Ana María Ibarra
Con el arma más poderosa para conseguir la paz, miles de fieles católicos se armaron el pasado 28 de octubre y se reunieron para pedir la intercesión de Santa María y pedir por la paz en el mundo entero en el Rosario Viviente 2023.
El evento inició en el Parque Borunda con la procesión a la que asistieron más de 500 fieles, en su mayoría jóvenes.
Vestidos de blanco y con Rosario en mano, cientos de fieles se reunieron desde antes de las 3:00 para dar inicio a la gran fiesta diocesana en la que se ha convertido el Rosario Viviente.
En ese espacio la Iglesia mostró su rostro juvenil, pues más del 80 por ciento de los asistentes fueron jóvenes de grupos juveniles y de cursos de confirmaciones de las distintas parroquias.
Ofrecimiento
Con vivas y alabanzas, la fiesta por la paz dio inicio en torno a María, Buena Madre, imagen proporcionada por el Instituto México y colocada frente a un marco de flores, recibiendo el amor de los presentes.
Antes de iniciar la procesión, el obispo diocesano, monseñor J. Guadalupe Torres Campos encomendó:
“Ofrezcamos este recorrido con gran fe por la Iglesia, por el mundo, por la paz, por nuestra diócesis. Vamos a encomendarnos a María Santísima y vamos con mucha alegría”, expresó monseñor Torres.
El obispo dio la bendición a los presentes y dieron inicio a la procesión yendo al frente el carro alegórico que trasladaba la imagen de la Buena Madre y detrás de él el obispo, el padre Eduardo Hayen, del equipo organizador del evento, los fieles y grupos de matachines.
Miles congregados
Mientras se llevaba a cabo la procesión, al Estadio Olímpico Benito Juárez, sede del evento, fueron llegando los fieles directo de sus parroquias.
El lugar lucía sereno mientras se preparaba la parihuela, construida por la comunidad de Santa Rosa de Lima, con un peso de 300 kilos y llevaba en su diseño cuatro rayos simbolizando la luz que emana de María y los cuatro evangelios.
El coro parroquial de Dios Padre comenzó a impulsar a la alabanza cuando la procesión llegó al recinto antes de las 6:00 de la tarde, horario que se estableció para el inicio del Rosario Viviente 2023.
El clima favorable y el cielo despejado fueron signos para los creyentes de que María mostró su deseo de que los fieles católicos de Ciudad Juárez se reunieran una vez más en torno a ella.
Conforme el estadio se fue llenando de la presencia de los católicos, la alegría y la algarabía aumentaba y el amor se desbordaba.
Para dar inicio al evento se realizó el acto cívico de Honores a la bandera, a cargo de la Banda de Guerra y la Escolta del Cbtis 128.
Enseguida dio inicio el recorrido de la imagen llevada en hombros por los Caballeros de Colón. Monaguillos, seminaristas, sacerdotes y el señor obispo caminaron delante de Ella.
El obispo fue dando su bendición a los fieles. En distintos puntos, la imagen fue detenida y girada para recibir el saludo cariñoso de los asistentes.
Rosario por la paz
Durante el recorrido se fueron leyendo algunas intenciones, todas ellas haciendo referencia a la paz tan necesitada en el mundo.
“Esta tarde estamos alegres y bendecidos por nuestro Señor y por nuestra Santísima Madre, la Virgen María. Qué bello escenario que Dios nos ha concedido para llevar a cabo nuestro Rosario Viviente. Un cielo esplendoroso y un atardecer fervoroso. Venimos a pedir por intercesión de la Virgen María por la paz en el mundo en el marco del Sínodo de la sinodalidad”, expresó el obispo al llegar al lugar desde donde se llevaría a cabo el rezo del rosario.
Misterios gozosos
Los misterios que se rezaron esa tarde fueron los misterios gozosos acompañados de videos que narraron con representaciones las apariciones de la Virgen de Fátima, quien dejó en el mundo un mensaje de paz que sigue vigente y que destaca a la Eucaristía, como culmen de la vida cristiana.
En cada misterio se pidió por las familias y la paz en los hogares, por el fin de la guerra, por las víctimas de la violencia y de la guerra; por los pobres, por los migrantes, por la conversión de quienes hacen daño, por los gobernantes, y por los ahí reunidos.
Al concluir, el escenario se llenó de luz: por una parte la de las velas electrónicas y celulares encendidos por los fieles y por otro lado, la de la esplendorosa luna que apareció en lo alto del cielo complementando la belleza de la noche.
El obispo dejó una ofrenda floral a los pies de María y con ella encomendó a la diócesis a su amoroso cuidado.
Para despedir a los fieles, el obispo agradeció su presencia y les otorgó la bendición.