El obispo de El Paso, Mark Seitz, pidió perdón a los migrantes por todas las injusticias que ha cometido el gobierno de Estados Unidos.
Diana Adriano
Con emotiva misa, el pasado sábado 6 de noviembre, las autoridades eclesiásticas de Estados Unidos y México recordaron la memoria de 557 migrantes fallecidos en frontera durante el último año, como parte de la celebración tradicional del Día de Muertos.
La celebración se llevó a cabo en «El Punto» donde el obispo de la Diócesis de Ciudad Juárez, José Guadalupe Torres, presidió la Eucaristía, y estuvo acompañado por los obispos de El Paso, Mark Seitz, de Las Cruces, Peter Baldacchino y el obispo Thomas Zincula de la Diócesis de Davenport, en Iowa.
Pidieron por su descanso
Durante la Santa Misa los obispos pidieron por las almas de los migrantes fallecidos en la frontera, en su intento por cumplir el denominado ‘sueño americano’. Quienes además, fueron recordados con un conmemorativo altar de muertos.
Al evento acudieron alrededor de 200 migrantes, así como algunos representantes de varias instituciones que apoyan a los migrantes en su paso por la frontera, entre ellos, el padre Javier Calvillo, director de la Casa del Migrante.
El padre Calvillo, destacó la importancia del apoyo al migrante pues de los 3 mil 800 migrantes que han sido secuestrados en el Estado de Chihuahua, 2 mil 200 casos han sido registrados en Ciudad Juárez.
“Es bello saber que cada día nos hacemos más grandes en este reto que el Señor nos da. Gracias a todos por su apoyo”, expresó el padre Calvillo.
Por su parte, el obispo de El Paso, Mark Seitz, ofreció disculpas, como ciudadano norteamericano, por el trato de las autoridades de su país hacía ellos.
“Quiero pedir su perdón en nombre de mi país, porque nos llamamos un país cristiano pero no estamos actuando de esta manera. No sé qué ha pasado con nuestros corazones, pero esperamos que Dios pueda cambiar la mentalidad de nuestros políticos y ciudadanos”, dijo monseñor Seitz.
Se unen en oración
Una de los asistentes a la ceremonia religiosa fue la señora María del Carmen Cadena, quien perdió a su esposo, Salvador Contreras, mientras trabajaba siendo migrante indocumentado en Albuquerque, Nuevo México.
“A mis 63 años nunca he faltado a una misa por los migrantes, para pedir por ellos, no solo por mi esposo. Gracias a Dios yo pude tener a mi esposo de vuelta para sepultarlo aquí en Juárez, pero sé que muchas familias no corren con esa suerte”, compartió María, quien pertenece a la comunidad de Corpus Christi, en Anapra.
Por ello, María y su familia nunca han perdido la oportunidad de estar presentes en esta celebración tan importante, y con un gran significado para ella y sus hijos.