Ana María Ibarra
Una Eucaristía de gratitud por la vida de los sacerdotes Juan Manuel García y Benjamín Cadena, fallecidos el pasado mes de enero, se celebró en el Seminario Conciliar de Ciudad Juárez, que durante varios años fue su casa.
“El Seminario quiere agradecer ante Dios la vida de estos sacerdotes”, dijo el padre Alberto Castillo, quien presidió la celebración.
Buenos pastores
Familiares e integrantes de la comunidad San Pedro y San Pablo, último destino del padre Cadena, se hicieron presentes en el recinto. A su vez, familia del padre Juan Manuel siguió, desde España, la transmisión vía Facebook Live.
Además, estuvieron presentes amigos y exseminaristas que fueron testigos de la entrega de ambos sacerdotes.
“Los padres Benjamín y Juan Manuel, que nos formaron esta casa, vivieron misiones como Moisés. El pueblo elegido, en su camino, se parece al Seminario. Fueron sacerdotes de mucha paciencia, mucha escucha, siempre nos acompañaron atentos”, expresó durante su homilía el padre Castillo.
Retomando las palabras del evangelio, que muestran a Moisés como un pastor que ora por su pueblo, el padre Alberto recordó que tanto el padre Benja como el padre Juan Manuel oraron siempre por los seminaristas.
“Un día, en el cielo, sabremos el poder de la oración y caeremos de rodillas y agradecidos. De Juan Manuel lo recuerdo caminando con su rosario. ¡Cuánto oraron por nosotros y cuánto nos enseñaron con sus vidas a voltear a ver al crucificado para encontrar ahí la fortaleza!”, expresó.
Y añadió: “Hoy, el Seminario quiere decir: gracias. Y como el Seminario es el corazón de la diócesis, la diócesis quiere decir: gracias, con todo su corazón. Que podamos, con nuestras vidas, honrar lo que ellos hicieron con la suya”.
Palabras de su amigo
El padre Alberto cedió la palabra al padre Héctor Villa, quien ingresó al Seminario cuando el padre Juan Manuel fue rector, además fue entrañable amigo del padre Cadena.
“A Juan Manuel, una cosa que le sobraba era la paciencia. El día de mi ordenación, en el 84, me dijo: ya no me digas padre, dime hermano. A Benjamín lo conocí aquí, nos acompañamos muy de cerca, en la búsqueda a un ministerio cercano a la gente”, dijo el padre Héctor.
Compartió algunos recuerdos del camino recorrido en el ministerio sacerdotal junto al padre Benjamín, y pidió:
“Quiero que nos unamos en la acción de gracias. Con Benjamín y Juan Manuel nuestra diócesis fue favorecida. En Benjamín me concedió un hermano que me ayudó como confesor y consejero”.
Para finalizar, el padre Héctor comparó la vida de los padres Cadena y García como una semilla que se siembra y que, al morir, da mucho fruto.
“Ese fruto está por darse. Damos gracias a Dios por la vida del padre Benjamín Cadena y del padre Juan Manuel García, por la huella que han dejado en muchos de nosotros. Que Dios los tenga presentes y, como dice la bella oración, les permita contemplar la luz de su rostro”, finalizó.
Al concluir la celebración, los asistentes se encontraron para fortalecerse mutuamente con palabras y muestras de cariño.