Diana Adriano
A poco más de seis años de la visita del Papa Francisco a Ciudad Juárez, los seminaristas Eliezel Martínez e Hiram Fernández compartieron con Periódico Presencia lo que significó para ellos recibir la bendición del Santo Padre.
Confirmación de fe
Eliezel Martínez compartió que la presencia del sucesor de Pedro en esta ciudad fue una bendición y por supuesto una confirmación de fe en medio de circunstancias tan difíciles.
“En Francisco nuestra sociedad pudo contemplar una luz de esperanza. Él llegó verdaderamente como peregrino de misericordia y paz a nuestras tierras. Gran bendición que, en lo personal, significó un fuerte impulso que me ha permitido continuar adelante con mi discernimiento vocacional”, explicó el joven seminarista.
Recordó que su inquietud por entregar su vida a la vocación del sacerdocio ministerial, se originó en gran parte gracias al testimonio del Papa Francisco.
“Yo era un joven de 18 años cuando él asumió la responsabilidad como Sumo Pontífice, y recuerdo claramente que yo vivía un fuerte momento de conocimiento y fascinación por Cristo y la Iglesia”, dijo Eliezel.
Añadió que sus discursos, homilías y encuentros con los jóvenes hicieron un eco rotundo en su corazón.
“Hoy puedo identificar varios rasgos derivados de mi experiencia cercana de encuentro con el Papa Francisco, que ha ido más allá de poderlo saludar o servir en la Eucaristía del 17 de febrero del 2016, sino profundizando en los escritos que conforman su Magisterio, acompañándolo en oración y respetando su autoridad y presencia que es signo de comunión”, explicó Eliezel.
Trajo a su memoria los gestos, las palabras y estilo tan particular de compartir el Evangelio del Santo Padre, y sobre todo su amor por Cristo que ha dejado una huella permanente en él.
“Por tanto la bendición de haber estado cerca de una referencia vocacional tan importante para mi vida, hasta hoy, sigue rindiendo frutos que se siguen fortaleciendo y madurando para poder ser yo también algún día referencia vocacional”, concluyó.
Caminar con fuerza
Por su parte Hiram Roberto Fernández explicó que al momento de la visita del Santo Padre a Ciudad Juárez, él cursaba el Curso Introductorio.
“Durante la visita me tocó ser Cirial en la Santa Misa y poder estar cerca de él y saludarlo personalmente. Fue un momento muy gratificante para mí, además de histórico para nuestra ciudad”, dijo Hiram.
Destacó que ese momento lo llenó de una profunda esperanza en su llamado vocacional.
“Me motivó en esta búsqueda interior que tengo, de hacer presente el Reino de Dios entre nosotros y buscar el camino cristiano. No solo en los aspectos de la Iglesia, sino en todos los rincones de la sociedad”, explicó.
De igual manera señaló que fue muy gratificante poder estar cerca de él durante un momento.
“Al momento de la Sagrada Eucaristía me entró un gran nervio, pero me reconfortó escuchar su homilía y aquel mensaje que nos daba”, recordó para luego destacar:
“Recibir la bendición de parte de él fue muy edificante en mi proceso de fe y mi camino de seminarista. Me ayudó a sentirme más comprometido y entregado en este camino vocacional”.
Hoy por hoy Hiram cursa el segundo grado de Teología y cada día reafirma su ‘sí’ al proyecto de vida al que Dios lo ha llamado.