Hombres y mujeres de distintas comunidades se prepararon para consagrarse al padre adoptivo de Jesús, tomándolo como padre espiritual con el compromiso de imitar sus virtudes.
Ana María Ibarra
Grandes frutos quedaron en la diócesis este año dedicado a reflexionar sobre la figura de San José. Hombres y mujeres de distintas comunidades se prepararon para consagrarse al padre adoptivo de Jesús, tomándolo como padre espiritual con el compromiso de imitar sus virtudes.
En Catedral
Mediante un acto formal de confianza filial, hombres y mujeres que tuvieron una preparación previa en el templo de Catedral, se consagraron a san José encomendándose a su cuidado.
La misa de consagración la presidió el párroco Eduardo Hayen, quien durante semanas previas dirigió las reflexiones de preparación a varones, mientras que la preparación de mujeres estuvo a cargo del padre Rafael Saldívar.
En su homilía, el sacerdote expresó su alegría por la distinción que la Iglesia ha venido haciendo a la figura de San José.
“En todos estos siglos de historia cristiana, San José estuvo callado como lo estuvo en el evangelio. Aunque sus palabras no dijeron nada, sus obras son maravillosas”, dijo el sacerdote.
El padre Hayen señaló que San José fue un padre virginal a quien Dios le concedió ser esposo de María y padre de Jesús. “Así como José educó al Hijo de Dios, también nosotros debemos ir a José como nuestro padre espiritual”, dijo.
El sacerdote invitó no sólo a los que se prepararon para la consagración, sino a todos los presentes, a ponerse en las manos de San José y a pedir por la armonía en la sociedad.
“El día de hoy vamos a hacer una alianza personal con San José y nuestro compromiso es orar diariamente, dándole todo nuestro amor y confianza”.
“Bendito el papa Francisco que nos regaló este año de San José”, dijo.
Consagrados
En el acto de consagración las personas encendieron sus velas tomando del Cirio Pascual la luz, y luego hicieron su renuncia al mal y profesaron su fe. Con las velas en alto, recibieron el agua bendita que el padre Hayen esparció sobre ellos.
La consagración continuó después de la Comunión. Los asistentes encendieron nuevamente sus velas y, en voz alta, se consagraron a San José. El resto de la comunidad acompañó el rezo de las letanías, para enseguida dar paso a la bendición de medallas.
El padre Hayen bendijo también una imagen de San José que fue sorteada entre los que se consagraron.
En la Capilla San José
En la capilla San José Histórico se hizo lo propio el pasado domingo 5 de diciembre. Doce personas, hombres y mujeres, se consagraron tras su preparación durante 33 días.
El padre Jorge González, párroco de la comunidad Santísimo Sacramento a donde pertenece la capilla, meditó la Palabra de ese domingo segundo de Adviento, resaltando la labor de los profetas como instrumentos de Dios para preparar el camino.
“Hoy, prepararnos para la Navidad es dejarnos abrazar por Dios que viene a nuestro encuentro”, dijo el sacerdote.
El padre Jorge compartió que el acto de consagración se hace con el compromiso de imitar las virtudes de San José.
“Hace falta gente con virtudes humanas. Quien se consagra a San José debe ser ejemplo e imitarlo. Él acoge con los brazos abiertos a quien acude buscando un padre espiritual”.
Después de su reflexión, el sacerdote invitó a los aspirantes a formar un semicírculo frente a la imagen de San José, y la comunidad rezó con ellos las letanías.
Enseguida hicieron la oración de consagración a San José y el sacerdote bendijo las medallas e hizo hizo la imposición uno por uno.
Al final, el padre Jorge pidió un aplauso para los recién consagrados.