Ana María Ibarra
Con una jornada vocacional diferente, congregaciones religiosas femeninas y masculinas retornaron a las actividades y espacios para jóvenes después de dos años de ausencia, a causa de la pandemia.
Primera experiencia
Los pasados 26 y 27 de febrero se llevó a cabo la primera jornada vocacional mixta en el Centro Educativo Multicultural Yermo y Parres -CEMYP-, que albergó a 30 jóvenes, hombres y mujeres, quienes acudieron con actitud positiva y corazón dispuesto.
“Las jornadas siempre habían sido para chicas, es la primera vez que se realiza una jornada mixta. Invitamos a hermanos religiosos para que nos acompañaran. Aunque al principio fue complicada la organización por sus compromisos, finalmente nos acompañaron los Hermanos Capuchinos de Monterrey y Hermanos Maristas”, dijo la hermana Noemí Flores, Misionera Guadalupana y coordinadora de la Pastoral de vida consagrada.
A pesar de que la mayoría de la asistencia estuvo compuesta de mujeres, la hermana Noemí, al igual que el resto del equipo organizador, no se desanimaron.
“Fue la primera jornada mixta, apenas se empieza a conocer esta modalidad. Si escuchas hablar del preSeminario se sabe que es para hombres, si se escucha hablar de jornada, se piensa en chicas”, expresó.
La religiosa resaltó que, después de no haber vivido una jornada durante dos años, retomar la actividad fue algo muy bueno.
“Tuvimos respuesta, aunque no la que esperábamos, pero para empezar vamos bien. Las jóvenes muy participativas, centradas, ya sabían a lo que iban, eso hizo más fácil el trabajo de la jornada”.
Tres etapas
La hermana Noemí mencionó que la jornada es para ayudar a los jóvenes a hacer introspección, que se descubran personalmente, reconociéndose como hijos de Dios.
“Este es un proceso de tres jornadas y estamos abriendo el panorama al joven para que se descubra y reconozca que tiene una misión”.
La temática de la jornada estuvo centrada en que el joven se reconociera como creación de Dios, con una dignidad y con una libertad para elegir.
“Si bien tenemos la libertad, Dios nos invita a un proyecto de vida, a un futuro. Las siguientes jornadas se irán centrando en las vocaciones específicas”.
Los temas fueron impartidos por religiosas y religiosos del equipo organizador.
Debido a que las jornadas son secuenciales, lo más conveniente es que se vivan las tres etapas, pero la hermana Noemí informó que, quienes no pudieron asistir a esta primera jornada y tiene la inquietud de participar, podrán integrarse en el siguiente evento a celebrarse los días 13, 14 y 15 de mayo.
“En la segunda jornada todavía pueden entrar más jóvenes, hombres y mujeres, pero ya en la tercera no será posible porque irá más enfocada a la vocación”, aclaró.
La entrevistada dejó la siguiente invitación: “La vocación es una aventura de cosas nuevas. A los chicos y chicas, estas jornadas les pueden ayudar a tener una visión diferente. No tengan miedo de decirle a Dios que sí en cualquier vocación que descubran en este proceso”.
Frase…
Dios nos tiene una misión específica y nos toca a cada uno descubrirla… las jornadas son una oportunidad para conocer la vida religiosa y los diferentes estados de vida.
Hna. Nohemí Flores, MG