Presencia
Autoridades dieron a conocer hace unas semanas que Ciudad Juárez fue incorporada oficialmente en el “Plan México” de Polos de Desarrollo Económico. Esto mediante la implementación de lo que las autoridades han llamado “Polo de Bienestar San Jerónimo”, el cual abarca 60 hectáreas.
De acuerdo a lo publicado en medios de comunicación, en este sector se impulsará industria mediante beneficios fiscales, inversión en infraestructura y condiciones para atraer inversiones nacionales e internacionales.
En el pasado, el desarrollo de esta zona ha enfrentado diversos conflictos y oposición, incluso para el desarrollo habitacional, pero ahora se asegura un desarrollo sostenible. Por ello la pregunta de esta semana es:
¿Qué opina del anuncio de la gobernadora sobre el polo de desarrollo en San jerónimo y qué impacto tendría en la ciudad?
El reciente anuncio de la gobernadora sobre el desarrollo de un polo en la zona de San Jerónimo-Santa Teresa es visto como una necesidad urgente para Ciudad Juárez, la industria y el estado de Chihuahua en general. En la actualidad, gran parte del comercio con Estados Unidos se concentra en Texas, lo que ha llevado a una relación desigual, especialmente porque Texas ha tomado medidas unilaterales que han impactado negativamente a la industria de Chihuahua. Por ello, abrir un nuevo punto de acceso con Nuevo México permitiría diversificar y equilibrar la relación, evitando que Texas tenga un control absoluto.
Este nuevo desarrollo también ofrece la oportunidad de planificar adecuadamente una zona que actualmente está mayormente vacía, lo que podría evitar replicar los problemas urbanos de Ciudad Juárez. Sin embargo, es fundamental que se realice una planeación urbanística cuidadosa, invirtiendo en infraestructura adecuada, vialidades, conectividad y sobre todo en el manejo del agua, dado que la región presenta retos importantes en cuanto al desecho de aguas tratadas.
En resumen, este nuevo cruce representa una oportunidad de crecimiento y competitividad logística para la región, siempre y cuando se haga con una visión ordenada y sustentable.
José Mario Sánchez Soledad/ Empresario
A inicios de 2025, el Gobierno de México hizo público el Plan México, concebido como una estrategia nacional de desarrollo orientada a transformar la economía mediante la creación de polos regionales productivos, la inversión en infraestructura social, la innovación tecnológica y la relocalización industrial, con un enfoque en el bienestar y la equidad territorial.
Para su implementación, se requiere la alineación de políticas públicas, inversiones y proyectos productivos entre el gobierno federal, los gobiernos estatales y los municipios. En el estado de Chihuahua, el polo de desarrollo propuesto fue San Jerónimo, ubicado en el municipio de Juárez. Su incorporación al Plan México se formalizó el 26 de junio de 2025 mediante la firma de un convenio entre la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, y la gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos Galván. El polo fue oficialmente denominado Polo de Desarrollo Económico para el Bienestar San Jerónimo.
En su declaratoria se destacan la conectividad estratégica con los mercados nacionales e internacionales, la disponibilidad de mano de obra calificada, la existencia de suelo industrial habilitado y la operación de una empresa del sector electrónico con una participación significativa en las exportaciones de la región. Estas características resultaron clave para la identificación de sus vocaciones productivas, determinadas por la Secretaría de Innovación y Desarrollo Económico del Estado de Chihuahua, en coordinación con el gobierno federal. Las actividades estratégicas identificadas incluyen: electromovilidad, semiconductores, dispositivos médicos, baterías y minería secundaria y economía circular.
La integración del Polo San Jerónimo al Plan México permite a las empresas instaladas acceder a un conjunto de beneficios fiscales y de inversión, incluyendo deducciones por gastos en capacitación y proyectos de investigación y desarrollo. Además, se contempla la ejecución de acciones gubernamentales orientadas a facilitar la obtención de permisos, fortalecer la infraestructura y mejorar las condiciones para el desarrollo económico y social. Como resultado, se espera un aumento en la generación de empleos, mejoras sustanciales en la infraestructura regional, una mayor integración de cadenas de valor y la inclusión activa de micro, pequeñas y medianas empresas.
