Ana María Ibarra
Impulsados por el Espíritu Santo y de una manera creativa, el grupo juvenil de la Renovación Carismática Católica lleva más de 10 años saliendo a evangelizar a través de un programa denominado “Avanzadas”, mediante la cual se lleva la evangelización a sectores que más lo necesitan.
Así, estos jóvenes hacen vida la séptima bienaventuranza: Bienaventurados los que buscan la paz porque verán a Dios.
Inicio de las Avanzadas
Las Avanzadas iniciaron en 2005 a nivel nacional, impulsados por el entonces coordinador nacional juvenil, Sergio Soto, quien invitó a los jóvenes innovar en la evangelización.
“El Señor fue soplando y se iniciaron en Querétaro, para llevar la Buena Nueva, como nos dice el Documento de Aparecida, ‘siendo la fuerza del Espíritu que nos lleva a evangelizar más allá”, dijo Rafael Nevarez, quien junto con su esposa Ana Yantel coordinaba el área juvenil en la diócesis en el 2009.
Este programa también se aprovechó como preparación a los congresos que la Renovación realiza durante el año.
“Comenzamos a salir a los parques a realizar catequesis, Eucaristía, hora santa. Esta actividad fue madurando conforme el Espíritu Santo nos ha ido guiando. Las Avanzadas nos ayudaron para anunciar los congresos, no sólo con repartir volantes”, señaló Rafael al resaltar la sorpresa de muchos, pues no era usual que los católicos salieran a las calles.
“Buscamos ser empáticos, mostrar a un Jesús vivo y hacer una oración sencilla por las necesidades de quienes nos escuchaban”, agregó.
Ir con los necesitados
En este caminar, las Avanzadas han ido más allá de ir a las colonias.
“Empezamos a ir al IMSS, llamado Seguro Viejo. Algunos entraban a visitar a los enfermos y orar por ellos, otros nos quedábamos afuera rezando el Rosario e invitábamos a los familiares a orar con nosotros. También les llevábamos burritos a quienes estaban esperando noticias de sus familiares”, compartió.
Igualmente hicieron visitas al CERESO cuando el encargado de Pastoral Penitenciaria era el padre Alberto Meléndez, quien los preparó para ingresar a las áreas femenil y varonil, donde hicieron oración, alabanza y escucha”.
“Se hacían vivas las palabras en San Mateo: vengan a mí, benditos de mi Padre, porque estuve preso y me fueron a visitar”.
Misión extensa con aprendizaje
Las experiencias de ir a los presos y a los enfermos, han dejado en este grupo grandes enseñanzas, una de ellas, saberse instrumentos de Dios para construir la paz entre los más necesitados y poner en práctica dones como la aceptación, la caridad, la entrega.
“Nos tocó ver a los presos quebrantarse ante la oración, arrepentirse. Es una bendición. Es donde Dios te hace un instrumento y nos damos cuenta que es más lo que recibimos que lo que damos”.
Con las Avanzadas, la Renovación ha visitado también colonias como la Tarahumara, Anapra, Lomas de Poleo, donde comparten dolores, soledades y ayudan en necesidades materiales. Es decir, muestran el rostro de Dios.
Igualmente han llegado al CRAEMAC (centro para enfermos mentales, área Riveras del Bravo), y como algo novedoso, han hecho tierra de misión en la zona de antros.
“Entregamos volantes y cuando nos permitieron, oramos por los chavos que asisten. Lo hicimos sin miedo, confiando que Dios estaba con nosotros, sabiendo que podíamos ser señalados, pero Dios nos dio la valentía”.
Responder al llamado
Para Rafael, Ana y todos lo que han participado en las Avanzadas, es una alegría saber que hacen vida la Palabra de Dios.
“Es un llamado que el Señor hace a toda la Iglesia. El evangelio de las bienaventuranzas es un llamado que debemos profundizar, es una manera de llevar la Buena Nueva y la paz a quienes lo necesitan”, concluyeron.