El Prefecto de Educación y Cultura de la Santa Sede vino a México para impulsar los siete compromisos que plantea el papa para una conversión profunda en la educación… Sacerdote lo explica en entrevista…
Blanca A. Martínez
En un contexto global marcado por la fragmentación social y una creciente crisis de valores, la Iglesia Católica ha lanzado un fuerte llamado a la renovación educativa.
Este llamado converge con la visita que hace unos meses realizó a México el cardenal José Tolentino de Mendonça, prefecto de Educación y Cultura de la Santa Sede, en cuya gira visitó Puebla, Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey con el fin de respaldar el Pacto Educativo Global impulsado por el Papa Francisco y promover una educación para la paz.
En entrevista con Periódico Presencia, el padre Eduardo José Corral Merino, secretario de la Dimensión de Pastoral Educativa y de Cultura de la CEM, habló sobre esta visita, la cual se ha tomado como una gran oportunidad para reflexionar sobre el papel transformador de la educación en la sociedad.
Aquí la entrevista:
¿En qué consistió la visita que hizo a México el Prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación de la Santa Sede?
Cabe señalar que el citado cardenal es el colaborador más cercano del Papa Francisco en la desafiante misión de evangelizar el corazón de la cultura y promover una educación integral, que responda a la dignidad de la persona humana y a su vocación.
Esta gira asumió el espíritu pastoral de una Iglesia en salida, al servicio del mundo. Se llevaron a cabo 28 encuentros en las Arquidiócesis de Puebla, Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, en los que participaron: Obispos y Responsables de Educación, Cultura, Universidad y/o el Deporte; con representantes y personas involucradas en dichos ámbitos: padres de familia, maestros, directivos de escuelas, universidades públicas y privadas, empresarios, líderes sociales, autoridades civiles, entre otros.
Estos eventos tomaron la forma de diálogos y encuentros entre el Cardenal y los distintos agentes que participaron en ellos. El Cardenal Tolentino subrayó que uno de los motivos centrales de su visita fue reconocer y agradecer a los agentes de educación y cultura lo que son, su entusiasmo, su pasión; conocer su realidad para amarla mejor, escuchar mejor para comprender mejor; alentarlos en su misión y proyectos. Enfatizó que su tarea es comunicar la palabra del Papa Francisco, su voz, serenar e iluminar sus preocupaciones, su alegría, su esperanza en estos campos de la cultura, la educación, la universidad, el arte y el deporte. Todo ello forma parte esencial del Pacto Educativo Global.
¿Cuáles diría que fueron los frutos de esta visita?
Considero que uno de los frutos más importantes es haber sembrado una semilla para generar una cultura de diálogo y encuentro, tan urgente en estos tiempos complejos y desafiantes que atraviesa nuestro País, en estos ambientes tan humanos, esenciales y complejos.
Por una parte, la gran mayoría los agentes de educación y cultura que participaron en los encuentros se fueron con un entusiasmo renovado, con ideas frescas, profundas, desafiantes y con mayor claridad en el sentido de su misión. Recibieron principalmente un mensaje de esperanza de los pastores la Iglesia, para situarse y responder juntos frente a este cambio de época que vivimos, marcado por la globalización, el avance acelerado de las tecnologías de la información.
Por otro lado, el Cardenal agradeció los gestos de acogida y amistad que la gente tuvo hacia él. Asimismo, valoró los ejercicios de diálogo y preguntas con representantes de distintos espacios educativos y de cultura. Se enriqueció con múltiples experiencias que le permitieron una visión amplia de la realidad educativa, cultural, eclesial del País y de América Latina.
¿Qué es el Pacto Educativo Global? ¿En qué consiste?
La propuesta central que el Cardenal Tolentino comunicó en su visita a México fue sin duda el Pacto Educativo Global. Ésta es una iniciativa preciosa porque sintetiza las inquietudes más profundas del Papa Francisco, sobre la educación y, sobre todo la conversión espiritual que todos los agentes necesitamos asumir. El Papa le ha dado un lugar privilegiado a la educación y a la evangelización de la cultura en su pontificado, derivado de su carisma como jesuita, así como su sensibilidad de pastor a las cuestiones fundamentales de la cuestión social.
El Papa nos ha llamado con el Pacto Educativo Global, a ser corresponsables en la consolidación de una nueva cultura mucho más humana, integral, solidaria y sustentable. Esto sólo será posible humanizando nuestra manera de educar.
