Ana María Ibarra
Después de una preparación mediante misas y catequesis, la comunidad de Santos Mártires Mexicanos, así como fieles con devoción franciscana, acudieron el pasado 2 de agosto a la celebración de la indulgencia de la Porciúncula llamada también el Perdón de Asís.
Festividad franciscana
Del 29 al 31 de julio se llevó a cabo un triduo de preparación al Jubileo del Perdón de Asís en la parroquia Santos Mártires Mexicanos, pastoreada por frailes franciscanos. Dicha preparación consistió en la celebración de la santa misa y catequesis sobre la indulgencia de la Porciúncula, además de confesiones para aquellos que requerían el sacramento y pudieran solicitar la indulgencia para sus seres queridos ya fallecidos o para ellos mismos.
El domingo 01 de agosto la feligresía pudo participar también de la Eucaristía por la tarde.
La festividad franciscana tuvo su momento culmen el 2 de agosto, día elegido por San Francisco para esta celebración por ser el día de Santa María de los Ángeles.
Ese día, el único templo franciscano en la diócesis recibió a cientos de fieles durante el día que, debidamente preparados acudieron para pedir la indulgencia por las almas del purgatorio o por ellos mismos.
Los padres franciscanos presidieron tres celebraciones en ese día lunes.
Sacar almas del purgatorio
A mediodía, el sacerdote franciscano Plácido Martínez compartió con los fieles el significado de la celebración.
“Un día como hoy, san Francisco le pidió a nuestro Señor que, a través de la indulgencia, pudiéramos sacar a las almas del purgatorio y poder aplicar la indulgencia por los difuntos”, expresó fray Placido.
Dijo que san Francisco, por inspiración divina, reparó dos templos, uno de ellos fue la capilla dedicada a Santa María de los Ángeles, donde contempló una luz y vio a Jesús y a la Virgen María.
“Francisco imploró la misericordia del Señor, no solo para él, sino para todas las personas que entraran a esa capilla. Jesús se dirigió a su Madre y ella dijo que sí. Le pidió entonces a Francisco que fuera con el papa para solicitar la indulgencia para todas las almas que asistieran a esa capilla”, compartió el sacerdote.
Si bien, el papa Honorio III le pidió a san Francisco que eligiera un día para otorgar ese don una vez al año a quienes visitaran dicha capilla, fue Benedicto XV quien extendió la indulgencia a todas las iglesias del mundo que estuvieran siendo atendidas por la Orden de Frailes Menores.
“Que Dios nuestro Señor escuche sus súplicas y reciba a las almas que están en el purgatorio”, finalizó.
Al concluir la celebración, fue expuesto el Santísimo Sacramento para su adoración durante el día.
Para saber…
La Indulgencia del Perdón se puede pedir para uno mismo o para los difuntos. Para obtenerla, es necesario confesarse, participar en la Misa y en la Eucaristía, renovar la profesión de fe durante la visita recitando el Credo y el Padre Nuestro y rezar según las intenciones del Papa y por el Pontífice. La indulgencia plenaria concedida en la Porciúncula se extiende a todas las iglesias parroquiales del mundo y también a todas las iglesias franciscanas a partir de las 12 horas del 1 de agosto, y hasta la medianoche del 2 de agosto.