Diana Adriano
El pasado sábado 17 de octubre se llevó a cabo la edición número 28 del Rosario Viviente diocesano, este año bajo el lema «La Presencia de Dios y de María, Madre de Esperanza, en tiempos de pandemia».
Esta fue la primera vez desde su origen, que el Rosario Viviente no se realizó de manera presencial, sino que fue efectuado desde la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe con la participación de muy pocas personas y transmitido por medio de Canal 44 y Radio Guadalupana.
Se vivió de una manera completamente diferente, pues con la llegada del coronavirus y la enfermedad Covid-19 todo cambió, por lo cual los organizadores buscaron la manera de realizarlo sin poner en peligro de contagio a los feligreses.
Carta del Santo Padre
Unos momentos después del inicio del evento, el obispo don José Guadalupe Torres dio a conocer que el Santo Padre, el Papa Francisco, envió una carta dirigida a los fieles juarenses a través del cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado.
«Su Santidad saluda cordialmente a los sacerdotes, religiosas y a todos los fieles que se reúnen virtualmente, con motivo de la plegaria del Rosario Viviente.
En medio de este tiempo marcado por tanto dolor y sufrimiento a causa de la enfermedad, el Santo Padre les manifiesta su cercanía espiritual y su deseo de que esta celebración sea para todos una ocasión para renovar su fe en Dios, afianzar su esperanza e incrementar su amor a él y al prójimo.
Así mismo, los exhorta a confiar en la poderosa intercesión de la madre de Dios, salud de los enfermos y a convertirse en portadores de Jesús especialmente a los necesitados de la sociedad, para que puedan experimentar el gozo de la misericordia y la ternura de Dios», decía la carta que leyó el obispo en ese momento.
Rezo de los misterios
Durante este encuentro de fe, personal médico, personas que padecieron covid-19 y personas que perdieron un familiar a causa de la pandemia, dirigieron las plegarias del Rosario.
El primer misterio, fue ofrecido por todas las personas fallecidas por la pandemia; el segundo misterio, por los enfermos de Covid-19.
El tercer misterio se ofreció por los médicos, enfermeras y todo el personal de los hospitales que con su vocación y entrega cuidan a los hermanos enfermos y fue antes de comenzar el rezo cuando la enfermera geriatra Imelda Zandate, quien labora en el área Covid del hospital 66, dirigió una oración a Jesús, a nombre de todo el personal médico de la ciudad.
«Señor Jesús, agradecemos el don que nos concedes como trabajadores de la salud, ya que nos regalas la oportunidad de aplicar el conocimiento médico en favor de nuestros hermanos»
«Concédenos a recibir con ternura al enfermo que llega a nuestras manos, ver el sufrimiento en su rostro y en su mirada que nos suplica que lo ayudemos a recuperar la salud. Ante este sufrimiento sabemos que no estamos solos, tú nos acompañas en silencio…», expresó en momentos sumamente emotivos.
El cuarto misterio, fue ofrecido por todas las familias que sufren las consecuencias económicas y emocionales de la pandemia. Donde se resaltó el gran trabajo de la campaña ‘Todos en la Misma Barca’.
Finalmente, el quinto misterio fue ofrecido por toda la humanidad, para que puedan mantener la esperanza en la adversidad y la confianza en Dios.