Durante los recientes meses, la Iglesia Católica ha sido víctima de la inseguridad que se vive a nivel nacional. En la Diócesis de Ciudad Juárez al menos cuatro templos fueron blanco de ladrones en un breve lapso, y uno de ellos fue profanado.
Ana María Ibarra
Párrocos y colaboradores hablan sobre los lamentables sucesos que dejan impotencia, dolor y enojo, pero también un trabajo espiritual más profundo en el corazón de los fieles y líderes.
Los recientes robos en la diócesis local se realizaron durante la madrugada. En todos los casos las puertas fueron forzadas, hubo vidrios rotos, y el robo fue principalmente de equipo de sonido. Al huir, los ladrones, de manera sinvergüenza, dejaron abandonadas las herramientas en el lugar.
En María Reina del Universo
Un daño más que físico sufrió la comunidad parroquial María Reina del Universo al ser profanado el Sagrario por personas sin escrúpulos que ingresaron al templo para robar.
La primera vez que ingresaron a este templo parroquial sólo dejaron destrozos, además del hurto.
“Nuestra preocupación era el Santísimo. Aseguramos esa puerta, pero regresaron en menos de un mes. Servidores nos habían prestado aparatos y bocinas para las celebraciones de Noche Buena y semanas anteriores”, dijo el padre Jesús Apodaca, párroco.
En la segunda ocasión, justo la noche para amanecer el 25 de diciembre, el ingreso fue por la puerta lateral derecha y se llevaron la colecta de esa noche y aparatos de los servidores, pero el acto más triste fue la profanación al Sagrario.
“Se llevaron los copones y tiraron las formas consagradas afuera del templo. Cuando salimos encontramos una cantidad de hostias en una palma y otras pegadas a la barda por dentro del terreno”, narró el sacerdote.
Ante el hecho, el padre Apodaca llamó a los ministros extraordinarios de Comunión para buscar las hostias en el estacionamiento del templo ya que esa noche azotaron fuertes vientos.
“Las cosas le cuestan a la comunidad, pero el dolor más fuerte fue la profanación. Nunca había sentido un dolor así, cuando uno contempla ese acto de falta de respeto a la presencia de Dios es muy doloroso. Siente uno mucha vergüenza”, expresó con voz lastimosa.
Agradecido con Dios porque las hostias consagradas no se esparcieron más allá, el sacerdote acudió a la autoridad para hacer la denuncia.
“Según las normas de la Iglesia, cuando hay un templo profanado se debe dejar de celebrar misa. Me comuniqué con el obispo y con el encargado de Liturgia para un consejo. Se hizo un acto de desagravio y se prosiguió con las misas”.
El padre Apodaca expresó su deseo de que las personas que hicieron tan terrible agravio no tengan conciencia de lo que cometieron.
“Ojalá y el móvil haya sido el robo y no algún sentimiento de odio a la creencia de las personas, o antirreligioso. Invito a la comunidad a cuidar nuestros templos, son de todos”, finalizó.
En San José de Lomas
El 30 de noviembre del 2021 fueron allanados dos templos de la comunidad de San José de Lomas: el templo parroquial y la capilla del Divino Rostro.
Félix Carrera, diácono permanente y colaborador en dicha parroquia compartió que esa misma noche fueron forzadas las puertas de ambos templos.
“Los ladrones no se detuvieron a pesar de las cámaras de seguridad, aunque se ve muy difuminada la imagen por ser infrarroja”.
En la capilla del Divino Rostro no se cuenta con cámaras y no se sabe a ciencia cierta cuantas personas realizaron el hurto. Afortunadamente no hubo profanación del Santísimo Sacramento.
Además del robo, los daños que ocasionaron al inmueble fueron graves.
“La puerta de la capilla la habíamos reparado hace unos meses y nos costó 30 mil pesos y después del segundo daño es probable que ya no se pueda reparar”, dijo.
Ladrón atrapado… pero libre
El 31 de diciembre intentaron ingresar nuevamente a la capilla del Divino Rostro, pero en ese momento una unidad de Seguridad Pública daba su rondín y pudo detener al ladrón, infraganti.
“El padre Marcelino se encontraba fuera de la ciudad y al momento que fui para rectificar la denuncia pedían documentación que acreditara la propiedad del inmueble a nombre de la diócesis para consignar a la persona”, explicó.
Lamentablemente no se pudo concluir el trámite ya que el padre Hesiquio Trevizo, representante legal de la diócesis, se encontraba enfermo y no pudo acudir por lo que la persona quedó en libertad.
“El expediente quedó abierto para que en el lapso de un año podamos ratificar la denuncia por daños en el inmueble. Tenemos el número del expediente, el nombre de la persona, sólo hay que cumplir con lo que pide Fiscalía”, añadió Félix.
“Del enojo inicial llega el sentimiento de pedir perdón por las personas que hacen estas cosas, son nuestros hermanos y hay que pedir por su conversión, pero eso no deja de lado el sentir estas incomodidades”, dijo.
Agregó que duele más porque es trabajo de la comunidad. “No es el patrimonio del padre Marcelino o de un servidor, es el patrimonio de la comunidad”.
Félix hizo un llamado a las autoridades de las tres esferas de gobierno a implementar programas de vigilancia más eficaces y al momento de detener a los culpables no sean liberados con facilidad.
“Queremos que esas personas puedan ser reformadas y sean personas de bien, que logren tener un encuentro personal con Dios, es lo que le pedimos al Señor, pero también necesitamos el apoyo de las autoridades y de nosotros los fieles para cuidarnos mejor”.
Parroquia Jesús El salvador y las lecciones que dejan estos hechos
Otra parroquia atracada fue Jesús El Salvador, en la madrugada del 19 de diciembre.
“Es muy lamentable que se esté viviendo esta situación en nuestras parroquias…la impotencia es porque no se puede hacer mucho, prácticamente nada”, señaló el párroco, padre Rodolfo Murillo.
Dijo que la experiencia se vuelve significativa ya que la comunidad se une, se solidariza y apoya.
“La gente más cercana entiende que en el sacerdote cae la responsabilidad de tener que salir adelante”, expresó, pero también destacó el apoyo y la solidaridad de la comunidad.
“Te das cuenta que no estás solo, que Dios no te abandona, aunque sean situaciones materiales, la comunidad responde muy bonito en solidaridad y oración, en motivación moral”.
Agregó que, afortunadamente, solo fueron cosas materiales las que se llevaron y no hubo profanación del Sagrario y dijo que de este mal suceso se deben obtener lecciones.
“Reforzar, recuperar e invertir, esas mismas palabras se pueden utilizar para reforzar nuestra vida espiritual y confianza en Dios, invertir tiempo para la oración para que no nos ataque al espíritu. Las dificultades son para crecer y reforzarnos en todos los ámbitos”, reflexionó.
El párroco envió un mensaje: “Invito a las autoridades a que pongan más de atención, aquí vinieron las autoridades, tomaron nota, fotos y no hubo respuesta. Por otra parte, recordarle a cada comunidad que el templo también es su casa, que todos tenemos responsabilidad moral de cuidarla, aunque el responsable sea el párroco, y también agradecerle a la comunidad que nos apoya”.