Diana Adriano
Con la energía y entusiasmo que caracteriza a los jóvenes y adolescentes, el pasado sábado 14 de diciembre, integrantes del Movimiento Familiar Cristiano (MFC) Juvenil celebraron su tradicional posada en la parroquia San Judas Tadeo.
La reunión congregó a integrantes de distintos sectores del MFC en la diócesis, quienes vivieron una jornada de convivencia y fraternidad.
El evento inició con un emotivo momento de espiritualidad, donde los participantes entonaron los tradicionales cánticos de los peregrinos y rezaron el Santo Rosario.
“Es importante que los jóvenes vivan estos momentos con seriedad y devoción, pues como movimiento católico priorizamos la formación espiritual”, comentó Adriana Marta, quien junto con su esposo Armando Rodríguez, coordina el grupo juvenil del MFC.
Posteriormente, comenzó la convivencia, en la que los asistentes compartieron alimentos y disfrutaron de actividades como romper la piñata y repartir dulces.
“Hoy intentamos hacer un espacio de unidad y crecimiento en Cristo. Estos eventos permiten a los jóvenes convivir y fortalecer lazos de amistad en un ambiente de felicidad por las fiestas de la Navidad”, dijo Mariana Gutiérrez Espinosa, coordinadora juvenil.
Un cierre bendecido
Los coordinadores agradecieron el trabajo realizado durante este ciclo, en el que, dijeron, hubo mucha actividad y buenos resultados.
“Cerramos el 2024 muy contentos, con los jóvenes muy fortalecidos. Nos sentimos bendecidos de ver a tantos chicos llenos de alegría y entusiasmo. Este 2025 lo comenzaremos con muchas actividades y retos, confiando plenamente en que Dios nos guiará en cada paso”, expresó Mariana.
Sobre el trabajo que se avecina en 2025, Mariana dijo:
“Tendremos una actividad regional en Casas Grandes y un encuentro nacional en Toluca. Además, en febrero iniciaremos con una dinámica local para fortalecer aún más a nuestros grupos”, comentaron por su parte Adriana y Armando.
Invitados a unirse
Los entrevistados aprovecharon para invitar a más jóvenes y familias juarenses a unirse al MFC.
“Queremos animar a los papás a que den la oportunidad a sus hijos de participar en este tipo de grupos. A veces como padres no encontramos tiempo para involucrarlos, pero es una experiencia que vale la pena. Este movimiento ayuda a formar mejores personas, hijos y amigos, todo ello basado en la fe y en la espiritualidad católica”, señalaron.
El MFC Juvenil abre sus puertas a adolescentes desde los 11 años, ofreciendo un espacio de convivencia, formación y crecimiento personal.