Diana Adriano
Seminaristas y formadores del Seminario Conciliar vivieron un valioso curso los pasados viernes 5 y sábado 6 de enero, cuando se sumergieron en un taller especializado y centrado en la Madurez y Afectividad Sexual.
El padre Jesús Manríquez, rector del seminario, destacó el esfuerzo que se realiza por enriquecer la formación de los seminaristas y la importancia de abordar aspectos fundamentales de la vida humana y espiritual de estos jóvenes.
“Cada año acompañamos el inicio del año civil con una reflexión en torno a la dimensión humana. Este año decidimos invitar a un experto externo para compartirnos un taller sobre la madurez y la afectividad sexual», señaló.
Crecimiento personal y espiritual
El taller, diseñado con el propósito de contribuir al crecimiento personal y espiritual de los participantes, tuvo como objetivo brindar herramientas para comprender y vivir de manera saludable la afectividad sexual en el contexto del compromiso celibatario. De esta forma, se puso énfasis en la expresión de este compromiso como un acto de amor hacia la Iglesia.
El taller fue impartido por la maestra Rosario Alfaro, miembro destacado de ALMAS (Asociación de Laicos por la Madurez Afectiva y Sexual). Esta asociación civil se dedica a ofrecer herramientas, talleres y cursos para lograr una formación humana integral entre los miembros de la Iglesia Católica, permitiéndoles impactar de manera positiva en sus comunidades.
Durante los días del taller, los participantes escucharon temas y luego se sumergieron en reflexiones profundas sobre estos temas de gran valor en la fe católica.
Conocimiento esencial
Al impartir los temas, María del Rosario Alfaro Martínez profundizó en la idea de que este conocimiento es esencial para el desarrollo humano integral.
Destacó la importancia de integrar la sexualidad de manera saludable en la vida de los seminaristas, no solo como un aspecto biológico, sino como un componente que contribuye a una identidad clara y conexiones personales significativas.
En sus enseñanzas, la especialista enfatizó la necesidad de abordar estos temas con el propósito de brindar a los seminaristas herramientas que les permitan no solo comprender su propia sexualidad, sino también establecer relaciones saludables y vivir con un sentido de vida.
“La idea central es que estos conocimientos no solo son relevantes en la vida religiosa, sino que también son fundamentales para cualquier vocación a la que todos sean llamados por el Señor’, expresó la ponente.
Un enfoque más allá del ámbito sacerdotal
En entrevista con Presencia, la tallerista dijo que el grupo de seminaristas con los que trabajó, ya dotados de una sólida formación, participó activamente en las sesiones, reflejando un deseo genuino de explorar estos temas tan fundamentales para el desarrollo humano.
“El taller, que busca no solo proporcionar conocimientos prácticos, sino también fomentar una reflexión teológica profunda, ha llevado a los seminaristas a reconocer la afectividad y la sexualidad como espacios en los que se encuentran con la divinidad’ compartió la entrevistada.
Cuidar la vida
María del Rosario expresó que la visión de estos aspectos no solo son cruciales para aquellos que buscan la formación sacerdotal, sino para todos los cristianos.
“La propuesta central es que la afectividad y la sexualidad son terrenos teológicos que permiten a los individuos aceptar su historia con todas sus experiencias, mejorándolas y, más importante aún, convirtiéndose en agentes conscientes del cuidado de la vida”, explicó.
Este enfoque, agregó la ponente, trasciende el ámbito sacerdotal, instando a los participantes a convertirse en personas comprometidas con el amor y el servicio, reconociendo la responsabilidad de cuidar la vida a través de relaciones saludables y el servicio a la Iglesia y al mundo.
Entusiasmo y compromiso
Por otro lado, resaltó el entusiasmo y compromiso de los sacerdotes formadores con este curso.
“Su activa participación reforzó la importancia que la comunidad de formadores asigna a estos temas”, dijo.
Explicó que encontró en el Seminario de Ciudad Juárez un deseo genuino de comprender y abordar de manera reflexiva la dimensión humana de la vocación sacerdotal. Y subrayó la relevancia del curso como una herramienta efectiva en la formación integral de quienes desempeñarán un rol esencial en la Iglesia.