Presencia
Con la Carta Apostólica en forma Motu Proprio, «Aperuit Illis», en 2019 el santo Padre Francisco quiso instituir el «Domingo de la Palabra de Dios». Su deseo era «hacer que la Iglesia reviva el gesto del Resucitado que abre también para nosotros el tesoro de su Palabra para que podamos anunciar por todo el mundo esa riqueza inagotable».
Hoy que ha comenzado Septiembre, Mes de la Biblia, queremos recordar el anhelo y solicitud del Santo Padre, planteado en la mencionada Carta Apostólica, donde recuerda la importancia de celebrar, reflexionar y divulgar la Palabra de Dios, porque la Sagrada Escritura indica el camino a seguir para llegar a una auténtica y sólida unidad, una a los que se ponen en actitud de escucha y ayude a los creyentes a formar un solo pueblo.
Familiarizarnos con la Palabra
En la citada carta apostólica el Papa subraya el profundo vínculo entre la Sagrada Escritura y la fe de los creyentes, pues, como dice San Pablo: «la fe proviene de la escucha del mensaje, y la escucha por la palabra de Cristo» (Rm 10, 17). De aquí deriva la urgencia e importancia que los creyentes deben dar a la escucha de la Palabra del Señor, tanto en la Liturgia como en la oración y la reflexión personal.
Para que el corazón no permanezca frío y los ojos cerrados y afectados por innumerables formas de ceguera, necesitamos estar en constante trato de familiaridad con la Escritura Sagrada.
Entronizar la Palabra
En virtud de lo anterior, compartimos este material de la Dimensión de Animación Bíblica de la Pastoral de la CEM, con un esquema de entronización de la Biblia, para que las familias y comunidades de fe puedan hacerlo.
Y hace la invitación a toda la comunidad cristiana, pastores y fieles a resaltar de manera especial la importancia de la Palabra de Dios, escrita en la Biblia, para que efectivamente le sea reconocido todo el valor que tiene en la vida de los creyentes, especialmente en estos tiempos de pandemia.
(Tomado de la carta del obispo Adolfo Miguel Castaño Fonseca, responsable de la Animación Bíblica de la Pastoral)
Entronización de la Biblia
Entronizar significa «poner en el trono». Entronizar la Sagrada Escritura significa que vamos a poner el Libro Santo en el lugar de más honor: en el corazón. Pero los cristianos no seguimos o adoramos un libro por más santo que sea: seguimos, más bien, a una Persona, a Cristo que nos habla por las palabras de la Escritura. Entronizar la Biblia es sintonizar la frecuencia de Cristo. «No hay prioridad más grande que esta: abrir de nuevo al hombre de hoy el acceso a Dios, al Dios que habla y nos comunica su amor para que tengamos vida abundante» (VD 2).
Esquema: La Luz de las Familias
1.Motivación:
Guía: Queridos hijos (esposa, hermanos, amigos, etc.) esta vez nuestra familia se ha reunido alrededor de la Palabra de Dios, porque queremos que sea la luz que ilumine a nuestra familia. Al igual que en el antiguo Pueblo de Dios somos peregrinos y peregrinas, seguidores del Señor que sigue hablándonos en las Escrituras.
Guía: Hoy vamos a entronizar la Biblia: así manifestamos que la Palabra del Señor será la brújula y el timón para esta familia; será la maestra que nos enseñe los caminos del Señor.
Guía: Preparemos un corazón sencillo y abierto, atento al mensaje del Señor.
Guía: En el nombre del Padre…
Canto: “Tu Palabra me da vida”, o algún otro canto.
2.Entronización:
La Biblia es introducida solemnemente por algún miembro, llevándola en alto, pueden acompañar 2 personas más con velas
(Otra posibilidad: la Biblia abierta va pasando de mano en mano. Cada uno la recibe con veneración y le da un beso). Después colocar la biblia en el lugar destinado.
Guía: Dios nuestro, Padre bondadoso que nos amas, envíanos tu Espíritu Santo, para que nos ayude a leer la Biblia desde el corazón. Sabemos que en las Sagradas Escrituras resuena la voz de Jesús, tu Hijo amado y Hermano nuestro. Crea en nosotros el silencio para escuchar su voz: para que también nosotros seamos sus discípulos misioneros, para que podamos testimoniar a los demás que Jesús está vivo y presente en medio de nosotros como fuente de amor, de esperanza y de paz. Que en esta familia resuene siempre tu Palabra. Amén.
3.Lectura del Texto bíblico
*Se leerá con voz fuerte y pausada este texto (2Tim 3, 10-11.14-17)
*Luego cada uno lee nuevamente el texto en su propia Biblia y lo medita en silencio.
- Intenciones
Después de unos minutos, la guía lee las siguientes intenciones:
(Y todos responden «Señor a quién iremos, sólo Tú tienes palabras de vida eterna».)
* Pidamos a Dios, que su Palabra que hemos entronizado en nuestro hogar, sea semilla que dé muchos frutos en nosotros y nuestros hermanos.
* Para que la Palabra de Dios sea el «Pan de cada día» que nos alimenta en el camino de la fe y del amor, roguemos al Señor.
* Para que la Biblia no sea sólo adorno en esta casa, sino luz, maestra de vida, a quien escuchemos con frecuencia.
* Para que el Señor bendiga nuestro hogar con el amor y el perdón de cada día. Que en eso se note que somos una familia de discípulos misioneros de Jesús.
* Que al meditar los textos bíblicos, nos permitan reflexionar sobre las circunstancias actuales de nuestras vidas y de los que nos rodean.
*Que María, madre de Jesús y madre nuestra, primera discípula mi sionera del Evangelio, nos eduque en la escucha de la Palabra de Dios.
Amén.
5. Oración de toda la familia
Señor, Padre de Jesús y Padre nuestro, mira con bondad esta familia reunida en tu nombre, que desea acercarse a Ti, escuchando tu voz en la Biblia. Enséñanos, Padre, con tu Palabra. Queremos ser discípulos, caminar junto a Jesús, aprender a vivir como verdaderos hijos tuyos. Danos fuerza, Señor y anima nuestro caminar. Tu Palabra es la fuente viva, acércanos a ella. Señor, queremos que esta familia sea un templo donde resuene tu Palabra, y nuestros corazones sean el lugar donde ella germine, que la llevemos a la vida y la expresemos en el amor que nos tenemos y quedonamos a todos. Amén.
- Bendición final
Guía: Dios, Padre bondadoso, de quien proviene toda paternidad y amor, bendiga nuestra familia, y nos siga alimentando con la Palabra que sale de su boca.
Responder todos: Alabado seas por siempre, Señor.
Guía: Que el Evangelio de Jesús, nuestro Señor, resuene siempre en este hogar, irradiando luz y esperanza.
* Que el Espíritu Santo, Maestro y Amigo interior, nos enseñe a leer y orar la Palabra que palpita en las Escrituras Santas.
Para finalizar, todos nos persignamos diciendo: Que el Señor nos bendiga y nos proteja, que el Señor nos muestre su rostro y nos conceda la paz. Amén.