Para ello, el Papa nos ha desafiado a restaurar la aldea educativa, el tejido vital de relaciones en los que toda persona se educa y encuentra sentido a su existencia. Dicha tarea nos involucra a todos: padres de familia, maestros, directivos, Iglesia, sociedad civil, empresa, deporte…
¿Cuál diría que es actualmente la situación del Sistema Educativo Nacional? ¿Qué desafíos enfrenta?
El Papa Francisco nos hace caer en cuenta que el problema más grave es que la educación se ha deshumanizado, es decir, ha perdido su horizonte, que es servir a la persona concreta, quien es sujeto y destinatario de la misma. Démosle prioridad al paradigma de la centralidad de la persona, más allá de visiones estatistas, economicistas, historicistas y pragmáticas. Nuestros educadores y educandos son personas, no sólo ciudadanos, funcionarios, etc.
La Iglesia más que estar atenta a la cuestión gubernamental, le da prioridad al ser humano de hoy, sus gozos y esperanzas, las exigencias de su dignidad, que trascienden en mucho su realidad civil, pública (Cf. Gaudium et spes).
Por supuesto reconocemos que los desafíos de los sistemas educativos nacionales en el mundo son principalmente: 1) Cuidar la situación socioemocional de nuestros chicos: ayudarles a trabajar en la serenidad, la confianza, la autoestima. 2) Partiendo de lo anterior, recuperar sus aprendizajes esenciales, su capacidad de expresarse oralmente, la lectoescritura, las operaciones matemáticas. Lo anterior a fin de formar personas maduras. 3) Atender la deserción escolar.
¿Cómo se pueden abordar estos desafíos?
El Papa Francisco, en sintonía con el Pensamiento Social de la Iglesia, nos ayuda a comprender que el problema radical no se encuentra en las ineficiencias de los modelos pedagógicos y técnicos, las planeaciones, el control, sino que es una cuestión profundamente humana, que tiene ver con la manera como la persona se comprende a sí misma, le da sentido a su existencia y se relaciona con la casa común, su prójimo y con Dios.
Es por ello que el Santo Padre en dicho Pacto nos llama a conversión profunda de nuestros paradigmas y actitudes, mediante siete compromisos: 1) poner el centro de todo proceso educativo a la persona; 2) escuchar a los niños, adolescentes y jóvenes; 3) recuperar a la familia como principal responsable de la educación; 4) hacer partícipe a las niñas y jóvenes de su proceso educativo; 5) educarnos para acoger a los más vulnerables; 6) humanizar las maneras de relacionarnos la economía, la política, el desarrollo; 7) cuidar nuestra casa común.
Reitero, para responder a estos compromisos, necesitamos una visión mucho más evangélica e integral que el esquema gubernamental o burocrático. En el contexto de la Pandemia, el Santo Padre compartió un video mensaje para relanzar el Pacto Educativo Global, donde recuperó en numeral 77 de la Encíclica Fratelli tutti: “No tenemos que esperar todo de los que nos gobiernan, sería infantil. Gozamos de un espacio de corresponsabilidad capaz de iniciar y generar nuevos procesos y transformaciones. Seamos parte activa en la rehabilitación y el auxilio de las sociedades heridas”.
¿Algo más que desee agregar para la comunidad católica de Ciudad Juárez?
Alentamos a los agentes de educación, de cultura a ir más allá de sus límites y fronteras. Estos no solamente son geográficos, sino que esta realidad les desafía a ampliar sus propios paradigmas y criterios, con cuales se sitúan frente a ella y le dan sentido.
Cultivemos una visión que integre la inmensidad de lo global y al mismo tiempo la riqueza de la pluralidad. Ciudad Juárez es una población estratégica y límite, que tiene lo mejor del norte y lo mejor del sur, y paradójicamente lo peor de ambos también.
Hemos vivido grandes problemas sociales: la migración, la violencia, la crisis económica y laboral, los beneficios y los abusos de la tecnología. Frente a este mundo convulso y complejo, como Iglesia, estamos llamados a ofrecer una respuesta desde la espiritualidad samaritana: reconfortar, acoger y sanar las heridas de nuestra gente, restaurar nuestras relaciones humanas. Ése es el espíritu del Pacto Educativo Global.