Diana Adriano
Con gran alegría, fervor y en espíritu de unidad, las comunidades de las parroquias Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y Santo Toribio de Mogrovejo se reunieron el pasado viernes 17 de mayo para peregrinar hacia la parroquia de Santa Teresa, designada como templo jubilar.
La caminata inició en el parque hundido del fraccionamiento Oasis Revolución, donde fieles vestidos de blanco, portando globos y acompañados de las imágenes de sus santos patronos, comenzaron su marcha con cantos y oraciones. El ambiente estuvo colmado de esperanza, reflejo de una comunidad viva y comprometida con su fe.
A su llegada al templo jubilar, fueron recibidos con gran regocijo por el padre Víctor Vega, párroco de Santa Teresa, quien los roció de agua bendita y les dio la bienvenida.
“Peregrinos de la esperanza, sean todos bienvenidos: para nosotros es motivo de alegría recibir a cada uno de ustedes, que, peregrinando con la esperanza firme en Jesucristo, han dejado huellas de fe”, dijo.
El padre Víctor enfatizó que el peregrinar no es solo un gesto exterior, sino una experiencia transformadora: un caminar con propósito, guiados por la esperanza que no defrauda.
“Cristo dejó huella, y nosotros estamos llamados a caminar tras Él. Hoy ustedes también han dejado una huella de fe, y esa huella no se borra, porque nace del corazón que cree, que ama y que confía”, añadió el sacerdote.
Llamado a la esperanza activa
Acto seguido se llevó a cabo la Santa Misa, presidida por el padre Juan Herrera y el padre Luis Soriano, párrocos de Santo Toribio y Perpetuo Socorro, respectivamente.
En su homilía, el padre Luis Soriano hizo eco de los acontecimientos recientes que han causado dolor en la comunidad:
“Hoy, más que nunca, debemos escuchar con atención lo que el Señor quiere decirnos. Hemos vivido una semana marcada por acontecimientos dolorosos que nos sacuden como sociedad. No podemos quedarnos de brazos cruzados”, expresó.
El sacerdote hizo un llamado a transformar la consternación en acción concreta, invitando a todos a ser testigos del amor de Dios en la vida cotidiana.
En el marco del Año Jubilar, convocado por el Papa Francisco (qepd), a quien evocó con gratitud y afecto, el padre Luis resaltó el valor de cruzar la Puerta Santa como signo de conversión y esperanza:
“Hoy celebramos esta Eucaristía como peregrinos de esperanza. Cruzamos esta puerta jubilar recordando que somos hijos de Dios, bautizados, llamados a vivir y proyectar la virtud de la esperanza. Esta virtud sólo se entiende desde la confianza, desde el abandono en las manos de Dios”, sentenció.
Recordando las enseñanzas del Papa Francisco y las palabras de San Juan Pablo II en su exhortación Ecclesia in America, el sacerdote insistió en que la esperanza cristiana no decepciona:
“El mundo puede caminar sin horizonte, podemos fallarnos entre nosotros, pero quien espera en Dios, jamás será defraudado. Dios nunca se cansa, Dios nunca decepciona”, finalizó.
Los fieles salieron gozosos de la celebración en la que pudieron obtener indulgencia plenaria para ellos mismos o sus familiares.