Al celebrarse el domingo pasado la fiesta del Bautismo del Señor, Presencia habló con catequistas de Pláticas Pre bautismales que comparten su experiencia al evangelizar sobre este sacramento de iniciación cristiana…
Ana María Ibarra
Después de catequizar niños para el sacramento de la Eucaristía, Lluvia Angélica Jiménez y Cecilia Gómez enfrentan un nuevo reto desde hace dos años: catequizar a papás y padrinos en pláticas pre bautismales.
Para las catequistas la tarea es difícil, pues no solo es impartir un tema, sino concientizar a los asistentes sobre el valor y la importancia del sacramento del bautismo y el compromiso que adquieren con Dios, con la Iglesia y con el bautizado.
Adultos vs niños
Hace aproximadamente dos años, Lluvia Angélica Jiménez y Cecilia Gómez fueron designadas por su párroco como catequistas de pláticas pre bautismales en la parroquia Cristo Rey.
Si bien, para las catequistas no es ajeno el tema de los sacramentos y en su anterior ministerio tuvieron cercanía con papás y padrinos, ahora se enfrentan a nuevos retos.
“Esta catequesis es completamente diferente. Es más difícil catequizar a papás y padrinos. El niño es una esponjita a la cual podemos empapar del conocimiento de Dios. Los adultos vienen a veces más cerrados, bloqueados, más por obligación, por cumplir un requisito”, señaló Lluvia.
Agregó que, si bien, el niño en ocasiones puede ir al catecismo obligado por sus padres, conforme avanza la catequesis les va gustando, y es justo ese momento en que ellas como catequistas pueden aprovechar para que, al concluir el curso, los niños vayan al sacramento con el corazón lleno de amor a Dios y deseosos de recibir a Jesús Eucaristía. No así con los adultos.
“Un tema que me gusta compartir en pláticas pre bautismales es El Amor del Padre. Es un tema maravilloso, porque es reconocer el amor del Padre que está ahí, para mí. Es difícil hablar del amor de Dios a una persona que a lo mejor tiene años sin acercarse a una iglesia, o que está pasando momentos difíciles en su vida”, afirmó.
Sembrar semilla
Lluvia agregó que es justo en ese momento y a través de ese tema donde, como catequista, debe transmitir ese amor de Dios para que llegue la conversión a esos corazones duros.
“Como dijimos antes, muchos llegan por compromiso, porque quieren una tarjeta y como catequista tengo que hacerlos cambiar de forma de pensar. Les hacemos tomar conciencia de la importancia del sacramento y de lo que significa ser padrino. Créame, llegan cerrados, pero se van muy diferentes. Y nada más tengo dos horas para que se den cuenta del significado del bautismo”, señaló.
Lluvia y sus compañeras de ministerio, entre ellas Cecilia Gómez, comparten al final de cada curso la experiencia y el sentimiento que les ocasiona saber que al menos una persona se fue con la semilla sembrada.
“Nos da mucho gusto ver que la gente se va completamente distinta a como llegó. Cada parroquia tiene su forma de preparar e impartir este curso de pláticas pre bautismales, pero lo que corresponde a nosotros es un agasajo que la gente haga una metamorfosis y se quite la idea de que solo necesita la tarjeta”, dijo Lluvia.
Motivadas
Tanto Lluvia como Cecilia, sacan provecho a los temas que tienen que impartir en dos horas, incluso, les ayuda a la reflexión que las personas les pregunten e incluso las cuestionen. “Aunque los vemos que no quieren estar ahí, tenemos que hacer que entren en un conocimiento de Dios, de su amor y del verdadero significado del sacramento”, reiteró.
Al igual que Lluvia, Cecilia resintió la diferente entre catequizar niños y catequizar adultos.
“Llegan con una mentalidad negativa y, en mi caso, me hace sentir presionadas al estar ahí, dando el tema. Pero poco a poco, conforme va pasando la catequesis y al ir platicando con ellos, de las experiencias vividas entre nosotros, cambian su mentalidad y salimos motivadas para seguir dando esa catequesis”, expresó Cecilia.
Añadió que, en esas charlas, algunas personas comparten con ellas sus experiencias y parte de su vida, algo que las ayuda a reflexionar sobre los mismos temas que imparten como catequistas.
Dar valor al sacramento
Lluvia explicó que, en ocasiones, el reto más difícil es llegar a la conciencia de los padrinos, pues el ser elegidos para apadrinar significa que son personas importantes en la vida de los papás del niño.
“Papás y padrinos tienen un compromiso. Los papás son quienes guían al niño en todos los aspectos de su vida, incluida la vida cristiana; los padrinos toman la decisión de acompañar y su papel es importante porque el sacramento lo es. No solamente están ahí porque son el amigo de parranda, del trabajo, o con mayor posibilidad de dar un mejor regalo”, señaló Lluvia.
Por lo tanto, añadió, se les ayuda a reflexionar ese compromiso que están adquiriendo referente a la fe.
Lamentablemente, agregaron las catequistas, se encuentran en el camino con personas que mienten, queriendo engañar a la Iglesia.
“Muchos prefieren pagar dos mil o tres mil pesos por una tarjeta, que escucharnos dos horas y darse la oportunidad de cambiar su mentalidad. Como catequistas estamos preparadas para darnos cuenta si están mintiendo en alguno de sus datos o documentos”, dijo Lluvia.
Cecilia recordó el caso de alguna persona que llegó a pláticas y al final declaró ser de otra denominación cristiana.
“En cada oportunidad les explicamos de la importancia del sacramento y que no está bien que ellos quieran acercar a su hijo o a su ahijado con mentiras pues, ni como papá ni como padrino le están dando el valor al bautismo del niño”, dijo Cecilia.
Empaparse de Dios
Además de concientizar a los asistentes, las catequistas les apoyan con cuando así requiere según sea su situación y lo autorice su párroco, el padre Leonardo García.
“Una señora fue a tomar pláticas porque su hija no podía ir, pero al escuchar el tema se acercó para pedirnos ayuda y ver la posibilidad de que pudiéramos catequizar a su hija en otro momento”, compartió Lluvia.
De igual manera, dijeron las entrevistadas, la catequesis pre bautismal ha ayudado para que las personas que asisten tomen la decisión de acercarse a la parroquia y seguir creciendo en la fe, e incluso solicitar los sacramentos que les faltan.
“Le ponemos mucho amor a nuestro curso. Nos gusta que la gente se vaya empapada. Es una alegría que la gente nos ve en otros lugares y nos saludan, nos hacen saber que dejamos una semillita en cada persona que va”, dijo Cecilia.
Lluvia invitó por este medio a todas las personas que desean bautizar a que valoren el sacramento ya que es el primero en la iniciación cristiana de la fe católica.
“Es esencial que acerquemos a nuestros hijos a Dios desde pequeños a Dios. Sabemos que hay dificultades, pero si acercamos a los hijos desde pequeños es mas ligera la carga. Tenemos tanto que decirles a las personas, cada día son retos nuevos, pero siempre buscamos que se sientan cómodos y que sepan que son parte de esta Iglesia”, motivó Lluvia.
“También los invito a que se acerquen, no solo por el compromiso del bautismo, sino para empaparse de Dios. Acérquense con fe y lo poco que podamos compartir y quede en ellos, lo puedan compartir con sus hijos y ahijados, pues tienen la responsabilidad de inculcar a sus hijos y ahijados en la fe. Estamos a la orden para compartir un poco de lo que sabemos y dejarlo en su corazón”, concluyó Cecilia.