Diana Adriano
En el marco del tiempo de Adviento, las tradicionales pastorelas no se hicieron esperar en la diócesis, llevando un mensaje de esperanza y alegría a la comunidad. El pasado 15 de diciembre, el grupo de Viacrucis de la parroquia Sagrado Corazón de Jesús presentó con entusiasmo dos funciones de su pastorela, una tradición que busca resaltar el verdadero significado de la Navidad.
Las presentaciones tuvieron lugar después de las misas de las 11 de la mañana y de la 1 de la tarde, atrayendo a numerosos fieles.
«Queremos llevar un mensajito a los corazones de cada uno de los que nos vean. Más que nada, esto se hace para demostrar de una manera muy bonita el hecho de que va a nacer Jesús», dijo Leticia Ortiz, integrante del grupo.
El montaje contó con un elenco de aproximadamente 15 actores, además de un equipo de apoyo detrás del escenario, sumando en total unas 20 personas.
Los participantes dedicaron alrededor de cinco semanas a ensayos y preparación para asegurar una representación de calidad.
Llamados a la reflexión
Más allá de su carácter humorístico, la puesta en escena tocó temas profundos y contemporáneos, ofreciendo una experiencia que mezcló risas, reflexión y espiritualidad.
La historia de esta pastorela aborda el tema de la violencia intra familiar. Trata de una familia disfuncional que está siempre peleando. El personaje del diablito les hace caer en un sueño profundo, donde se encuentran en un desierto.
“Al final llegan al pesebre y se dan cuenta de que la familia de María y José era perfecta, en contraste con la suya. Esto les lleva a reflexionar sobre cómo estaban llevando sus propias vidas”, explicó Lety.
Las dos funciones fueron un verdadero éxito, con una gran respuesta por parte de los asistentes en ambos horarios.
El público, se mostró emocionado y cautivado por la actuación del grupo, quienes lograron transmitir el mensaje navideño de una manera entretenida y conmovedora. Los aplausos fueron constantes, lo que demostró que, una vez más, este género de Navidad cuenta con el cariño y la admiración de la comunidad.
“Gracias a Dios, mis muchachos lograron mantenerlos entretenidos porque es una pastorela cómica, pero al mismo tiempo lleva el mensaje de Jesús,» concluyó Leticia.