos que se reciben: el matrimonio dentro de la Eucaristía.
Dijo que esta gracia perfecciona el amor de los cónyuges, fortalece su unidad indisoluble y les permite santificarse en la vida conyugal, en la acogida y educación de los hijos.
“Estamos hablando de un aspecto del matrimonio la indisolubilidad, la alianza que yo hago con mi pareja delante de Dios, lo que implica que yo acepto el proyecto de Dios para siempre. Por eso en la Iglesia no hay divorcio”, resaltó.
Puso como ejemplo cuando una persona es infiel y dijo que en esto se falla a la alianza que se ha hecho con la otra persona
“Yo soy fiel a mi pareja porque soy fiel a Dios, no es la fidelidad por la fidelidad, sino que yo no te traiciono porque amo el proyecto de Dios, porque Dios me ha bendecido a través de ti”, explicó.