La parroquia Nuestra Señora del Rosario, enclavada en la Colonia Bellavista, tiene nueva cabeza: el padre Héctor Villa, quien recientemente regresó de su encargo en el Colegio Mexicano en Roma…
Ana María Ibarra
Con un corazón dispuesto, la comunidad parroquial Nuestra Señora del Rosario dio la bienvenida a su nuevo párroco, el padre Héctor Xavier Villa.
Al mismo tiempo, con cierta tristeza, despidieron a quien los guió durante algunos años, el padre Gregorio Ciria.
Una comunidad significativa
Después de más de 20 años sin estar al frente de una comunidad parroquial, el pasado 11 de octubre el padre Héctor Xavier Villa tomó posesión de la parroquia Nuestra Señora del Rosario, parroquia con gran significado familiar para el sacerdote.
Durante la Liturgia de la Palabra, al concluir la profesión de fe y el juramento de fidelidad que realizó el padre Villa, el obispo le entregó los evangelios con la encomienda de proclamar y anunciar el mensaje de salvación.
Después de la proclamación del padre Héctor, el obispo compartió unas palabras de reflexión.
“La fe que profesamos hay que vivirla, anunciarla, testimoniarla con la vida. La profesión de fe no es solo para decirse, es una fe que se celebra en la familia, en la parroquia. Todos profesamos la fe, todos estamos llamados a vivirla, pero el párroco debe hacerlo en primer lugar”, expresó el obispo.
Monseñor Torres añadió que el párroco hace presente a Cristo en la comunidad y, a ejemplo de Cristo maestro, enseña, se entrega, se da en los sacramentos, en la pastoral y en la administración de la comunidad que se le confía.
“A ustedes se les confía continuar el trabajo realizado por el padre Goyo a quien agradezco su entrega. Ahora el padre Héctor viene a servir, a entregar la vida, a continuar esa misión con ustedes. Los invito a responder al Señor, a recibir con gusto al padre Héctor y, guiados por Nuestra Señora del Rosario, sean una Iglesia en salida”, pidió el obispo.
Primer mensaje
En su primer mensaje como párroco, el padre Héctor Villa, agradeció a Dios la nueva etapa que inició ese día y agradeció también al obispo por encomendarle esa nueva misión.
El padre Villa se presentó ante su nueva comunidad dando a conocer sus datos generales y familiares.
“Estar aquí me trae gratos recuerdos de mi infancia. Mis padre vivieron aquí cerca, aquí contrajeron matrimonio en 1954. Estoy convencido que Dios ha conducido mi vida”, dijo el sacerdote.
Así mismo, dio a conocer a su nueva feligresía su trayectoria pastoral y se dijo dispuesto a continuar el trabajo en su nueva parroquia.
“El Señor nos ha convocado hoy para invitarnos a seguir haciendo camino en esta comunidad donde muchos han dejado huella. Estoy convencido que Dios tiene previsto aquí muchas cosas. Gracias al padre Goyo que ha hecho un gran trabajo. Con mucho gusto quiero empezar esta nueva etapa”, finalizó.
Después de la misa, familiares, sacerdotes y amigos del padre Villa compartieron con él un momento de convivencia organizado por su nueva parroquia.