Miles acudieron a la cita en el Estadio Juárez Vive, donde se ofreció el rezo por las familias juarenses…
Con una intención particular: pedir a Dios, por intercesión de Santa María, bendiga a las familias de la diócesis, se llevó a cabo el pasado 3 de octubre el Rosario Viviente Diocesano 2015.
Así, después de un breve receso, nuevamente miles de fieles fronterizos se congregaron en torno a la Virgen Santísima para orar a Dios a través del Santo Rosario y pedir por esta Iglesia particular de Ciudad Juárez, en especial por las familias, en el marco del Sínodo Extraordinario de los Obispos por las Familias que se realiza actualmente en Roma.
Saludo del obispo
Visiblemente emocionado por la presencia de los cientos de fieles que se congregaron en el Estadio Juárez Vive, el obispo don José Guadalupe Torres presidió el Rosario, no sin antes dirigir un saludo de bienvenida a los asistentes.
“Bienvenidos en esta tarde en la que nos congregamos para unirnos en oración del rezo del Santo Rosario. Este momento de oración lo preside esta imagen hermosa de Cristo. Toda oración, toda alabanza siempre es dirigida al Padre, por Cristo”, dijo el obispo.
“También tenemos esa preciosa imagen de nuestra Señora de los Dolores, con más de 200 años de antiguedad, que también preside junto con su hijo esta hermosa celebración”, agregó refiriéndose a la imagen que salió de la Misión de Guadalupe para participar por primera vez en este evento diocesano.
Don José saludó a los jóvenes, a quienes dijo, “su presencia es muy significativa”, lo que mereció vivas y aplausos.
“¿Cómo están todos los niños?… todos son niños”, exclamó y recibió como respuesta el grito de los fieles.
“Les doy la más cordial bienvenida. Estoy alegre, entusiasta, siempre ustedes como pueblo de Dios dan ejemplo de fidelidad, de alegría, de entrega, de generosidad, de fe. Son un pueblo lleno de amor”, expresó.
Dedicado a las familias
“Hoy es un día de familia, nuestra familia de sangre, nuestra familia en la fe. Este santo Rosario lo vamos a rezar dedicado a la familia. Vamos a pedirle a Dios y María Santísima bendigan nuestra familia diocesana, que nos haga una familia de fe que acoge a su hijo Jesucristo, que escucha a María en esa indicación en el primer milagro de su hijo: Hagan lo que Él les diga”, expresó el obispo.
El obispo invitó a los fieles a pedir por la bendición de las familias. Que haya familias cristianas donde reine Dios, reine el amor, la armonía.
“Pidamos para que nuestras familias sean evangelizadas y a su vez sean familias que evangelicen. El papa en su vivista a Cuba y Estados Unidos insistió mucho en estar atentos para defender la familia, la familia es sagrada. Nuestra Madre Santísima junto con san José y su Hijo son modelo de santidad para nuestras familias”.
Añadió que la familia debe ser escuela de fe, de esperanza y sobre todo escuela de amor y misericordia.
Familia y misericordia
“El papa inaugurará el Año de la Misericordia y un lugar privilegiado para vivir, experimentar, aprender y poner en practica la misericordia es sin duda la familia”.
Y agregó: “Pidamos a Dios para que ese amor a Cristo y a María nos lleve a ser cada vez mejores y hacer de nuestra diócesis una Iglesia que celebra a Cristo, vive a Cristo. Una Iglesia Eucarística que se alimenta de la palabra y de la Eucaristía. Que sigamos fortaleciendo nuestra fe y como Madre nuestra nos guie, proteja y nos aliente”.
RECUADRO
Oración y escenificación
A pesar de la densa lluvia que se hizo presente esa tarde de sábado, los fieles no dejaron su lugar y meditaron los misterios gozosos: El anuncio del nacimiento del hijo de Dios, la Virgen María visita a su prima Isabel, El hijo de Dios nace en medio de una familia, José y
María presentan al niño en el templo, y Jesús adolescente ocupado en las cosas de su Padre en el templo.
Cada misterio llevó conjuntamente una escenificación a cargo del Movimiento Familiar Cristiano, cuyos integrantes, sin importar el clima, dieron todo de sí para mostrar las etapas de la familia y los conflictos comunes que esta pueden enfrentar.
El noviazgo, recién casados, matrimonio con niños pequeños, matrimonio con hijos adolescentes y matrimonio con abuelos en casa, fueron las escenas que los fieles pudieron apreciar y con las cuales pudieron reflexionar temas como el amor, la oración en familia, la unión familiar, el perdón y otras virtudes de una familia cristiana.
Después del rezo de los misterios los fieles encendieron sus velas, mismas que fueron previamente bendecidas por el obispo, y así, con las luces encendidas, se cantaron las letanías.
Con el mismo gozo con el que la recibieron, los fieles despidieron a la imagen de la Virgen Dolorosa después de recibir la bendición del obispo.