Pese a las bajas temperaturas que se han registrado en la ciudad, migrantes mexicanos que permanecen en campamentos cercanos a los puentes internacionales, se han resistido a a trasladarse a albergues para resguardarse del frío.
De acuerdo a reportes periodísticos, autoridades se han acercado a invitarlos a trasladarse a refugios, principalmente a la Casa del Migrante, para proteger sobre todo a los niños. Sin embargo, hasta la impresión de esta edición, aún permanecían muchos a la intemperie.
Las autoridades han informado que hay alrededor de 3 mil migrantes (la mitad menores) en esta situación. Por ello esta semana la pregunta:
¿Cuál solución puede ser factible para atender la crisis de migrantes mexicanos a la intemperie que viven en los alrededores de los puentes internacionales?
Es indudable que hay opiniones divididas entre la sociedad y las autoridades, acerca de la presencia de personas en situación de movilidad (PSM) en los alrededores de los cruces internacionales, ya que mientras para algunos es molesta, para otros es preocupante y para algunos cuantos, incluso, amenazante.
Independientemente de los motivos que las PSM tengan para permanecer acampando en esos sitios, desde hace ya casi dos meses, y de sus temores y rechazos para no ser reubicados a refugios que les garanticen el mínimo de seguridad y confort, tanto para los adultos como para los menores de edad que los acompañan, las autoridades correspondientes deberían de actuar ya en consecuencia.
Por humanidad, por seguridad y por prevención (debido a las gélidas temperaturas que se aproximan en esta época) estoy seguro que al trasladarlos a albergues no se les violenta ningún derecho y, al contrario, a los adultos se les podrían fincar cargos por omisión de cuidados al estar exponiendo a los menores a estas condiciones de vida y de riesgo. No hay que olvidar que casi la mitad de las 3 mil PSM son menores de 13 años.
Aunque suene algo insensible, creo que mientras se les siga brindando atención y ayuda en esas condiciones y llevándola hasta esos sitios, ellos no se moverán de esos lugares, alentando con ello la llegada de más PSM y, en consecuencia, agravando la problemática de salud, tanto de ellos como de la misma ciudad.
Jesus Alfredo Rodríguez Castro/ Tecnico Academico, COLEF
Se requiere de una amplia acción coordinada y permanente de todos los sectores de la sociedad, que toque desde las causas inmediatas y estructurales, hasta responder desde muchas trincheras a las consecuencias en sus diversos niveles.
La acción política, por parte de los gobiernos federales de nuestro país y de Estados Unidos; del Estado y Municipio de Ciudad Juárez y de los estados de donde provienen nuestros hermanos migrantes. Implicación que además de la asistencia humanitaria, lleve a diálogos y negociaciones para lograr acuerdos humanitarios y protocolos explícitos para su atención en la frontera.
Empeño de los diversos actores de la sociedad y de las Iglesias en dar seguimiento desde una información confiable a este fenómeno tan cambiante, favoreciendo una urgente sensibilización y profunda concientización visto sobre todo desde la dignidad humana de las personas y de los pueblos. Y desde aquí, convocar a organismos internacionales, a ser sujetos de mediación y organización en los procesos migratorios.
Como Iglesia Católica, alzar una voz profética a través de nuestros Obispos, expresando nuestro lugar y postura como Discípulos de Jesús y urgiendo a los gobiernos asuman con responsabilidad el papel que a cada uno corresponde, en las causas de la violencia que los llevo a emigrar y en las formas como van manejando la problemática. Y particularmente atendiendo los derechos, demandas y necesidades inmediatas y a largo plazo de nuestros hermanos migrantes.
El contexto de Planeación Pastoral de nuestra Diócesis y los mensajes del Papa Francisco en ocasión de las Jornadas Mundiales de los Migrantes y de los Pobres, son muy idóneos para que desde la Comisión de Pastoral Social, particularmente entre las que se eligió como prioritaria, la Dimensión de migrantes (que incluye, pero no basta el servicio de la Casa del Migrante), se favorezca la implicación de todas las parroquias, concretizando un Proyecto Pastoral a largo plazo, en el que toda la Iglesia y cada Parroquia seamos Espacio de misericordia. Por ejemplo, donde cada una acojamos un número de familias y los acompañemos en cercanía y escucha en la asistencia humanitaria y espiritual, información, asesoría legal, defensa de sus derechos humanos… y si es necesario en la integración laboral y en la vida de la Comunidad.
Hna. Maria Guadalupe Velasco Ramírez, Siervas de los Pobres
Uno de los derechos de los seres humanos es vivir en su lugar de origen, pero si en este no encuentra las condiciones necesarias para su bienestar y para sus hijos, es natural buscar en otro lugar una vida con dignidad. El problema resulta es que los países de recepción o lo que tienen mejores oportunidades, no tienen la misma visión, – aun a pesar que contribuyen de una manera directa o indirecta a la pobreza de varios países- pero la realidad en que tenemos hermanos y hermanas en migrantes en condición de calle y para solucionar esto es multifactorial. Sería importante que pudiéramos ver las mejores practicas en otras partes del mundo ante esta problemática, por ejemplo: en Italia lo que hacen o hacían, es tener casas para los y las migrantes además de un trabajo, mientras esperaban sus documentos, tal vez si el gobierno y sociedad, pudiéramos trabajar con estrategia y buena voluntad, podríamos realizar ideas parecidas e integrales en nuestra Ciudad, .. no obstante, hay que ser lo mas honesto con ellos, decir desde nuestra experiencia, que Estados Unidos, no les dará una visa con facilidad … esa es la primera responsabilidad hacia ellos.
Lic. Diana Morales/ derechohumanista