El representante del Papa Francisco en México, Franco Coppola, celebró una Misa por la Paz en Aguililla, Michoacán, municipio especialmente golpeado por el crimen organizado. Celebró Hora Santa y una Misa por la Paz y la Seguridad…
Presencia
El representante del Papa Francisco en México, monseñor Franco Coppola, visitó hace unos días Apatzingán, Michoacán, y el municipio de Aguililla, localidad que es escenario de un conflicto entre dos grupos del crimen organizado que luchan por el control de la región, lo cual ha provocando caos, violencia y que incluso habitantes hayan tenido que huir de la región.
Ese municipio estuvo prácticamente incomunicado durante varias semanas, hasta que la semana pasada, la Secretaría de Seguridad Pública del estado retomó el control de las carreteras. Sin embargo, así como se repararon los caminos, los grupos criminales los destrozaron de nuevo.
Pocas horas después del operativo policiaco, los delincuentes atacaron a los policías con drones que llevaban explosivos y realizaron nuevos cortes a la libre circulación lo que ha provocado serios problemas.
Visita de un pastor
Al conocer esta realidad en Michoacán, el Nuncio Apostólico en México, Franco Coppola, organizó una visita pastoral que tuvo lugar el pasado jueves 22 y viernes 23 de abril.
Durante su visita, el representante del Papa Francisco en este país lamentó los sufrimientos provocados por la violencia durante muchos años en todo el país, y resaltó la importancia de que todo el mundo conozca lo que viven comunidades en riesgo, como la de Aguililla.
“Yo vine a Aguililla porque me parecía que era como subir al Gólgota, al lugar donde Jesús fue crucificado. Fue matado injustamente por razones de poder, por gente envidiosa”, dijo en su mensaje durante la Misa que ofreció por la paz en este municipio michoacano.
“Vine a Aguililla –enfatizó- porque, actualmente, Aguililla está al pie de la cruz, pero al pie de la cruz Jesús no estaba solo, había uno de sus discípulos, Juan, y estaba su Madre”.
Hora Santa
A su llegada a Apatzingán, Michoacán, el jueves por la tarde, el nuncio encabezó una Hora Santa en la que elevó una oración a Jesús y pidió por la conversión de quienes provocan sufrimiento en el país.
Desde la Catedral de Apatzingán, monseñor Coppola impartió la bendición solemne con el Santísimo Sacramento, pero antes, dirigió al Señor la Oración por la Paz de la Iglesia en México.
“Señor Jesús, tú eres nuestra paz. Mira nuestra patria dañada por la violencia y dispersa por el miedo y la inseguridad. Consuela el dolor de quienes sufren, da acierto a las decisiones de quienes nos gobiernan, toca el corazón de quienes olvidan que somos hermanos y provocan sufrimiento y muerte, dales el don de la conversión”…
Que todos sepan
El viernes 23 de abril, el nuncio visitó algunas comunidades para acompañar a las víctimas del crimen organizado y escuchar sus testimonios.
En su mensaje, monseñor Coppola explicó que hace un mes intentó subir a sus redes sociales las fotografías de la violencia en Aguililla, para que sus amigos en Italia conocieran la terrible situación que vive la comunidad.
“Pero Facebook bloqueó estas fotos: No se pueden ver. Lo horrible de lo que hace el ser humano no se puede ver. Entonces, nadie puede saber lo que es Aguililla, fue así que me vino (esta idea) al corazón”.
“Quiero que todo el mundo conozca a Aguililla por su dolor; pero al mismo tiempo por su fe, por su valor, por la gente que está reunida aquí para mostrar su deseo y su anhelo de paz. Esto lo va a conocer todo el mundo”.
Visibilizar violencia
Posteriormente, en conferencia de prensa, el Nuncio Apostólico aseguró que es fundamental visibilizar la violencia que vive el país para que las comunidades afectadas se sientan acompañadas.
“Es muy importante que la gente sepa y vea, que todo México sepa y vea lo que está pasando. Testimonien lo que pasa. Los malos se aprovechan del silencio. La primera cosa que piden (los criminales) es que nadie denuncie, que todos se callen”.
En este marco, el Nuncio resaltó el mensaje del Papa Francisco en su última visita a México, cuando llamó a los obispos y sacerdotes a estar cerca del pueblo.
