Diana Adriano
El pasado sábado 3 de enero, los obispos de Ciudad Juárez don José Guadalupe Torres Campos de Ciudad Juárez y El Paso, Monseñor Mark Seitz realizaron una visita conjunta a las instalaciones de Casa del Migrante.
El padre Francisco Javier Bueno, director de la institución diocesana, destacó la importancia de la visita en la que también se hizo presente el Instituto Fronterizo Esperanza (Hope Border Institute), que trabaja el tema de la migración y colabora estrechamente con la Diócesis de El Paso.
El padre Francisco dijo que el objetivo de la visita fue tener un momento de diálogo con el obispo José Guadalupe y con el equipo de la Casa del Migrante, para evaluar la situación actual en torno al fenómeno migratorio que, como se sabe, ha tenido una dramática etapa en los últimos cinco años.
Trabajo conjunto
La visita proporcionó un espacio para el intercambio de ideas y la búsqueda de posibles soluciones para mejorar las condiciones de los migrantes y abordar los desafíos que enfrentan en su tránsito por esta zona.
«Por parte nuestra diócesis, presentamos el trabajo que estamos haciendo en la casa, los departamentos que tenemos, la estructura que llevamos en el trabajo que aquí se realiza y los números que estamos manejando, es decir, estadísticas de las personas que están llegando, las que están saliendo y las situaciones que estamos enfrentando», dijo el director.
Explicó que por parte del obispo de El Paso, don Mark, la intención era conocer y ver de qué manera pueden seguir trabajando unidos como Iglesia.
“Para ellos también es una preocupación lo que ocurre en Ciudad Juárez, porque al final de cuentas, lo que sucede aquí es reflejo de lo que va a suceder días o meses después en la Diócesis de El Paso”, dijo.
“La intención es que, conociendo cómo está la situación, ver de qué manera ellos van a tener que seguir respondiendo allá y, sobre todo, que esta respuesta ya no busque ser aislada, sino que sea en conjunto”, resaltó.
Trabajo en unidad
El director de la Casa del Migrante compartió su optimismo y gratitud por la visita de los obispos, la cual, dijo representó un importante símbolo de esperanza no solo para los huéspedes, sino también para quienes trabajan en esta obra diocesana de atención a personas en movilidad.
Destacó que la presencia y el interés de los obispos en la labor de la Casa del Migrante no solo beneficia a quienes profesan la fe católica, sino que también son valorados incluso por aquellos que no comparten la misma fe.
«Aunque muchos de los migrantes no profesan la fe católica, entienden la figura del obispo hasta cierto punto. Entonces para ellos también fue un signo de que nuestros pastores están preocupados por ellos y están buscando qué es lo mejor para sus vidas y sus procesos», dijo el padre Francisco.
Por otro lado, consideró que la unión de ambas diócesis en un trabajo conjunto, proporciona una base sólida para la acción colectiva.
“Estar unidos nos da la posibilidad de saber que realizamos este trabajo no de una forma aislada, sino que hay concordancia de objetivos en beneficio de las personas que han salido de sus lugares de origen para buscar una vida mejor”.
Unidos por los migrantes
Cabe destacar que esta visita de los obispos a la Casa del Migrante se da a unas cuantas semanas de que se publicó la carta “Unidos construyendo el futuro con los migrantes” en la que los obispos de la frontera México y Estados Unidos (Obispos Tex-Mex) analizan la situación migratoria entre ambos países y piden velar por los derechos de los migrantes y presentan una clara exigencia a los gobiernos de Estados Unidos y México para el efecto.
Para saber…
El director de la Casa del Migrante informó que ha disminuido el número de personas alojadas en esta obra, en comparación con meses anteriores. Actualmente albergan a 135 personas migrantes, cuando meses atrás, la cifra era el doble, es decir, casi 300 migrantes.