Ana María Ibarra
Alegres y puestos en las manos de Dios, veinte jóvenes recién ingresados al Seminario recibieron la imposición de sotana como seminaristas, durante una misa presidida por el rector, el padre Juan Manuel Orona.
Dada la emergencia de salud, la celebración, realizada el pasado viernes 6 de noviembre, fue transmitida por Facebook Live del Seminario.
Encomendados a Cristo
Al inicio de la celebración, el padre Juan Manuel expresó un saludo a los jóvenes de parte del obispo, don J. Guadalupe Torres Campos, quien por motivos de salud no pudo estar presente.
El sacerdote encomendó a Cristo a cada uno de los muchachos que recibirían su sotana esa tarde, y a toda la familia de la casa de formación.
“Muchachos menores y de curso introductorio, nos alegramos con ustedes por este bonito signo de compromiso, de gratitud con el Señor porque los ha mirado con bondad. La Iglesia, a través del Seminario los acompaña. Es un momento sencillo pero muy bonito, muy significativo”, dijo el padre Orona al iniciar su homilía.
El rector trajo a su memoria el recuerdo “muy grato”, de aquel momento en que le fue impuesta su sotana, siendo compañero del padre Julián Badillo, también formador del Seminario.
“A lo largo del camino de la vocación hay signos que nos inspiran, de confianza de la Iglesia a ustedes, pero también son signos de compromiso y de respuesta generosa de parte de ustedes”, señaló.
A la luz de la liturgia, el padre Juan Manuel resaltó que el cristiano debe sentirse amado por Dios y al sentirse amado, debe buscar responder con fidelidad ese amor.
“A nosotros, formadores, nos ha confiado la difícil y bella tarea de su formación”, dijo.
Imposición de sotanas
Así mismo, expresó que la sotana significa un compromiso de vivir cristianamente la amabilidad, la paciencia, el amor.
“Los invito a que esta imposición de sotana sea de mucha alegría, como seminaristas, encarnarla en su vida. Les ha tocado vivir un momento difícil, diferente. Lleven su sotana con mucha alegría y dignidad”.
Después de las palabras del rector, el padre Francisco Sánchez, prefecto de la disciplina del curso introductorio, llamó a los jóvenes que recibirían la sotana banda y cota.
El padre Juan Manuel, bendijo las sotanas y a los once jóvenes de curso introductorio, para enseguida esparcir agua bendita sobre ellos y sus vestiduras. Los formadores pasaron a revestir a los jóvenes.
Enseguida, nueve jóvenes del Seminario Menor subieron al presbiterio y se llevó el mismo rito de imposición de sotanas, con la bendición del padre rector y el apoyo de los formadores para revestir a los nuevos seminaristas con los signos recién bendecidos.
Sus compañeros y formadores les felicitaron con un fuerte aplauso.
Para finalizar el padre Juan Manuel expresó la gratitud a los formadores de cada etapa del seminario menor, por su esfuerzo y su cariño.
“Disfruten mucho su tiempo, su vocación, su tiempo en el Seminario. Sean seminaristas felices, generosos. Nos alegramos con ustedes, pidan la gracia de la perseverancia”, finalizó para enseguida impartir la bendición final.