Ana María Ibarra
Con gran entusiasmo y disposición, jóvenes de instituciones y parroquias del poniente de la ciudad vivieron el primer Viacrucis Juvenil bajo el lema “Vamos poniente, juntos al encuentro del hermano”. El evento estuvo lleno de signos y reflexiones dirigidos a visualizar la realidad que enfrentan los jóvenes en la sociedad actual.
Poniente de Juárez
Fue en punto de las tres de la tarde del pasado jueves 21 de marzo, cuando jóvenes de CASA-Promoción Juvenil, Salesianos, Bachillerato Agustín Pro, templo del Pinole de Nuestra Señora de Guadalupe, parroquia San Vicente y Parroquia del Espíritu Santo se reunieron en el Parque Gema para dar inicio a la representación de la Pasión y Muerte de Jesús.
La primera parte del evento la dirigió el padre Federico Mujica, sacerdote salesiano, quien pidió a los asistentes tomar una postura con los brazos extendidos a los lados, imaginando estar en una cruz.
“Esta iniciativa es para darnos cuenta de que estamos juntos, para solidarizarnos”, dijo.
Muchachos y muchachas del sector sostenían carteles con datos crudos sobre la falta de oportunidades que padecen los jóvenes, mientras el sacerdote salesiano reflexionaba sobre ello.
“En las pruebas difíciles sabemos si los amigos son o no son amigos verdaderos. Jesús no quiso fallarnos y en el momento de la prueba dijo: Sí quiero cargar la cruz. La enseñanza que Jesús nos deja es: ven carga tu cruz y sígueme”, expuso el sacerdote.
Signo de solidaridad
Con una representación acorde a los tiempos actuales inició el recorrido del viacrucis.
“Los invito a recordar situaciones que viven nuestros jóvenes, a veces en silencio, a veces gritando. Como un signo de solidaridad ayudémonos a cargar nuestras penas. Que este recorrido sea un camino de esperanza”, expresó por su parte Teresa Almada, directora de CASA.
Los asistentes, en su mayoría jóvenes, caminaron por las calles de la zona llevando a cuestas una cruz blanca con el nombre de los jóvenes participantes.
Enfoque en los jóvenes
Durante el recorrido, se fueron deteniendo para reflexionar las estaciones, pero con un enfoque actual, dejando al descubierto la realidad que viven los jóvenes: Discriminación, depresión, ansiedad, violencia familiar, adicciones, desapariciones, pobreza, falta de oportunidades para la educación, entre otras tantas problemáticas que padecen.
Los jóvenes escenificaron de manera emotiva algunos aspectos que viven en el entorno familiar y en la vida social.
En sus reflexiones, se invitó a unir los sufrimientos a los de Jesús y ofrecerlos por las situaciones difíciles que se viven en la ciudad, especialmente por las personas víctimas de desaparición forzada.
El Viacrucis Juvenil concluyó en la Colonia Tarahumara con esta última reflexión.
“Somos llamadas y llamados a decir que Jesús vive. Quienes estamos aquí somos personas de fe. Con nuestra propia vida podemos decir que Cristo Vive”, expresó la hermana Pilar García, STJ, del bachillerato Agustín Pro, para concluir el evento.