La generosidad muchas veces se interpreta solo en lo material. Pero para estos profesionales, generosidad es donación personal, ofrecer tiempo y capacidades para atender las necesidades de otros… aquí su testimonio que enseña ampliamente esta virtud…
Ana María Ibarra
Conscientes de que vivir las virtudes cristianas implica donación y entrega total de la persona, hace más de diez años el Colectivo Chopeke optó por hacer vida la virtud de la generosidad a través de la construcción de viviendas con un proyecto de arquitectura social.
Los integrantes de este colectivo, surgido de una parroquia, no lo han hecho solos, sino que han motivado a muchachos de otras comunidades parroquiales, y ahora también de escuelas, para que conozcan las diferentes realidades que se viven en la ciudad y así actuar en la generosidad.
Proyecto católico
Después de un discernimiento personal, el arquitecto Omar Ríos hizo una opción preferencial por los pobres buscando poner sus conocimientos de arquitectura en favor de quienes menos tienen. A él se sumaron otros jóvenes que se congregaban en la parroquia Nuestra Señora de la Paz recibiendo el acompañamiento del entonces párroco, el padre Carlos Márquez (qepd).
El grupo de jóvenes se convirtió en el Colectivo Chopeke, cuyo motor es la virtud de la generosidad, que implica donación total.
«La generosidad muchas veces se interpreta en la cuestión material. Para nosotros es donación, es dar y darnos y lo hemos enfocado en la cuestión del tiempo de calidad hacia las diferentes necesidades. Específicamente donamos nuestro tiempo como profesionales -como arquitectos- ayudando para dignificar la vivienda de quienes lo necesitan”, explicó Paúl Alejandro Pérez Castillo, integrante del Colectivo.
El joven, arquitecto de profesión, señaló que la vivienda es el pretexto para ayudar, pues al acercarse a las familias se dan cuenta que existen otras necesidades que hay que cubrir.
“La vivienda siempre es el pretexto, este es un lema al interior del colectivo pues siempre encontramos muchas otras realidades que van a requerir de apoyo y es cuando empezamos a sumar más gente, especialmente a los jóvenes”, dijo.
Vivir la generosidad
Recordó los inicios del Colectivo con jóvenes de Confirmaciones de la parroquia Nuestra Señora de la Paz, lo cual, dijo, no fue del todo fácil.
“Fue un choque para los jóvenes, pues su realidad es muy distinta a la que viven las familias de la periferia. Pero no dejamos de impulsarlos. Después se sumaron otras parroquias y ahora que ya somos asociación civil tenemos la posibilidad de que los jóvenes estudiantes puedan sumarse. Así es como buscamos que los jóvenes aprendan a vivir la generosidad”, agregó.
Destacó que la columna vertebral del Colectivo es la opción preferencial por los pobres y vivir la generosidad a través del tiempo de servicio que ofrecer sin pensar siquiera en recibir algo a cambio.
“Eso es lo que queremos que aprendan los jóvenes: dar un servicio sin esperar recompensa material. Como comenté, la vivienda es el pretexto, hemos encontrado que dentro de alguna familia hay casos de abuso, necesidades en cuestiones legales, médicas y buscamos personas que puedan dar un servicio generosamente. Es parte de nuestra formación cristiana, de nuestra fe”, dijo.
Chopeke ha visto como un signo providencial el hecho de que un año después de su fundación, el papa Francisco publicó su encíclica Laudato Si, que vino a dar fundamento a la acción generosa del colectivo.
“Nuestra acción está enfocada en la construcción ecológica y nos han dicho que, si en un año hacemos tres viviendas, con material y mano de obra especializada podríamos hacer hasta veinte, pero los principios de Chopeke son que la misma comunidad participe en esta acción, llamada arquitectura colaborativa”, explicó Paúl.
Añadió que este principio involucra al mismo beneficiario, para que ponga sus manos y sus pies en la construcción, igual que el voluntariado lo hace.
“El testimonio de unos hizo sensibles a otras personas. Una vez el padre Alberto Castillo nos hacía una reflexión y decía que probablemente nosotros íbamos y ayudábamos a la periferia, pero en realidad la periferia estaba ayudando mucho a los jóvenes voluntarios a descubrir esa realidad. Ha sido muy difícil, pero a la vez ha tenido muy buenos frutos”, afirmó.
Chopeke sigue recibiendo a jóvenes de parroquias que deseen realizar un servicio de generosidad y, ahora, como asociación civil, también ofrece una opción para jóvenes estudiantes que deseen realizar su servicio social, de manera especial a los estudiantes de arquitectura.
Cómo educar en la generosidad
- La generosidad va de la mano de la escucha. Padres de familia, maestros, líderes en la fe, escuchen a los niños, adolescentes y jóvenes para conocer sus necesidades y ellos aprenderán a escuchar su entorno para conocer las realidades actuales y sus necesidades.
- Ser testimonio. Lo más grande que puede haber es que vean a sus padres, maestros, autoridades, líderes en la fe que son personas generosas. Que el testimonio sea lo que los lleve a seguir el camino de la generosidad.
Colectivo Chopeke Calli A.C.
Dedicado a la arquitectura social y sustentable.
Fundado en el 2014 con apoyo del padre Carlos Márquez y el arquitecto Juan Manuel Casillas de la Ciudad de México.
Su primer prototipo de vivienda fue en el Kilómetro 33 en el asentamiento Rarámuri.
Actualmente conformada por los arquitectos Omar Ríos y Paúl Pérez Castillo, y el ingeniero Oscar Holguín.
IG: Colectivo Chopeke Calli A.C
Facebook: Colectivo Chopeke
Correo Electrónico: colectivochopeke@gmail.com