Ana María Ibarra
Como un reconocimiento y agradecimiento a las hermanas Oblatas de Santa Marta por más de 25 años en el servicio constante y generoso en el Seminario Conciliar, se les dedicó el tercer tomo del libro “Testimonios de fe, caridad y servicio en el Seminario de Ciudad Juárez”, mismo que fue presentado el pasado viernes 25 de febrero en el Auditorio Manuel Talamás Camandari.
Oblatas presentes
Para hablar del libro y de las religiosas homenajeadas estuvieron presentes Ángel Ramos, director del Archivo Histórico del Seminario y el padre Juan Manuel Orona, anterior rector del Seminario, con quien se comenzaron a elaborar estas publicaciones.
Como moderadoras de la presentación fungieron las conductoras de Alegres Mañana de Radio Guadalupana, Claudia Iveth Robles, Verónica Ramírez y Esmeralda Barragán.
En el público se encontraban las religiosas que actualmente sirven en la diócesis de distintos apostolados, además de la hermana Virginia Vázquez Mora, quien fue superiora general cuando llegaron por primera vez a Ciudad Juárez.
También estuvo presente la actual superiora general, hermana Mónica Moreno García, quien pronunció palabras de agradecimiento al Seminario y a la diócesis por haberlas acogido y haber realizado este reconocimiento a su labor.
Sobre el libro
El libro consta de tres apartados. El primero sobre la historia de los fundadores de las Oblatas de Santa Marta: monseñor Felipe Torres Hurtado y la madre María de Jesús Guerrero Rincón, en Saltillo, Coahuila. Fue el director del archivo del Seminario quien habló de esta primera parte del libro.
Por su parte, el padre Juan Manuel compartió la llegada de las hermanas Oblatas.
“Es muy bonito recordar como llegan a Ciudad Juárez, invitadas por el entonces rector, el padre Juan Manuel García (q.e.p.d) y por el entonces obispo don Renato Ascencio León”, compartió el sacerdote.
Dijo que en 1993, el entonces rector solicitó a la superiora general Virginia Vázquez la presencia de un grupo de hermanas que se ocuparan de la cocina, el comedor y en algunas tareas de administración, pero la respuesta no fue favorable porque no les era posible.
Después de que otro instituto se hizo cargo por un tiempo corto, y a la llegada del obispo Ascencio León, él mismo anunció de la llegada de las Oblatas de Santa Marta.
“Las primeras hermanas en llegar fueron Edelmira De Santos, Inmaculada Castro y Elizabeth Carreón. En 1995 llegaron las hermanas María Esther Martínez y la hermana Elva Leticia Álvarez”, expuso el padre Juan Manuel.
Testimonios
El libro también presenta testimonios de las primeras hermanas que llegaron al Seminario, de algunos sacerdotes que fueron seminaristas, de los seminaristas actuales y de personas que las han apoyado en su labor.
Un tercer capítulo recopila el impacto de la labor de las religiosas en la formación de los seminaristas, mientras que el último capítulo está conformado por fotografías de las hermanas Oblatas de Santa Marta en sus actividades.
“Es un apartado muy bonito porque vemos rostros concretos de tantas hermanas que han pasado por nuestro Seminario, entregando parte de su vida”, dijo el padre Juan Manuel.
Cabe resaltar que el servicio de la congregación se ha extendido por la diócesis: en la casa episcopal, en el obispado, en parroquia Dios Padre y en la casa sacerdotal atendiendo a sacerdotes enfermos y jubilados.