Diana Adriano
El pasado 15 de junio, la parroquia San Vicente de Paúl se llenó de alegría y emoción al celebrar la Primera Comunión de once niños con capacidades diferentes. El evento, marcado por la inclusión y el amor, reunió a familias, amigos y miembros de la comunidad en una ceremonia profundamente conmovedora.
El curso que preparó a estos niños incluyó a niños y niñas diagnosticados con autismo, hiperactividad, déficit de atención, trastornos del lenguaje, sordera, parálisis cerebral y otras discapacidades. Cada uno de ellos demostró que con esfuerzo y dedicación, no hay barreras insuperables.
Selene Ortiz, responsable de la catequesis especial para estos niños, expresó con gran satisfacción: «Estamos muy contentos, lo logramos. Como le decía a los papás, después de mucho trabajo, sí se pudo».
La catequista dijo que aunque algunos de los niños tal vez no comprendan completamente el significado de la ocasión, sus familias valoraron profundamente el esfuerzo y la dedicación necesarios para alcanzar este logro.
“Nos deja un sabor de boca de alegría y esperanza, de que sí se puede”, expuso.
Los padres, visiblemente emocionados, compartieron la felicidad de ver a sus hijos participar en este importante sacramento.
Perseverar en la Eucaristía
“El sacramento de la Comunión no es único en la vida, sino que es cada semana, domingo a domingo. Es una Primera Comunión, pero toda la vida deben comulgar”, dijo a los catecúmenos el padre Alejandro Martínez, párroco de la comunidad
“No se queden solo con el día de hoy, porque sería en vano todo lo que aprendieron en este ciclo”, les insistió, para luego felicitarlos: “Muchas felicidades, niños y papás que hicieron el esfuerzo de traerlos”.
Próximo curso
Por otra parte, la coordinadora compartió sus planes para el futuro tras el éxito de este primer curso para niños con capacidades diferentes.
“Esperamos iniciar el siguiente curso en septiembre. Vamos a empezar a realizar preinscripciones para ver cuántos niños llegaríamos a tener y ojalá sean bastantes”, comentó.
Hizo un llamado a los catequistas de otras comunidades para ofrecer esta posibilidad en sus parroquias.
“Me gustaría invitar a los catequistas de todas las comunidades a incluir a los niños con discapacidad en sus grupos regulares. Que no los dejen fuera, que todos los niños puedan aprender y crecer en su fe”, finalizó.