Claudia Iveth Robles
En el marco de la Jornada mundial de los pobres establecida por el Papa Francisco y que se celebró el pasado 19 de noviembre, la comunidad de la parroquia La Virgen de la Luz, organizó un encuentro con 26 familias necesitadas, que recibieron una comida muy especial.
El evento se realizo el pasado sábado 18 de noviembre, en los salones de la parroquia. El padre Luis Escudero, párroco, dijo que en conjunto con las hermanas Siervas de los pobres, encargadas de la Pastoral Social de la parroquia, organizaron a 16 familias de la parroquia, para que en esta jornada prepararan una comida especial para otras 26 familias en situación de mayor marginación, exclusión y cada una con distintas problemáticas.
“La idea era conocerse, identificarse, saber dónde viven… y luego ya pasaron a un momento de oración y después a un convivio entre niños, jóvenes y adultos”, dijo el padre Luis.
Acompañamiento permanente
Los asistentes también participaron en juegos con mensaje educativo, con los cuales se les enseñó sobre la solidaridad y la importancia de la fraternidad. Al final todos compartieron los alimentos.
El padre Luis dijo que está contento con la respuesta de las familias participantes, ya que no solamente fue dar comida, sino compartir con quienes viven en una mayor necesidad.
“Este es el arranque de un programa de ayuda social en la pastoral, porque de aquí queremos que estas comunidades entablen un vínculo y durante el año puedan seguir el acompañamiento, siendo bienhechores en algunas necesidades que las familias tienen”, dijo el sacerdote.
Dijo que aunque a este evento sólo invitó a 26, hay mucha más familias muy necesitadas en la zona.
El sacerdote está convencido de que este evento pueda suscitar buenas intenciones y que la Pastoral social diocesana logre activar programas y alianzas entre parroquias para ayudar y acompañar a los más necesitados.
Agradecen gesto
Isidra Martínez, de 64 años, acudió al encuentro acompañada de sus dos nueras, una hija y sus tres nietos, quienes recibieron una comida especial. Ellos viven en la colonia México 68 y vieron como un regalo la invitación que recibieron de la parroquia.
“Cuando me dijeron venga con su familia, yo sentí mucha alegría…quise cooperar un poco, pero me dijeron que viniera… me siento muy feliz y agradecida”, dijo sonriente mientras daba una cucharada a su platillo.
Y agradeció a la familia que organizó la comida para ellos.
“Le pido a Dios por ellos, que Dios les dé más”, dijo.
Otros invitados fueron María Barragán, su esposo e hijos.
“Nos sentimos agradecidos por esta invitación, nos sentimos especiales… que los bendiga siempre”, dijo María.