Diana Adriano
El pasado 7 de diciembre, el gimnasio del Oratorio Lupita se llenó de alegría y espíritu navideño con la celebración del Segundo Festival Navideño organizado por Congreso de Matrimonios.
Este evento, que marcó el cierre de actividades 2024 del grupo diocesano, reunió a numerosas familias, incluyendo a los integrantes de las diferentes asambleas de matrimonio en las parroquias, cuyos coros participaron cantando villancicos en un ambiente festivo y familiar.
Jesús Eduardo Jara y Ana María Arciniega, coordinadores generales, destacaron que el festival no solo fue oportunidad para disfrutar de la música y el canto, sino también para fortalecer la convivencia entre las familias.
“Es nuestro último evento del año. Siempre cerramos con este festival que invita a todos a compartir la alegría de la Navidad. La gente llega ansiosa, presurosa, pero conforme avanza el evento, todos se van incorporando a los villancicos y eso llena de gozo a todos”, comentó Eduardo.
El festival, que incluyó cantos tradicionales de Navidad, permitió que los asistentes vivieran una experiencia única, en la que el canto y la unión familiar fueron los protagonistas.
«Los villancicos nos hacen recordar el nacimiento del Niño Jesús, y eso nos llena de paz y esperanza», agregó Ana.
Ambiente cálido
Además de la música, la convivencia fue acompañada de una rica comida: tamales, champurrado y dulces que fueron el deleite de las familias.
El ambiente cálido y lleno de armonía fue palpable, y los organizadores expresaron su satisfacción por el entusiasmo de todos los participantes.
En el evento, un personaje inesperado hizo su aparición: ¡el Grinch!, que, en medio de villancicos y risas hizo algunas travesuras que llenaron la jornada de diversión, aunque el personaje quería echar a perder el espíritu de la Navidad.
Sin embargo, al final el corazón del Grinch se ablandó y terminó uniéndose a la celebración, en el espíritu de la Navidad.
Cabe destacar que los organizadores solicitaron a todos los participantes donar un artículo de limpieza por persona -desde detergentes y desinfectantes- que al final dejaron al Oratorio Lupita para contribuir con su mantenimiento.