No obstante, este proceso también plantea desafíos importantes. Uno de ellos es el impacto en la movilidad urbana y el bienestar de los trabajadores, debido a los largos tiempos de traslado desde las zonas habitacionales actuales hacia el polo. Este reto podría atenderse mediante el desarrollo de un sistema de transporte público eficiente o la construcción de vivienda cercana al área industrial. Otro desafío es el fortalecimiento de la infraestructura física y social, necesaria para atender la concentración poblacional que acompañará al crecimiento económico, incluyendo servicios como agua, energía, drenaje, salud y educación. Finalmente, resulta fundamental prever el impacto ambiental en la zona e implementar acciones de mitigación y preservación ecológica, que garanticen un desarrollo sostenible en el largo plazo.
Alejandro Brugués Rodríguez, economista/El Colegio de la Frontera Norte
Me preocupa por varios motivos, pero el primero de ellos, y del cual considero se derivan el resto, tiene que ver con perpetuar un modelo de crecimiento urbano disperso que beneficia a unos cuantos mientras se nos imponen una serie de retos al resto de la ciudadanía, por ejemplo, en términos de transporte; ¿cómo se trasladarán todos los trabajadores hacia ese sector? ¿es factible abrir nuevas rutas de transporte público? ¿se continuará con el modelo de transporte de personal, el cual circula a todas horas por cualquier parte de la ciudad? ¿Qué implica en términos de congestión vial y contaminación sonora y atmosférica el aumento del parque vehicular derivado de quienes lo hagan en sus propios autos?
Existe poca posibilidad de construir vivienda para los trabajadores en aquel sector, pues la gran mayoría del suelo está catalogado en el PDUS vigente como Ecológico, de preservación y conservación, debido en buena parte a los servicios medioambientales que prestan esos ecosistemas a la región, a lo que habría que sumarle la nula disponibilidad de agua potable y los grandes costos que implicaría llevar y administrar el resto de los servicios.
Pero también me preocupa por el mensaje que se da, donde se anteponen las necesidades e intereses del sector industrial por encima de los de la ciudadanía, pues en ningún momento se sometió a consulta un proyecto de esa magnitud, sino que se siguen tomando decisiones sobre el presente y futuro de la ciudad desde despachos a kilómetros de distancia, mientras que las consecuencias de estas acciones deberán ser afrontadas por las siguientes generaciones.
Gabriel García Moreno/Arquitecto y Maestro en Planificación y Desarrollo Urbano,
San Jerónimo es hoy una necesidad. Desarrollarlo es una necesidad.
La realidad histórica es que hace unos cuarenta años no era factible hacerlo, pero hoy la situación ha cambiado porque antes no había recursos y ahora sí hay. El Estado tiene recursos como para hacer un buen desarrollo, básicamente con drenaje y agua, que es lo que se requiere en estos momentos y esperamos que lo hagan de la manera adecuada.
Creo que no hay malas opciones sobre ese proyecto. Hoy es importante para la ciudad, para no tener “todos los huevos en la misma canasta” respecto a Texas y Nuevo México.
Desde el punto de vista político, vemos que el gobernador de Texas ya dos veces ha cerrado los cruces y eso nos genera problemas muy serios, lo ha cerrado solo porque se le da la gana, nos usan para hacer una política interior de EU, entonces esa es una razón política para abrir y desarrollar bien el cruce de exportaciones con Nuevo México. Ya conviene, porque no podemos estar en manos de Texas.
Desde el punto de vista económico, hay que considerar que el Puente Libre (en una decisión unilateral) se va a cerrar a la exportación, va a ser solamente tráfico de personas, ya no vamos a tener esa opción para el transporte de carga, y al no tener el Puente Libre vamos a tener que ir hasta Tornillo, lo que va a aumentar los costos un 15 por ciento para el transporte de mercancías; y si nos vamos a san Jerónimo el costo general va a ser 8 por ciento adicional, entonces cuesta la mitad ir por aquel cruce, por ello es necesario desarrollar san Jerónimo.
Un cuarto elemento es que el Puente de Zaragoza o Tornillo no pueden ser para carga pesada, entonces hay que desarrollar bien allá para que la industria pesada pueda cruzar por San Jerónimo. Por ejemplo, los molinos que se usan para generar electricidad, cruzan por Jerónimo, tienen que cruzar por plano y eso es otro elemento económico por el que conviene desarrollar aquella zona.
Carlos Marroquín/ Unión Social de Empresarios de México