Ana María Ibarra
Aunque la Secretaría de Salud reporta que el Estado de Chihuahua pasó del segundo lugar a nivel nacional al décimo lugar en embarazo en menores de 19 años,
sigue preocupando la gravedad en el panorama de las relaciones sexo genitales en menores de edad, que, además de un embarazo, puede tener como consecuencia enfermedades de transmisión sexual.
Datos proporcionadas por las autoridades de salud en Chihuahua reportan la disminución en el número de embarazos adolescentes. Sin embargo, sigue haciendose notable los casos de mujeres y hombres de muy corta edad que han iniciado su vida sexual, con lamentables consecuencias.
El psicólogo Juan Jesús Hernández, de Jóvenes por la vida consideró que las políticas de prevención de las autoridades no ayudan de fondo a resolver el problema de los adolescentes teniendo sexo, cuando no les corresponde.
Señaló dos grandes causas por las cuales los adolescentes comienzan a tener relaciones sexo genitales a muy temprana edad: la falta de formación en valores de parte de los padres de familia y el bombardeo de la ideología de género.
Los datos
Datos del Sistema de Información en Salud indican que en el 2020 ocurrieron 10 mil 010 nacimientos de mujeres de 10 a 19 años en el Estado de Chihuahua de las cuales 381 se dieron en mujeres adolescentes entre los 10 y 14 años de edad.
Para el 2021 se presentaron 5 mil 687 nacimientos vivos en adolescentes de ese mismo grupo de edad; 5 mil 475 se dieron en adolescentes de entre 15 a 19 años y 212 de 10 a 14 años de edad.
Es por ello que, según la Secretaría de Salud, en los últimos dos años el Estado de Chihuahua pasó del segundo lugar a nivel nacional al décimo lugar en embarazo en menores de 19 años.
Políticas oficiales de prevención
Las acciones de la Secretaría de Salud para la prevención de embarazos en adolescentes se dan a través del Programa de Salud Sexual y Reproductiva para Adolescentes, y manejan como objetivo “garantizar la salud sexual y reproductiva en este grupo etario, así como la disminución de embarazos no planificados e infecciones de transmisión sexual”.
Al responder a preguntas de Periódico Presencia, la doctora Magdalena Mendívil, de la Subdirección de Salud Reproductiva, así como Raúl Cuevas, Coordinador de Servicios Amigables para Adolescentes informaron que “Servicios amigables” es un programa de atención a la salud sexual y reproductiva del grupo etario de 10 a 19 años.
Dijeron que existen equipos de Salud Multidisciplinarios para la atención a hombres y mujeres con servicios como: Atención Médica, Orientación y Consejería de salud sexual y reproductiva, así como en métodos anticonceptivos, Entrega gratuita de estos métodos anticonceptivos, Atención durante y después del embarazo, Atención y prevención de enfermedades de transmisión sexual, incluye VIH, Detección de necesidades en la salud de las y los adolescentes en relación a violencia familiar, infecciones de transmisión sexual, salud emocional, nutrición y consumo de sustancias nocivas, Exámenes médicos, Referencias a instituciones o instancias de salud en caso de ser requerido, Grupos promotores y promotoras de salud sexual y reproductiva.
Explicaron que los grupos de adolescentes promotores y brigadistas en salud sexual y reproductiva, tiene como “una de sus fortalezas” “que las y los brigadistas son adolescentes que radican en los municipios, por lo que facilita la comunicación entre pares”.
Apostarle a la castidad
Pero para el psicólogo Juan Jesús Hernández, esto no ayuda realmente a resolver la problemática de adolescentes teniendo relaciones sexuales, y por lo tanto, embarazos o enfermedades de transmisión sexual.
“De entrada hay que decir lo que dijo Jesús alguna vez: por sus frutos lo conocerás. La verdad es que al leer todo lo que se supone que hacen está genial, y con todo eso debería de haber un impacto significativo en la prevención de embarazos en adolescentes. Pero tristemente no lo hay”, dijo.
