Mediante un decreto, el obispo también anunció que ya es posible recibir la Comunión en la boca…
Ana María Ibarra
A través de un decreto dirigido a los sacerdotes de la diócesis, el obispo don J. Guadalupe Torres Campos restableció el precepto de asistencia presencial a la Santa Misa dominical y fiestas de guardar.
Fechado el pasado 19 de agosto, el decreto entró en vigor el pasado domingo 21 del mismo mes.
Retomar la vida espiritual
Con un saludo a sus sacerdotes y el deseo de que la Santísima Virgen María en su advocación de Nuestra Señora de la Salud siga intercediendo por el pueblo de Ciudad Juárez y conceda un tiempo estable, el obispo escribió:
“Quiero informarles que según las últimas actualizaciones de la Contingencia Sanitaria por el SARS-COV2, los casos de contagio han ido significativamente a la baja. Los obispos de distintas diócesis de nuestro País ya se han ido pronunciando con respecto a las indicaciones para la participación de los fieles en nuestros templos”.
Enseguida, el comunicado dice: “Decretamos que restablecemos el precepto de asistencia presencial a la santa misa los domingos y fiestas de guardar”.
El obispo invita los sacerdotes a animar a los fieles que no estén impedidos, a que asistan al templo y retomen su vida espiritual junto con la comunidad.
Comunión en la boca
El documento aclara que los fieles que deseen recibir la comunión en la boca ya lo podrán hacer sin ningún problema.
Monseñor Torres encomendó a sus sacerdotes, y con ellos a toda la feligresía, bajo la protección de Santa María de Guadalupe.
Cierre inesperado
Cabe recordar que fue en marzo del 2020 cuando se dio a conocer la llegada del SARS COV2, a México. Y ese mismo mes la Iglesia Diocesana anunció el cierre de templos hasta que pasara la contingencia.
Ante la lejana posibilidad de reabrir las iglesias para el culto divino, el obispo suspendió el precepto de la misa dominical y demás celebraciones, dando a los fieles la posibilidad y alternativa de vivir la santa misa a través de los medios electrónicos.
Durante un año así se vivió la fe cristiana católica, y en el 2021 poco a poco se fue dando la oportunidad de asistir a los templos con las restricciones que las autoridades sanitarias impusieron a la Iglesia, catalogando el servicio a los fieles como una “actividad no necesaria”.
Finalmente, el obispo ha tenido a bien restablecer el precepto en medio de la alegría de los católicos, para mayor gloria de Dios.