Meditación:
DIA SEXTO: La Humildad de San Judas Tadeo
«Dios derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes» exclamó la Virgen María cuando visitó a su prima Santa Isabel(Lc.1,52) y se declara humildemente «esclava del Señor».
Dios protege y ama al humilde. El orgulloso no tiene en su corazón lugar para Dios y cree no necesitarlo, como le pasó a los fariseos que quedaron al margen de la Redención al matar a Jesús.
La profunda humildad de San Judas Tadeo queda de manifiesto desde el primer versículo de su carta, en el cual en vez de presentarse como pariente de Jesucristo, se titula su siervo y hermano de Santiago.
Por eso, cumpliéndose la sentencia de que quien se humille será exaltado, San Judas brilla en el cielo como estrella de primera magnitud junto a los demás Apóstoles y que en la tierra Dios le haya concedido el poder socorrer pronto y eficazmente a los devotos que con humildad le invocan.
A ejemplo de San Judas Tadeo, seamos humildes de corazón y no solamente obtendremos su protección, sino la mirada benévola de Dios.