Así fue la Asamblea Familiar de Encuentro Matrimonial realizada en El Punto, a la par del Encuentro Mundial de las Familias realizado en Roma, Italia.
Ana María Ibarra
En torno al X Encuentro Mundial de las Familias realizado en Roma, Italia, el Movimiento Diocesano de Congreso de Matrimonios Católicos llevó a cabo su gran Asamblea Familiar el pasado 24 de junio en El Punto, hasta donde llegaron aproximadamente 100 familias de la diócesis.
Evento especial
Como un regalo de Dios fue para los organizadores poder realizar la Asamblea Familiar después de haber detenido sus eventos a causa de la pandemia. Pero de manera especial, la alegría radicó en poder celebrarla cuando se estaba llevando a cabo el Encuentro Mundial de las Familias.
Mientras se entonaban alabanzas de gozo las familias fueron llegando, algunas en vehículos particulares, otras en camiones provenientes de las distintas parroquias de la ciudad.
Llenos de alegría y entusiasmo, niños, jóvenes y matrimonios alabaron a Dios con cantos y danzas y después de esos momentos Cecy y Pepe Medrano compartieron una reflexión sobre el tema del amor, tomando algunas citas bíblicas y de documentos de la Iglesia.
“La familia necesita cuidar y proteger el amor porque es frágil y maravilloso”, expresó el matrimonio Medrano.
También compartieron que la familia, además de cuidar y proteger el amor, es donde se transmite la vida, los valores humanos y cristianos y es el lugar donde se conoce a Dios.
“Los esposos somos responsables, con nuestro testimonio, de motivar a nuestros hijos para que quieran casarse”, señalaron.
Serviciales pacientes y humildes
La reflexión giró en torno a la cita de 1 de Corintios, capítulo 13, donde se habla que el amor es servicial, paciente, amable y no orgulloso.
“Los hijos ya no son serviciales. Como esposos necesitamos ser serviciales, que nuestros hijos lo vean. Un servicio sin esperar recompensa, por el gusto de servir”, expresaron los ponentes.
Por otra parte señalaron que un amor amable se demuestra con el cariño y respeto.
“Eso se da en la convivencia familiar todos los días. Hay que crear confianza en la familia. Lo que atenta contra el amor en la familia es el teléfono celular. Las familias no se comunican. Estos dispositivos son muy buenos si se saben usar, pero pueden atentar contra el amor en la familia”, señaló Cecy.
Agregaron a su reflexión que ‘un amor no orgulloso ni envidioso es lo que se necesita en las familias’.
“El papa nos pide no hacer alarde ni vanagloriarnos de nosotros mismos. Quien ama está centrado en los demás. Cada quien tiene un lugar especial en la familia”, dijo Pepe.
“Están aquí porque tienen una misión de salir y dar lo que tienen. Ser familias misioneras. Estamos llamados a llevar el amor de Cristo a muchos que no lo conocen”, agregó Cecy.
Para concluir, las familias realizaron una oración final con cantos de meditación poniendo en manos de Dios a cada una de las familias y sus necesidades.
Finalmente, se retiraron con el compromiso de ser familias misioneras y llevar la luz de Cristo a otras familias.