“Nuestra misión como Iglesia es estar cerca, estar ahí como la Virgen. La Virgen no pudo salvar a su Hijo (…) pero se quedó ahí bajo la cruz, ahí es nuestro lugar, la Iglesia tiene que estar a su lado de su pueblo, no huir”, sentenció.
Cómo se dio la visita
Fue en el último día de la CX Asamblea de la CEM, cuando monseñor Cristóbal Ascencio, obispo de Apatzingán, durante los “avisos varios”, explicó lo que se estaba viviendo en la Diócesis de Apatzingán, y muy especialmente en Aguililla.
“Cuando salí de una Hora Santa, fui a ver mi celular que había dejado cargando, y me encontré con que el Nuncio me había escrito un mensaje: ‘Su Excelencia -decía-, me gustaría ir a su Diócesis a celebrar una Misa por la paz y la seguridad, de ser posible en una de las comunidades más golpeadas”.
Como ex representante de la Iglesia en países como Colombia, Líbano, Burundi y República Centroafricana, monseñor Franco Coppola ha enfrentado ya diversas situaciones de violencia, de manera que no fue extraño que esta vez quisiera hacer acto de presencia en Aguililla, ante lo recién acontecido.
Los enfrentamientos
El obispo de Apatzingán explicó que el municipio perteneciente a su diócesis se ha visto afectado hace unos 5 años debido a que la sierra que lo rodea ha sido un lugar estratégico para los bandos, pues les ha quedado bien de escondite.
Dijo que a la llegada de un nuevo grupo criminal, los anteriores grupos empezaron a contraatacar. Entonces, unos y otros comenzaron a zanjar territorios, ocasionando que la comunidad de Aguililla quedara totalmente aislada. No hay comida ni medicamentos, y esto hace el problema aún más urgente de atender, expuso.
El obispo contó cómo jóvenes de la región que trabajan para los grupos delictivos lo han detenido “para platicar”, pues “sienten esa necesidad”.
“Los jóvenes están siendo engañados, hay quienes incluso están convencidos de que no hacen el mal”, dijo.
“Así que en la Misa presidida por Mons. Franco Coppola, no sólo oramos por las víctimas, sino también por la conversión de los victimarios, pues he escuchado el dolor de sus madres, señoras que al igual sufren porque los hijos han sido absorbidos por el crimen. ¡Qué bueno sería que uno se convirtiera!”.
Una visita valiente
La Iglesia en México ha calificado de “cálida y valiente” la visita del nuncio a Aguililla, pero para el párroco, padre Gilberto Vergara García, es más que eso: “es como agua para el sediento, como luz en la oscuridad, un abrazo de consuelo. Y es lo que necesitamos ahorita”.
En su visita a esa zona, el nuncio pasó por lo menos por ocho poblados que también han sido escenarios de cruentos enfrentamientos y donde hay marcas de balas por todas partes, carros y camiones quemados.
Así, la visita del nuncio se convirtió en una “luz de esperanza”.
“Si bien es una visita pastoral, por el peso de la figura del Nuncio, es una llamada de atención para todos. El señor Nuncio nos está pidiendo a todos poner especial atención en las personas vulnerables, en las víctimas de estas guerras absurdas, para conseguir la paz”, agregó el sacerdote.
Hasta hace unos años, el municipio de Aguililla, uno de los 113 que integran el estado de Michoacán, tenía alrededor de 16 mil habitantes; sin embargo, debido a la situación de violencia, muchos pobladores han abandonado sus casas.
“Pero los que nos quedamos aquí, estamos tratando de sobrevivir, de echarle ganas. Estamos donde debemos estar. Los equivocados son los que generan violencia y los que hacen el mal en medio de nosotros”, finalizó el párroco.
Frase…
“Quiero que todo el mundo conozca a Aguililla, por su dolor; pero al mismo tiempo por su fe, por su valor, por la gente que está reunida aquí para mostrar su deseo y su anhelo de paz. Esto lo va a conocer todo el mundo”.
Mons. Franco Coppola/ Nuncio apostólico en México
Actos del nuncio en Michoacán
Oración por la Paz en la Catedral de Apatzingán
Hora Santa y Bendición con el Santísimo
Encuentro con familias.
Eucaristía
Rueda de prensa
Comida con el pueblo
Mensaje y bendición a las personas en El Aguaje