Diana Adriano
Las pláticas prebautismales, también conocidas como catequesis pre bautismales, son un pilar esencial en la preparación de padres y padrinos para celebrar el sacramento del Bautismo. Este proceso no solo cumple con un requisito, sino que siembra una semilla de fe y conciencia en las familias que participan. Héctor Manuel Pérez Rodríguez, miembro activo de la parroquia San Martín de Porres, compartió su experiencia de ocho años impartiendo este servicio, que describe como un compromiso transformador.
Cimiento de fe
El entrevistado destacó el desafío que representa motivar a los participantes a que vean las pláticas no sólo como un trámite obligatorio, sino como un espacio para reflexionar y fortalecer su fe.
“Muchas personas lo toman como un requisito, pero en realidad es una oportunidad, una semilla para su crecimiento espiritual. En solo cuatro horas no se puede abarcar todo, pero sí se puede dar un inicio, una base para que ellos sigan construyendo su fe”, explicó.
El compromiso de Héctor va más allá de impartir conocimientos básicos sobre el Bautismo. «Me pongo a observarlos y a reflexionar sobre el mundo en el que viven, sus entornos laborales y familiares. Lo importante es darles un cimiento de fe para que puedan seguir creciendo espiritualmente. Al final, el resto depende de ellos», agregó.
En su sercvicio, el entrevistado ha crecido también gracias a la fe y el conocimiento que compartían los participantes en las pláticas.
“Muchas veces sus preguntas me han hecho cuestionarme a mí mismo, lo cual también ha fortalecido mi relación con Dios y con mi familia”, agregó.
Constante renovación
Por otra parte, el entrevistado compartió cómo su compromiso en las pláticas prebautismales lo llevó a buscar una preparación más profunda en la Palabra de Dios.
“Al principio, me resultaba difícil responder algunas preguntas durante las pláticas, porque aunque sabía un poco de la Biblia, no tenía toda la claridad que necesitaba”, comentó Héctor.
Dijo que en las pláticas ha sido cuestionado con preguntas que le han sorprendido y animado a prepararse mejor.
“Me di cuenta de que necesitaba prepararme más como coordinador para poder responder con precisión y seguridad. Decidí inscribirme en el Instituto Bíblico San Jerónimo para seguir aprendiendo y tener respuestas acertadas», explicó Héctor.
Actualmente, cursa el cuarto semestre en el instituto, una experiencia que describe como enriquecedora tanto en lo personal como en su labor pastoral.
“Estudiar la Biblia me ha dado más confianza en mí mismo y en mi fe. Ya no siento que improvise al responder, sino que hablo con certeza, respaldado por el conocimiento adquirido. La Palabra de Dios es inmensa, y cuanto más estudio, más me doy cuenta de lo mucho que falta por aprender”, comentó.
El catequista subrayó que la formación continua es fundamental en este servicio, ya que no solo se trata de impartir información, sino de acompañar a las personas en su camino espiritual.
Diez años de catequista
Con diez años de experiencia en las pláticas prebautismales de la parroquia Santo Tomás Apóstol, Adriana Murillo Cardoza ha sido testigo del impacto que estas sesiones tienen en la vida de las familias.
Su llegada a este servicio fue gracias a la invitación del párroco, el padre Jorge Pablo Lozano, quien actualmente coordina la Dimensión Diocesana de la Nueva Evangelización y Catequesis.
“Es gratificante ver a personas que ya han tomado las pláticas en otra ocasión y vuelven. Una vez, en la página de la parroquia, alguien preguntó sobre las pláticas prebautismales. La respuesta fue: ‘Ve a Santo Tomás, ahí te explican por qué y para qué el bautismo’. Leer eso fue muy motivador, porque muestra que el trabajo que hacemos tiene valor para la comunidad”, comentó.
Los retos
Uno de los principales desafíos que Adriana enfrenta como coordinadora es lidiar con personas que desean ser padrinos pero no cumplen con los requisitos establecidos.
«Es difícil cuando llegan personas muy aferradas, convencidas de que pueden ser padrinos, pero no es así «, explicó.
Adriana señaló que, en estos casos, es importante explicar con paciencia el propósito de los requisitos.
«No se trata solo de cumplir un trámite, sino de asumir un compromiso real con la vida de fe del ahijado. Intentamos hacerles entender que ser padrino implica una responsabilidad espiritual, no solo un título», añadió.
«Principalmente, quiero que ellos descubran lo que recibieron el día de su bautismo e invitarlos a empezar a vivir como verdaderos hijos de Dios. También es importante que entiendan que la responsabilidad que adquieren como padres y padrinos no termina el día del bautizo, sino que comienza ahí», explicó Adriana.
Experiencias que dejan huella
A lo largo de su servicio, Adriana ha sido testigo de historias que la han marcado profundamente, evidenciando la importancia del sacramento del Bautismo
«Una vez, una persona muy triste y angustiada compartió conmigo: ‘A mi hijo de siete años lo atropellaron y murió; no estaba bautizado. ¿Qué pasó con él?’. Fue un momento muy difícil, pero también me hizo reflexionar sobre la necesidad de transmitir la esperanza y la misericordia de Dios en nuestras vidas», relató.
Igualmente compartió sobre el impacto de las pláticas en la participación de los asistentes en la vida de la Iglesia.
“Durante los temas solemos preguntar: ‘¿Quién asiste a misa los domingos?’. Tristemente, muy pocos levantan la mano. Sin embargo, al siguiente domingo, ahí están en la misa. Esas pequeñas transformaciones son las que nos animan a seguir adelante», dijo Adriana.
Actas falsas, un problema
Uno de los problemas que enfrentan los catequistas de sacramentos, es la falsificación de documentos, que presentan algunas personas en un intento de obtener el sacramento “de una manera fácil”.
“Hay quienes, a pesar de que les advertimos sobre las implicaciones de llevar documentos falsos, siguen insistiendo en presentar estos papeles”, comentó Héctor Pérez.
Dijo que el proceso para detectar estos documentos es riguroso. Uno de los responsables dentro del equipo de catequistas se encarga de revisar las constancias a detalle.
«Cuando se detectan documentos falsos, la secretaria se encarga de avisarnos. Les explicamos a los participantes que no es posible continuar con el proceso. Y aunque por ley podemos requerir la intervención de la policía en estos casos, la Iglesia opta por dar una advertencia a las personas involucradas”, dijo.
Los catequistas incluso deben dedicar tiempo a explicar detalladamente por qué no es correcto recurrir a estos documentos falsos.
Adriana, por su parte, dijo que antes de comenzar a dar los temas de las pláticas pre bautismales invitan a los asistentes a ser honestos.
“Les decimos que durante las sesiones aprendemos que el bautismo no lo damos nosotros, ni la secretaria, ni el sacerdote. El bautismo viene de Dios, y a Él no lo podemos engañar», enfatizó.
De esta manera buscan generar conciencia sobre el hecho de que falsificar documentos es un delito.
“Nos ha tocado que algunas personas hacen conciencia y se retiran antes de los temas, mientras que otros se retiran a mitad de la sesión al darse cuenta de la importancia de lo que estamos compartiendo”, explicó.
Héctor, por su parte, concluyó diciendo:
“El testimonio que damos a través de nuestras acciones; ser padrinos de Bautizo tiene un impacto muy grande en la vida de los niños. Debemos ser responsables y no involucrarnos en prácticas que afecten nuestra integridad y la de los demás».