Ana María Ibarra
Para agradecer a Dios por la vida y el pontificado del Papa Francisco, la Iglesia Diocesana se reunió el pasado lunes 21 de abril en la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe, en oración por su eterno descanso.
Celebró la Eucaristía el obispo don J. Guadalupe Torres Campos, con la presencia de sacerdotes de la diócesis y ante un templo lleno que demostró el amor que la grey católica siente por quien fue el primer papa de Latinoamerica y el único que ha pisado esta tierra fronteriza.
Algunos fieles portaron fotografías del Santo Padre mientras que sus rostros acongojados mostraron su pesar.
Monseñor Torres reflexionó sobre este momento de Pascua que vive la Iglesia.
“Dice san Pablo: si hemos muerto con Cristo, estamos seguros que también resucitamos con Cristo. El papa Francisco ha resucitado, ha sido llamado al encuentro del Padre”, expresó.
Resaltó lo admirable del testimonio que ha dejado el sumo pontifice a quien llamó “el papa del encuentro”.
“El papa, que hace presente a Cristo en el mundo, vino a nuestro encuentro. El papa de salida, misionero, peregrino de esperanza, un ejemplo maravilloso de cercanía, de humildad, de desprendimiento, de amor, porque es Cristo en medio de nosotros”, señaló el obispo.
Siempre mostró su amor a Ciudad Juárez
Recordó el anhelo del papa Francisco por visitar México y sus fronteras, siendo Ciudad Juárez la elegida.
“Quiero ir a Juárez, bien claro lo tuvo el papa Francisco, y vino a nuestro encuentro. En cada momento nos mostró el amor del Padre”, afirmó.
Luego mencionó que el legado que deja el Papa Francisco a la Iglesia es hacer vida el magisterio, vivir la sinodalidad, el encuentro, el diálogo, e interceder por la paz.
“Siempre que me veía me reconocía y me manifestó su amor por Ciudad Juárez. Pidamos a Dios por él. Estos días tenemos que hacer mucha oración, dejar especulaciones, concentrarnos en lo importante, orar. Sigamos adelante testimoniando con la Palabra y la vida a Cristo resucitado”.
Papa de los migrantes
Un día después, el martes 22 de abril, en la Casa del Migrante también se celebró una Misa especial con motivo del fallecimiento del Santo Padre, a quien se recordó con cariño como “el Papa de los migrantes”.
La celebración fue presidida por el padre Francisco Bueno, director de la Casa del Migrante, y concelebrada por el padre Fernando Valle, párroco de Nuestra Señora del Pilar.
Asistieron personas que se encuentran bajo el resguardo de esta institución.
“Hoy celebramos esta Eucaristía con un profundo sentido de fe, en medio de la octava de Pascua y dentro del Jubileo de la Esperanza, para pedir al Señor por el alma de nuestro amado Papa Francisco”, dijo el padre Francisco.
Recordó con cariño la histórica visita del Papa a Ciudad Juárez el 17 de febrero de 2016, la cual definió como “un gesto de cercanía, de consuelo y lleno de la misericordia de Dios”.
Igualmente trajo a la memoria las palabras que el Papa pronunció en suelo juarense:
“¡No más muerte ni explotación! Siempre hay tiempo para el cambio, siempre hay una salida, siempre hay una oportunidad, siempre hay tiempo para implorar la misericordia del Padre”.
Finalmente reafirmó el compromiso de la Iglesia con los migrantes, citando los cuatro verbos que el Papa Francisco dejó como legado: acoger, proteger, promover e integrar, refieriéndose a la necesidad de brindar una respuesta integral y humanitaria a la situación de los migrantes y refugiados.