Diana Adriano
En la sociedad actual, los adultos mayores desempeñan un papel fundamental que a menudo pasa desapercibido. Es crucial que, al igual que las familias, las comunidades parroquiales reconozcan su valor y los acojan con amor y cariño.
Proporcionarles un espacio donde puedan desarrollarse plenamente, vivir su fe y disfrutar de momentos de esparcimiento es esencial para su bienestar integral, y al crear ambientes inclusivos y comprensivos, no solo se honra su legado, sino también se construye una sociedad más fuerte y cohesionada.
Así lo consideran fundadores de grupos que actualmente existen en algunas comunidades parroquiales, donde se ha asumido el compromiso de acoger a los adultos mayores, proporcionándoles no solo cuidado físico, sino también apoyo emocional y espiritual, creando entornos en los que puedan desarrollarse y compartir plenamente.
Estos son algunos de los ejemplos:
Convivencia y solidaridad
La parroquia de San Felipe de Jesús ha sido un ejemplo de servicio y compromiso hacia los adultos mayores durante más de 14 años. Alberto Moreno Aguayo, coordinador del grupo de la tercera edad durante 12 años, compartió con entusiasmo su compromiso inquebrantable hacia quienes han enriquecido la comunidad durante más de una década.
A pesar de los diversos desafíos que surgen al trabajar con adultos mayores debido a sus diferentes personalidades, Alberto destaca la importancia de la fe como guía.
Su firme creencia en el servicio a Dios les ha permitido superar las dificultades y continuar brindando apoyo a aquellos que han encontrado en la parroquia un refugio y compañía.
“Hemos enfrentado obstáculos durante estos años, pero hemos creado un espacio en el que la palabra de Dios se traduce en acciones de amor y convivencia”, expresó el entrevistado.
Compañía y vitalidad
Dijo que cada lunes a las 10 de la mañana, 24 personas se reúnen para disfrutar de la convivencia sin imponer la obligación de llevar algo consigo.
“La dinámica se centra en la interacción entre los participantes, formando parejas o grupos de tres que comparten conversaciones y experiencias”, relató.
Aunque anteriormente Alberto solía cantar canciones para los invitados, ahora da prioridad a la convivencia espontánea. Además, una compañera aporta música para bailar, brindando momentos divertidos mientras aprenden nuevos pasos.
El coordinador enfatizó que este grupo no es simplemente un espacio de formación, sino un encuentro dedicado a la convivencia, todo enraizado en el amor de Dios.
“Más allá de impartir lecciones, la esencia de la reunión reside en la conexión y en la construcción de relaciones basadas en la fe y la solidaridad”, expresó.
Dentro de este grupo, se encuentra la señora Clara Maynez Maldonado, quien fue una de las fundadoras, y expresó con gratitud:
“Este grupo ha sido muy beneficioso para mí. No se trata solo de la comida, sino de la compañía, estar en comunidad y la vitalidad que encuentro aquí. Cada hora que paso en este espacio es más que un simple descanso para el cuerpo; es una renovación para mi espíritu. Estoy agradecida por el impacto positivo que tiene en nuestra vida como adultos mayores”.
Para saber…
Si deseas más información del grupo, comunícate al teléfono 656 612 3647
Comparten los alimentos
La comunidad de Nuestra Señora del Carmen, a través del equipo de Cáritas Parroquial, ha dedicado más de una década al comprometido apoyo a las personas mayores. Cada martes, ofrecen una comida en su comedor comunitario, acompañada de despensas quincenales. María Lourdes Rodríguez, coordinadora de Cáritas, compartió detalles sobre esta iniciativa.
“La tradición de proporcionar comida tiene una historia de ocho años, inicialmente los sábados y luego trasladada a los martes hace dos años para facilitar la logística. Actualmente, alrededor de 15 adultos son beneficiarios, aunque la cifra ha disminuido debido al fallecimiento de algunos de nuestros hermanos”, expresó la entrevistada.
Alimentos y alegría
Añadió que el servicio comienza a las 9:00 a.m. con el rezo del Rosario, seguido de un desayuno y diversas actividades, como juegos de lotería. Asimismo, observó con alegría cómo este servicio brinda no solo alimentos, sino también un sentido renovado de alegría y esperanza a los participantes.
María Lourdes ha sido desde el 2010, una figura importante en esta labor, pues ha seguido la evolución del servicio a lo largo de aproximadamente 14 años.
Consideró que el crecimiento del equipo de Cáritas, de dos personas a un grupo de diez, se debe a fortaleza y entusiasmo de quienes participan en el proyecto.
“Reconozco que aún hay mucho por hacer, pero agradezco la aceptación y apoyo de los padres de la comunidad, Armando Benavides y Abraham Betancourt, para mantener activo el comedor en la parroquia con este grupo de adultos mayores”, dijo.
El comedor, antes conocido como «Belén, la casa del pan», ha sido testigo de testimonios conmovedores a lo largo de los años. La entrevistada recordó con melancolía la memoria de personas como el Sr. Manuel y la Sra. Socorrito, quienes encontraban en este espacio un respiro y encuentro.
“Aunque ambos ya fallecieron, sus experiencias siguen siendo un recordatorio de la influencia positiva que tiene el comedor en la vida de los adultos mayores. Siempre recordaremos lo agradecidos que estaban con la comunidad por este gesto de servicio”, explicó Lourdes.
Bien recibidos
Lourdes quiso destacar que la participación en el comedor es flexible para los adultos mayores. Si alguien desea llevarlos, el servicio se presta de 9 a 11 de la mañana en la parroquia, ocasionalmente extendiéndose hasta las 12 p.m.
Para quienes no cuenten con transporte, el comedor ofrece la opción de ser incluidos en una lista para recibir el servicio de traslado. En este caso, el equipo se encargaría de organizar el transporte, asegurando que todos tengan la oportunidad de participar en este espacio de compañerismo, alimentación y alegría.
Para saber…
Más información sobre este grupo en el teléfono 656 659 6587
Frase…
Cada hora que paso en este espacio es más que un simple descanso para el cuerpo; es una renovación para mi espíritu