Diana Adriano
Las Voluntarias Vicentinas son una asociación de mujeres laicas que buscan siempre ayudar a quien lo necesita.
Sin embargo, la contingencia sanitaria ocasionada por el Covid-19 ha traído grandes cambios a su forma de trabajo, pues a pesar de estar cuidadosamente organizadas, su rango de edad las convierte en personas vulnerables ante el virus.
“Desde que inicio la pandemia nos hemos tenido que adaptar a una nueva forma de trabajo, evitando unas cosas e implementando otras. Realmente las voluntarias que prestan sus servicios, son personas de 60 años en adelante y no podemos ponerlas en riesgo”, comentó Ma. del Refugio Duarte Márquez, voluntaria vicentina.
Actividades realizadas
Por medio de redes sociales, las Voluntarias Vicentinas se han organizado para seguir en su labor de apoyo a los Hospitales y personal de la salud.
«Tenemos servicio en el Hospital General y en el Hospital de la Mujer, tenemos suspendidas las visitas, pero se esta apoyando con material como mascarillas, guantes para las enfermeras, jabón, shampoos y artículos de higiene personal y todo lo que se necesite durante este tiempo», agregó.
Del mismo modo, explicó que a través de donativos recolectados por medio de transferencias bancarias, han logrado apoyar al Seminario Conciliar en este tiempo que más lo necesita.
«Hemos tenido la oportunidad de ser participes de la campaña ‘Todos en la Misma Barca’ llevando donativos, pues sabemos la gran necesidad que hay en nuestra ciudad y no podemos tomarnos el lujo de quedarnos con los brazos cruzados», dijo.
Las voluntarias también han llevado comida para los servidores que día con día entregan sus esfuerzos a esta campaña en el Banco de Alimentos, ubicado en la parroquia El Señor de la Misericordia.
«Un pequeño grupo llevó alimentos a los jóvenes que entregan su servicio en esta campaña tan hermosa, y ellos se mostraron muy agradecidos», comentó.
Se siguen capacitando
A pesar de que las algunas voluntarias se encuentran un poco tristes al no poder compartir el Evangelio de la manera en la que están acostumbradas, ellas se siguen capacitando a través de plataformas digitales.
«La aplicación de Zoom ha sido una herramienta muy útil para tener contacto entre todas nosotras, para seguirnos capacitando y aprendiendo más del Evangelio, sin ponernos en peligro de contagio», finalizó.