Pbro. Rene Acosta/Formador del Seminario
Año con año los seminaristas, junto con algunos invitados de sus comunidades parroquiales, preparan con mucho esmero y cariño una obra teatral que busca no solo entretener y divertir, sino anunciar con alegría que el Salvador, el Hijo de Dios, ha nacido entre nosotros y que sigue viniendo a nacer en nuestro corazón.
Esta alegría navideña brota de la esperanza y de la redención, e impregna las almas, los hogares, las calles y a toda la naturaleza. Toda la creación se alegra en la Navidad; toda la creación alaba y canta al Señor por el nacimiento de su único Hijo, Jesús, pobre entre los pobres, humilde entre los humildes, capaz de amar hasta los enemigos.
Puesta en escena
Esta bonita pastorela, titulada “Cuando veas la cola de tu vecino arrancar”, fue escrita por el maestro Tomás Urtusástegui; adaptada y dirigida por el Profr. Roberto Escareño, coordinador de la carrera de teatro en el Centro Municipal de Artes y que, además, fue alumno de nuestro Seminario durante más de 4 años.
Fue representada el pasado domingo 15 de agosto por un grupo de seminaristas de diferentes etapas y algunas jóvenes invitadas de comunidades parroquiales.
El escenario fue el Auditorio Manuel Talamás Camandari, del Seminario Conciliar, a donde llegaron personas de diferentes comunidades parroquiales para disfrutar la puesta en escena y llevarse un mensaje para sus vidas.
La historia
En esta pastorela acompañamos el camino de 6 pastores rumbo a Belén, después de que el arcángel Miguel se les apareciera para anunciarles que el Hijo de Dios va a nacer. Y aunque los humildes pastorcillos no entendían la noticia, se ponen en marcha para ir a adorar al Niño Dios. Esa es una situación que, por supuesto, Lucifer y sus demonios tratan de evitar.
Presentado de manera cómica, con sus engaños, tentaciones y artimañas, estos demonios querrán desviar a los pastores para que no se encuentren con el Salvador, siendo esto una alegoría de nuestra propia vida.
Por suerte, el arcángel Miguel aparece presuroso para detener a los demonios y abrirles los ojos a los pastores. A cada uno de los demonios, en diferentes escenas, le arranca la cola para mostrarles a los peregrinos que son secuaces del diablo queriéndolos engañar.
La historia concluye con los pastores llegando al portal de Belén, postrándose a los pies de la Sagrada Familia y adorando y cantando al Niño Dios.