Ana María Ibarra
Con el objetivo llevar nuevas herramientas de espiritualidad cristiana a las empresas, la Pastoral diocesana del Trabajo en conjunto con el Centro Familiar para la Integración y el Crecimiento (CFIC), llevó a cabo la conferencia titulada “Empresas con Rostro Humano”, impartida por el maestro Carlo Clerico Medina, experto en temas de desarrollo humano y social.
La conferencia se realizó el pasado viernes 26 de mayo en el Centro Cívico Smart, y estuvo dirigida a líderes empresariales, quienes escucharon sobre la importancia de humanizar el corazón del empresario, para que el empleado tenga un mejor rendimiento laboral.
Fuerza empresarial
El conferencista reflexionó sobre la tragedia que vive actualmente México, no desde el tema de la violencia, las desapariciones, la pobreza, etcétera, sino la indiferencia de la gente.
“La indiferencia es el pavimento del camino hacia la violencia. No creo que las empresas sean indiferentes, pero tampoco creo que estén puestos a cambiar el mundo. La gran oportunidad hoy son las empresas, son comunidades con una fuerza enorme”, afirmó el ponente.
Pero, agregó que para lograr un cambio desde las empresas, se requiere “humanidad”.
“A mayor humanidad, mayor productividad. Ser humanista es ser comunidad, no con programas, sino humanizando el corazón del empresario. Hay programas que nos invitan a ir a lo humano, pero en el México de hoy no es suficiente”, expresó el maestro.
Resaltó que las empresas se obsesionan por los procesos perfectos que deben realizar sus empleados, sin embargo tampoco es suficiente ya que esos procesos los llevan a cabo empleados que son seres humanos imperfectos.
Líder humanista
El conferencista explicó que el trabajo humanista de un líder está en subsidiar y acompañar a sus empleados, así como escucharlos compasivamente y reconocer cuando tienen algún problema personal.
“El líder humanista llega primero a su trabajo, conoce a sus empleados, hace comunidad”, resaltó, para luego aclarar que el jefe que es “humanista” debe “tener vida”.
“El único modo de tener una empresa con rostro humano, es desde el patrón y su equipo de liderazgo, que tienen momentos de esparcimiento, hacen oración contemplativa. El humanismo se aprende humanizándome. Ir al humanismo es primero un trabajo personal”, sentenció.