Claudia Iveth Robles
Por segundo año consecutivo, diáconos permanentes de la diócesis renovaron sus promesas diaconales en la fiesta de San Lorenzo, el pasado jueves 10 de agosto, en una misa presidida por el obispo don José Guadalupe Torres Campos.
La celebración se realizó en este día por ser san Lorenzo el patrono de los diáconos.
En la misa, que concelebraron los sacerdotes Benjamín Gaytán, Daniel Payán y Leonardo García, el obispo resaltó que la devoción a San Lorenzo los debe llevar a dos compromisos: el primero, amar a Cristo, pues si no se llega a ese amor, la devoción queda a medias y se corre el riesgo de desviarse.
Y un segundo aspecto es imitar la santidad del santo, y con ello servir a los hermanos, ver por los demás, los más pobres, enfermos y necesitados.
Señaló que San Lorenzo se distingue por su grande fe, amor a Dios y servicio como diácono a Dios, a la Iglesia y al papa, pero sobre todo a los pobres, a quienes alimentó y ayudó siempre.
En ese sentido, invito a los diáconos a desgastarse en el servicio.
“Desgastarse como esposos, como padres de familia, pero también como diáconos al servicio de la Iglesia, de la Evangelización, de la catequesis, de los sacramentales, predicando por entero la alegría del llamado”, dijo el obispo.
Al término de la homilía, los diáconos se colocaron frente al obispo para renovar las promesas del día de su ordenación diaconal y respondieron ‘sí quiero’ a las preguntas del obispo ¿Quieren renovar su consagración al servicio de la Iglesia, como lo hicieron el día de su ordenación? ¿Quieren seguir con la tarea de anunciar el evangelio:
Misión del diácono
Como se sabe, el diácono permanente es un hombre, que puede ser casado, quien se encarga de ayudar al párroco o al sacerdote. Pero su apoyo comporta todo un servicio al pueblo de Dios. Por ello recibe una preparación espiritual, humana, teológica y filosófica previo al ejercicio de su ministerio.
Actualmente en la Diócesis de Ciudad Juárez hay 20 diáconos permanentes en servicio, mientras que hay 26 más en formación dentro de la Escuela de Diaconado Permanente, que coordina el padre Benjamín Gaytán, con el apoyo de los sacerdotes Roberto Ríos y Daniel Payán.
Entre los deberes de los diáconos están: administrar solemnemente el Bautismo, conservar y distribuir la Eucaristía, ministros de la exposición del santísimo Sacramento y de la bendición eucarística, ministro ordinario de la sagrada Comunión, portar el viático a los moribundos, en nombre de la Iglesia asistir y bendecir el matrimonio, leer la Sagrada Escritura a los fieles, instruir y exhortar al pueblo de Dios, presidir el culto y la oración de los fieles, servir en el ministerio de la palabra al pueblo de Dios, celebrar el culto divino, administrar los sacramentales como pueden ser el agua bendita, la bendición de casas, imágenes y objetos y por último presidir el rito fúnebre y la sepultura.