Expuso que la mayoría de esos programas se dedican a promover los anticonceptivos como la forma más viable de combatir los embarazos en adolescentes.
“Sin embargo, yo he sido testigo de que eso no funciona. Por más que les regalen preservativos, pastillas, sigue habiendo un incremento significativo en embarazos en adolescentes”, aseguró.
Para el profesionista, lo que falta es apostarle a la castidad, es decir, que se haga un buen uso de la sexualidad.
“Sabemos que eso no va a suceder, no les van a hablar nunca de castidad, porque eso no es negocio, hay que vender, por lo tanto hay que hacerlos que consuman anticonceptivos”, ironizó.
Y añadió: “debería ser una formación integral, dónde se eduque en la sexualidad integral, aquella que abarca el ser biológico, psicológico, social, cultural y espiritual
Y no solo lo genital o biológico. Además, integrar en esa formación a los padres de familia”, puntualizó.
El papel de los padres
El psicólogo explicó que se debe entender que todo ser humano es un ser sexuado.
“Nuestra sexualidad viene con nosotros desde que nacemos. Pero a partir de los once o doce años, la glándula pituitaria se abre y empieza a segregar sustancias químicas que se van al torrente sanguíneo y empieza a haber cambios en nuestro cuerpo físico, pero también en nuestras emociones”, explicó el psicólogo.
Por este motivo, agregó, los niños y niñas comienzan a sentir atracción por otras personas, aunque aclaró que la sexualidad va más allá.
Y es en esa etapa donde los padres de familia juegan un papel muy importante como reguladores de la energía libidinal de sus hijos adolescentes.
“Los papás normalmente ponemos límites a través de la enseñanza y la formación de valores y muchas veces no estamos haciendo este trabajo, y no porque no se les hable de ello, sino por la falta de congruencia entre lo que se les dicen y lo que hacemos”.
Cuando los hijos ven que hay congruencia en lo que dicen y hacen sus padres, ahí aprenden, sentenció.
Influencia social
Otro factor es la ideología de género que se ve reflejada en las series y películas que ven los niños y adolescentes que normalizan las relaciones homosexuales y sexo genitales entre jovencitos.
“Si los niños y adolescentes ven esta información, ellos lo hacen porque lo ven normal, los invitan a ejercer la sexualidad de esa manera. Podemos decirles que no lo hagan, pero están tan estimulados y bombardeados con esta situación, que no obedecen”.
Señaló que una tercera causa, pero más importante, es la falta de Dios en las familias.
“En Ciudad Juárez la idea de prevención es darle a los adolescentes preservativos y anticonceptivos. En una ocasión acudí a una secundaria y mientras otras personas les dieron anticonceptivos y les enseñaron como usarlos, yo les hablé de castidad y ese año aumentaron los embarazos en las estudiantes”, compartió Juan Jesús.
Hablar con nuestros hijos
Aunque el entrevistado reconoció que a los jóvenes no les interesa escuchar sobre castidad, se debe dejar esa semilla para que sepan que ejercer su sexualidad libremente de manera adecuada.
“El solo platicar con alguien ya es ejercer la sexualidad social. Además, se puede canalizar la energía libidinal a través del estudio, el arte y el deporte. Esta es la manera de sublimar esta energía libidinal, no es solo en las relaciones sexo genitales”, explicó.
Juan Jesús indicó que para prevenir las relaciones sexo genitales en los niños y adolescentes, lo primero es tener a Dios en las familias.
“Debemos formarnos los papás para poder hablar a nuestros hijos sobre sexualidad. Otro punto es hablar con nuestros hijos cuando ellos nos pregunten y responder sin tanto detalle, y si no nos preguntan y ya tienen 13 años, hay que acercarnos nosotros, siempre de la mano de lo que nos enseña la Iglesia”.
Finalizó: “Dios nos dio la sexualidad como un don maravilloso. Tenemos que enseñar eso a nuestros hijos, darles confianza y tener comunicación con ellos, no como amigos, sino como padres e hijos”.