- En la Diócesis de Ciudad Juárez, dos sacerdotes y un diácono permanente fueron diagnosticados con Covid y han luchado o luchan actualmente contra este virus. El padre Eduardo Mendoza compartió con Presencia, cómo fue enfrentar la enfermedad…
Diana Adriano
El padre Arturo Veleta, encargado del Fondo de Seguridad Sacerdotal de la Diócesis de Ciudad Juárez informó que los sacerdotes Fernando Valle y Eduardo Mendoza, de la diócesis local fueron diagnosticados con Covid 19, pero han superado la enfermedad.
Esta misma semana, se dio a conocer que el diácono permanente Francisco Lazo, lucha contra la enfermedad y se encuentra hospitalizado.
Ellos son algunos de los integrantes del clero que, por diversas circunstancias, contrajeron el temido coronavirus.
Su testimonio
El padre Eduardo Mendoza, párroco de Nuestra Señora de Guadalupe en el poblado de Guadalupe, Distrito Bravos, compartió su testimonio tras superar el coronavirus después de más de un mes de aislamiento luego de haber presentado los primeros síntomas.
“La verdad no sabría ciertamente dónde contraje el virus, he pensado que probablemente fue en una ida a Juárez al hacer unas compras o aquí mismo en los pueblos de la comunidad, ya que había celebrado algunos funerales de personas que habían fallecido de este virus”, comentó.
El sacerdote contó que para el 10 de mayo comenzó a sentir los primeros síntomas.
“Era una tos ligera, nada grave, llegué a estornudar algunas veces, pero todo muy leve, sin embargo, los días siguientes estos síntomas iban y venían y lo llegué a confundir con alguna alergia”, contó.
Días después comenzó a sentir cómo estos síntomas se iban incrementando, agregando la sensación de cuerpo cortado, perdida del olfato y del gusto.
“El lunes 18 de mayo me levanté enfermo. No me sentía bien. Algunas personas que me vieron me recomendaron tratarme con el doctor Oscar Abbud, a quien agradezco por sus atenciones”, dijo.
De leve, a grave
Vía telefónica el médico lo consultó y le recomendó realizarse una tomografía de tórax. “Me realice la tomografía y el doctor me dijo que había visto casos más graves, pero que sí estaba infectado de Covid-19”.
Fue entonces cuando le dieron instrucciones de aislarse en casa y tomar medicamentos, así como la desinfección de su casa y recámara.
“Mis síntomas nunca fueron muy graves, fueron moderados. Cuando el doctor me diagnostica, doy aviso al señor obispo y al decano del Valle”, compartió.
Después de permanecer en aislamiento unos días, el sacerdote comenzó a experimentar dificultad para respirar y le costaba mucho trabajo levantarse y hacer cualquier esfuerzo físico.
“Tenía que buscar una forma de mantener la respiración. La oxigenación normal tendría que estar al 90% y yo oxigenaba solamente 75%. Eso te genera cansancio y ya casi ni podía hablar”.
El martes 26 de mayo se dirigió a Ciudad Juárez a valoración médica, pero al llegar al Hospital General lo internaron inmediatamente. “Ya no hubo tiempo de que la doctora me hiciera una evaluación, solamente fue internarme directamente”, expuso.
Siete días
El padre Eduardo duró internado siete días. En ese tiempo le aplicaron sueros, anticoagulantes y antibióticos y se mantuvo con oxígeno por la nariz varios días.
“El doctor me dijo que si no me recuperaba en cuatro días, me tendría que entubar”, relató tras recordar que le tocó vivir su quinto aniversario sacerdotal internado y con el miedo de ser entubado.
Sin embargo, gracias a Dios se recuperó pronto y al séptimo día fue dado de alta.
El padre Eduardo ya está de vuelta en casa, haciendo «vida normal», aunque extremando la higiene, ya que según le dijeron, puede seguir siendo contagioso durante 14 días más.
“Me encuentro mucho más recuperado y quiero agradecer a los enfermeros y doctores por su cuidado, porque después de esos días en el hospital me he sentido muy bien. De la afectación en mis pulmones he tenido mejora y ya respiro mejor gracias a Dios”, aseguró.
Gran apoyo espiritual
El padre Lalo, como es conocido en la comunidad, compartió que durante todo su proceso en la enfermedad vio presente la mano de Dios.
“Él está presente de una manera misteriosa y sus planes son perfectos, yo creo que el día que estas personas me sugirieron ver el doctor, desde ahí comenzó un cuidado especial de parte de Dios, porque claramente yo hubiera tratado mi caso como si fuera una gripe, al no tener síntomas tan graves”, dijo.
“Sin duda en el proceso puedo ver a Dios en las oraciones de la gente. Yo no me esperaba que tanta gente estuviera en oración por mí, me enteré incluso que hubo grupos orando por mí”, dijo.
De igual manera, compartió que durante su hospitalización se le acercó una enfermera de la comunidad de San Martin Obispo para darle una Liturgia de las Horas y le comentó que mucha gente estaba unida en oración por él.
“Creo que ahí Dios pone los medios para que no perdamos el contacto Él. Para mí fue especial ese momento”, resaltó, no sin antes agradecer a todos quienes estuvieron al pendiente de su salud o elevaron una plegaria por su recuperación.
Caso del Padre Fernando Valle
Esta misma semana, se dio a conocer que el diácono permanente Francisco Javier Lazo, se encuentra hospitalizado luego de contraer el virus de Covid 19. Ante ello se piden las oraciones de la comunidad por su salud.
Por otra parte, el padre Fernando Valle, párroco de Nuestra Señora del Pilar, también fue diagnosticado con Covid-19 en fechas anteriores, sin embargo, él vivió todo su proceso de enfermedad en confinamiento en la casa parroquial sin la necesidad de ser hospitalizado.
Así lo informó el padre Arturo Veleta, quien se encarga de la seguridad social de los sacerdotes en la diócesis.
“El padre Fernando ya se encuentra mejor, gracias a Dios. Por el tema del Covid-19 salió muy bien y ya no está contagiado, si tuvo síntomas difíciles, como pérdida de oxigenación, pero tiene otros padecimientos que son los que actualmente lo están perjudicando”, mencionó.
Y quiso aprovechar para insistir en las oraciones de la comunidad por el clero diocesano.
“Sabemos pues que debemos pedirle al Dueño de la mies para que mande más sacerdotes, porque somos pocos y realmente nuestra salud no es lo ideal en conjunto. Que el Señor tenga misericordia de nosotros y nos ayude a vivir con una salud más favorable. Los invito a estar en comunión y orando por todos los que sufren enfermedad”, finalizó.